ELUSION TRIBUTARIA

Elusión tributaria.

INTRODUCCION

La recaudación fiscal siempre ha sido el talón de Aquiles de la economía mexicana. Según el último Informe Tributario y de Gestión del SAT, dado a conocer a finales del 2011, se recaudaron el año pasado 1 416 588 millones pesos, es decir 9.8% del PIB. Una cifra record y en clara progresión. En 1996 por ejemplo, año de menos recaudación desde 1994, se cobraron 201 370 millones de pesos, sólo 7.3% del PIB. 2010 con 1 291 515 millones de pesos alcanzó 9.2% del PIB. Sin embargo, estás cifras siguen muy por debajo de los estándares internacionales. Brasil recauda más del 35% de su PIB y México sigue siendo el país de la OCDE con la peor recaudación fiscal, considerando o sin considerar los ingresos petroleros.

PIB (PRODUCTO INTERNO BRUTO)

ELUSION TRIBUTARIA

Una de las causas del rezago de México en materia de recaudación tributaria son las prácticas conocidas como evasión y elusión fiscal por parte de personas físicas, los contribuyentes, o morales, las empresas.

La evasión fiscal representa todas las estrategias ilegales para no pagar impuestos o pagar menos impuestos de lo que se debería legalmente. Las prácticas de doble facturación, no declaración de ingresos o deducciones fiscales indebidas son tácticas ya clásicas.

La elusión por su parte, no es ilegal. Se resume a aprovechar los huecos e imprecisiones en la reglamentación fiscal para pagar los menos impuestos posibles. Un caso muy bien documentado es el de la consolidación fiscal. Empresas de un mismo grupo pueden repartir pérdidas y ganancias para no declara utilidades a nivel “consolidado”, a nivel del grupo. Ambas estrategias se aplican antes de la determinación del monto de imposición por parte de la autoridad tributaria con el objetivo de que se le determine el “crédito” fiscal más bajo posible.

La elusión fiscal puede ser practicada por cualquier persona, que cuente con un asesoramiento legal y tributario adecuado. Pero son las multinacionales y entidades financieras las que por lo general más se benefician de ella, al disponer de la estructura internacional y los recursos necesarios para poner en marcha auténticas estrategias de ingeniería fiscal.

Como hemos dicho, la elusión fiscal no es un delito, pero es fácil comprender que no es vista con agrado por las autoridades tributarias. Al fin y al cabo por culpa de ella éstas pueden llegar a perder una parte importante de su recaudación. Por ello no es de extrañar que traten de combatirla con todos los medios a su alcance.

EJEMPLOS DE ELUSION TRIBUTARIA

Sin embargo, existen también estrategias de evasión y de elusión una vez determinado el monto de impuesto a pagar. La primera de ellas es aprovechar su derecho legal a impugnar la estimación del crédito fiscal por parte de la autoridad tributaria. Según la agencia de cobranza del SAT cerca de un 70% de la carta de créditos fiscales está impugnada. A veces con legitimidad, a veces sólo con el fin de ganar tiempo para preparar un recurso muy armado, o simplemente desaparecer.

En efecto, los procedimientos de apelación pueden durar hasta 6 meses y no implican garantizar a los créditos impugnados con activos lo cuál da a un contribuyente deshonesto tiempo para protegerse contra un eventual embargo por parte del SAT. Para ello, se aprovecha de empresas que ofrecen el servicio de alquiler de domicilios fiscales. Crear un domicilio fiscal patito no requiere de mucha ciencia. Sólo con teclear “domicilio fiscal” en Google, se pueden encontrar varias direcciones que ofrecen este servicio.

Otra estrategia es de declarar como domicilio fiscal una oficina vacía, con una computadora y una operadora, para que al momento de venir a embargar a la empresa, el SAT no tenga acceso a sus activos reales. Existen despachos donde hasta 30 a 40 empresas, a veces grandes, tienen su domicilio fiscal. Una práctica al margen de la ley que impide a la administración tributaria perseguir a los deudores.

Responsabilidad limitada

Si las sociedades desaparecen, el SAT puede irse en contra de las personas físicas, los socios de la empresa. Sin embargo, la responsabilidad personal de los dueños de una empresa está legalmente limitada al monto de la aportación del socio, es decir su inversión inicial. Una empresa fundada con 100 mil pesos por cuatro socios puede deber 100 millones de pesos al SAT, este no podrá cobrar más de 25 mil pesos a cada socio, si los logra encontrar. A quién sí pudiera exigir el monto total del crédito es al “administrado único” de la empresa

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