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EVOLUCION DEL LENGUAJE


Enviado por   •  15 de Julio de 2014  •  6.229 Palabras (25 Páginas)  •  268 Visitas

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JUEVES 18 DE AGOSTO DE 2011

Del origen y evolución del lenguaje humano a las armas nucleares

Marcelo Colussi y Guillermo Guzmán (especial para ARGENPRESS.info)

I

Acceder a una visión integral del mundo implica traducir la realidad a un determinado lenguaje; hay muchos, pero sí y solo sí hubiese un universal lenguaje, nuestra noción del mundo, nuestro acercamiento y afortunada aprehensión de esa escurridiza realidad, pudiese llevarnos a la más fecunda comunicación. La experiencia del diario vivir, por el contrario, nos muestra que no hay tal universalidad, y que la pluralidad de visiones (de lenguajes) es lo que prima.

Todos somos parte de la dispersa y contradictoria realidad, y no bastan las disquisiciones dialécticas para explicar ni para justificar el que aún estemos sumergidos en un caos infernal. Habría que bucear más a fondo para ver si hallamos la hebra de la madeja. ¿En qué lugar, momento histórico y de qué manera se resquebrajó a nivel de no retorno la evidente voluntad unitaria del Homo Sapiens?

Hoy la humanidad es un rompecabezas suelto al que debemos armar; algunas piezas no calzan para integrar un mundo de paz y armonía; los guerreristas “genéticos” no encajan, y hasta tanto las ciencias no ofrezcan una alternativa de curación para ellos, hay que desecharlos, dejarlos a nivel de esa cosa tan rara de justificar que llaman “Premio Nobel” (Kissinger, el principal mentor de guerras en el siglo XX, recibió uno. ¿Alguien lo puede explicar?).

Desde que el niño respira por primera vez, inicia un proceso de aprendizaje que se concibe como la transformación que tiene lugar en su sistema nervioso cada vez que se integra a él una nueva información. La teoría cognoscitiva de reciente aparición hace hincapié en los factores que determinan la conducta y establece que ésta, mayormente, es aprendida y las leyes que gobiernan ese aprendizaje pueden conocerse y medirse. Asimismo, es concluyente que tanto la conducta “normal” como la “anormal” se adquieren mediante los mismos mecanismos fundamentales de aprendizaje. La especificidad de cómo se llega a una mentalidad criminal capaz de fabricar una bomba atómica para matar niños, o población civil no combatiente, no es objeto de estas reflexiones; mas, en sentido lato, hay que decir que la ojiva nuclear es una consecuencia perversa del desarrollo del lenguaje científico.

Encargada de escarbar la evolución, la ciencia ya da por sentado que del Australopithecus erectus al Cro-magnon es evidente el aumento de la capacidad craneal. Desentrañar la secuencia del genoma humano puede aportar claves acerca del desarrollo del lenguaje.

En la zona de los Grandes Lagos, en África, se han hallado los huesos más antiguos, y los estudios de ADN confirman que todos los grupos étnicos tenemos filiación con el africano originario (aunque muchos, de puros racistas, no lo admitirían de buen grado). Además, fósiles humanos de hace dos millones de años, datan indicios de que el incipiente cerebro desarrollaba desde entonces atisbos del habla.

La capacidad de almacenar información nos ha venido haciendo extremadamente complejos. Desde entonces, y hasta el presente, hemos pasado de simplemente fabricar rudimentarias herramientas de piedra a construir ojivas nucleares. Es de suponer que las primeras eran para cazar, armas de subsistencia; mientras que la bomba atómica implica la más brutal arma ofensiva e intimidatoria. De hecho, el potencial atómico de que disponen los pocos países que forman el super selecto club nuclear, de liberarse todo al mismo tiempo produciría una explosión de tal magnitud que haría colapsar el planeta, llegando su onda expansiva hasta la órbita de Plutón. “Proeza técnica”, podría pensarse; pero ese potencial no mejora la calidad de vida, y el hambre sigue siendo la principal causa de muerte de la Humanidad. ¿Ha evolucionado el ser humano entonces? ¿Hacia adonde va?

Formular hipótesis generales acerca de si, cómo, cuándo y etc. factores determinaron el lenguaje, e inclusive su evolución, difícilmente nos llevarán a una verdad científica incuestionable. Es de imaginar la multiplicidad de factores de toda laya que han podido afectar la evolución del lenguaje humano pero, sin lugar a dudas, los sectores sociales y políticos que históricamente impusieron su ley a otros grupos o pueblos e influyeron en menoscabar lo que había, para imponer sus valoraciones, tienen mucho que ver.

¡Menuda tarea, tratar de escarbar la historia de la evolución del lenguaje desde sus primeras manifestaciones hasta la complejidad de lo actual! Podríamos intentar extrapolar inductivamente en función de recientes cambios e inclusive de apreciables modificaciones en marcha ahora.

II

El lenguaje es el más poderoso elemento de la cultura humana; surgió de la necesidad de comunicarse, lo que es evidencia de nuestro ancestral carácter gregario. Ahora bien: el lenguaje es más que un medio de expresar el pensamiento. Es su matriz, su condición de posibilidad. Pensamos en nuestra lengua materna, y eso nos decide mucho de lo que construimos. En otros términos: somos el lenguaje. Es nuestra condición de posibilidad, y al mismo tiempo nuestro límite.

¿Las primeras expresiones habladas? ¿Cómo saberlo? ¿Qué objeto pudo estar en la cabeza del hombre primitivo, acaso un plato de comida? ¿Plato? ¿Las exigencias de su vida práctica incluían internet, las ojivas nucleares?

Los primeros signos escritos fueron representaciones de objetos prácticos, y las primeras expresiones habladas han podido ser imitaciones de sonidos de la Naturaleza, tal vez reproducir sonidos del mar o del río, o del viento, o de animales. En esas circunstancias, el lenguaje onomatopéyico pudo expresar lo externo, pero había que expresar los sentimientos, lo interior, y eso pudo empujar al ser humano a crear otro lenguaje.

Es de advertir nuevamente que este es un abordaje temerariamente empírico, de la evolución del lenguaje humano; sería impropio dar por sentado como factor de evolución al respecto algo que no se pueda demostrar. A diario el ser humano inventa nuevas formas verbales para no quedarse atrás y a nosotros, en tanto que no somos excepción alguna, se nos ha ocurrido inventar “oenarcocitanul” para definir a los más conspicuos y despiadados asesinos.

Testimonios de investigaciones científicas señalan que actualmente existen cerca de 7.000 idiomas (entre lenguas y dialectos derivados) y que un indeterminado número ha desaparecido, así como otro número

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