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EL MALESTAR DE LA GLOBALIZACIÓN


Enviado por   •  28 de Enero de 2013  •  4.913 Palabras (20 Páginas)  •  305 Visitas

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La tesis general del libro se puede sintetizar como sigue: en un contexto de globalización, en que todas las economías nacionales se encuentran en constante interacción, se debe favorecer el crecimiento económico de los países menos desarrollados; pero para que ello sea posible, no basta con que las instituciones económicas supra-nacionales se apliquen a proporcionar recetas de crecimiento, sino que éstas deben de respetar las secuencias y los ritmos que exigen algunas economías con un débil grado de desarrollo. Paralelamente, la tesis principal del libro se complementa con un ataque frontal a la ideología neoliberal que supone el abandono de las ideas sobre el papel desempeñado por los Estados en el fomento de las economías nacionales, tal como se había propuesto a partir del final de la II Guerra Mundial, para -en una vuelta a la línea del pensamiento liberal de Adam Smith- dejar actuar a dichas economías según las leyes del libre mercado, según las cuales la motivación del beneficio constituye la fuerza que dirige la economía hacia resultados eficientes como si la llevara una mano invisible.

En un estilo decididamente narrativo y, por tanto, alejado del tono académico de las obras teóricas, el autor irá señalando a lo largo de las páginas de su libro todos los errores que se fueron sucediendo durante su mandato como vicepresidente senior del Banco Mundial, por parte de las instituciones económicas supra-nacionales, sobre todo por parte del FMI, la institución "hermana" del Banco Mundial, aunque diferenciada de éste por sus objetivos y sus procedimientos; sobre todo, debido al hecho -reconocido por Pierre Bourdieu y que el autor de este libro subraya- de que, en lugar de comportarse como estudiosos y entrar en debates serios y contrastados, los intereses políticos de los analistas económicos del FMI les hace chocar constantemente con la realidad, ya que están demasiado ocupados en violentarla para adaptarla a ideas preconcebidas.

El libro está estructurado en nueve capítulos en los que se muestra diferentes ejemplos de las políticas seguidas por las autoridades económicas mundiales -esencialmente el FMI- para lograr un equilibrio económico entre los países más ricos (el G-7) y los países menos favorecidos económicamente. Cree el autor que la razón última de las diferencias en los resultados se debió -al menos, hasta la fecha- al hecho de que el FMI aplicó a contextos muy diferentes unas recetas idénticas fabricadas en los despachos oficiales sin tener en cuenta las características diferenciales de cada uno de los países en los que se solicitó su ayuda para enderezar las respectivas economías y ponerlas en situación competitiva.

De manera inversa, el juicio del autor sobre la trayectoria del Banco Mundial es mucho menos negativo, y ello se debe en parte a la propia orientación de ambas instituciones. Realizaremos un breve inciso para señalar algunas características que se explican en el contexto de la globalización actual al que nos referiremos después.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, dos instituciones nacidas para prestar ayuda a los países en vías de desarrollo

El FMI -junto al Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio- nació, como es conocido, después de finalizada la II Guerra Mundial, por iniciativa de las Naciones Unidas en la Conferencia Monetaria y Financiera celebrada en Bretton Woods, New Hampshire, en julio de 1944. Fue la creencia en la necesidad de una acción colectiva a escala global con la finalidad de lograr la estabilidad económica lo que llevó a la formación de dichas instituciones que, no se olvide, no rinden cuentas directamente "ni a los ciudadanos que los pagan ni a aquellos a cuyas vidas afectan". El FMI, formado por los ministros de Hacienda y por los gobernadores de los Bancos Centrales de los gobiernos del mundo, se rige por un complicado sistema de votación basado en buena medida en el poder económico de los países al final de la II Guerra Mundial. A pesar de algunos ajustes, el poder efectivo del FMI está en manos de los países más industrializados sobre cuyas decisiones un sólo país, Estados Unidos, puede ejercer su derecho de veto.

Por su parte, el Banco Mundial, cuyo nombre originario fue significativamente el de Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, se creó paralelamente con el objetivo de prestar el dinero necesario a los países con dificultades de crecimiento para que solucionasen sus problemas estructurales, aunque dicho Banco debe contar siempre con la aprobación del FMI.

Las ideas que sustentaban la creación de éstas y las otras instituciones internacionales era la de esquivar de manera definitiva las crisis estructurales, manifestadas por altas tasas de paro, tal como se había producido durante la "Gran Depresión" norteamericana de los años treinta. Siguiendo las teorías de John Maynard Keynes, la persistencia de una situación de paro se debía atribuir a las fluctuaciones del mercado, razón por la cual éste no debía ser dejado sin control -para que actuase la Mano Invisible de Adam Smith- sino que se debía actuar colectivamente para evitar en lo posible dicha situación.

Keynes demostró, igualmente, que esa acción colectiva global era imprescindible por la razón de que las acciones de un país afectan a otros, creando una situación de potencial contagio de unas economías a otras. Esto tiene su explicación en el hecho de que, en teoría, las importaciones de un país son las exportaciones de otro y en un estado de equilibrio económico perfecto, el resultado de ambas debería sumar cero; en consecuencia, cualquier recorte en las importaciones de un país dañan la economía de otros. Si un país entra en recesión, se genera paro laboral, con lo que el consumo pierde volumen, lo cual afecta a la demanda de productos, sean nacionales o importados. La recesión en un país lo lleva a importar menos y eso perjudica a sus vecinos. Una forma de solventar esa situación de recesión era, en opinión de Keynes, por un lado, reducir la presión de los impuestos; por otro, o simultáneamente, incrementar el gasto público, es decir, aumentar la demanda agregada. Los Estados podían y debían endeudarse para mantener el nivel de empleo del país en tasas aceptables.

Podía ser, sin embargo, que a pesar de esas medidas, algunos países no tuviesen la capacidad de endeudarse para financiar el gasto público o mantener por sí solos la reducción de impuestos y necesitasen del concurso de otros. El FMI podía, en opinión de Keynes y los economistas y políticos reunidos en Bretton Woods, mejorar las cosas: el FMI, como institución supra-nacional, podía presionar a los países para que mantuviesen sus economías en pleno empleo, mediante la aportación de dinero a aquellas naciones que debían

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