EL Presidencialismo Mexicano (Lorenzo Meyer)

EL Presidencialismo Mexicano

(Lorenzo Meyer)

El tema y la hipótesis:

En los sistemas políticos modernos son: Parlamentarismo y el Presidencialismo:

El Presidencialismo fue producto estadounidense; pero derivado de la fortuna y calidad de los primeros ocupantes del poder ejecutivo estadunidense, fueron ganando prestigio entre las élites de las antiguas colonias españolas de América, que vieron en ese arreglo institucional una clave para su felicidad.

Alguno de los estudios de la transición democrática sostienen que el Parlamentarismo es justamente lo que no existe ni ha existido en América Latina; sin embargo suponen que este arreglo es lo que más convendría adoptar de aquí en adelante para consolidar una democratización tan duramente ganada.

Desafortunadamente en América Latina se asentó el presidencialismo en un terreno social y cultural muy distinto al de Estados Unidos, lo cual vino a favorecer las concentraciones excesivas de poder.

En México desde que se consolida del presidencialismo no hay indicios de que la sociedad mexicana esté dispuesta por intentar la alternativa del Parlamentarismo.

De ser casi nada a ser casi todo:

La Historia Política Mexicana de la segunda mitad del siglo diecinueve se proyecta bajo la sombras de los presidentes Benito Juárez y Porfirio Díaz, por la importancia en el papel que desempeñaron tanto en México como en el Exterior, ambos gigantes se proyectan en casi toda la historia política mexicana.

Existen en la historia nombres de Presidentes que no figuran en la memoria de los mexicanos como Eulalio Gutiérrez Ortiz, quien fue nombrado presidente por sus colegas en la Convención Revolucionaria en 1914; asimismo, otros también que les son familiares como Venustiano Carranza o Albar Obregón. Y es a partir de 1940, que se ha logrado mantener en la memoria colectiva mexicana prácticamente el nombre de todos los ocupantes de la silla presidencial que data desde Manuel Ávila Camacho hasta Ernesto Zedillo.

Es evidente que en los últimos 70 años, ningún presidente llego al puesto por su importancia o fuerza, salvo Lázaro Cárdenas y Miguel Alemán. Desde 1930 la presidencia ha sido ocupada por la persona quien ha controlado el partido oficial. En el año 2000 la naturaleza del proceso político cambia porque con esa elección se modificó al régimen mismo y quizá la personalidad vuelva a ser una variable significativa con relación a la presidencia mexicana.

LA CONSTRUCCION DE LA PRESIDENCIA FUERTE:

Como resultado y culminación de la revolución mexicana, se da una presidencia una presidencia fuerte, que adopta en 1917 una Constitución con todos los elementos democráticos: Garantías individuales, elecciones libres, voto universal y secreto, división de poderes, no reelección y federalismo.

Dos acontecimientos fueron decisivos para permitir la rápida evolución del presidente:

El primero fue la construcción de un partido de estado, mismo que aparece en marzo de 1929.

El segundo determino el carácter fuerte de la presidencia posrevolucionaria que fue la decisión de acabar con la diarquía y expulsar al jefe máximo del país a mediados de 1935.

PRESIDENTE SIN CONTRAPESOS:

A finales del siglo diecinueve Porfirio Díaz logro destruir cualquier remanente de la autonomía del Poder Legislativo y desde luego de los gobernadores de los estados; una vez concluida la Revolución en 1910 las cámaras de Diputados y Senadores volvieron a recuperar cierta fuerza.

En el Gobierno de Cárdenas; actúo de manera consistente logro consolidar una gran alianza entre el presidente y los sectores populares y por otro lado remover del mando de tropas a Generales de lealtad sospechosa; así como destituir a gobernadores que no le eran afines; Cárdenas llevo a cabo la expropiación de las poderosas compañías petroleras extranjeras.

LOS PODERES METACONSTITUCIONALES:

El

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