Ejemplo de Klaric, Jürgen, (2012). “Estamos ciegos”.
DiverJCSEnsayo30 de Abril de 2018
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Klaric, Jürgen, (2012). “Estamos ciegos”.
En primera instancia este texto tiene como propósito analizar la obra Estamos ciegos del autor Jürgen Klaric, y por consiguiente, esbozar las características del perfil del autor y su contexto de su producción; son determinantes contenidos para ejercer un ideal entendimiento que conlleve a la crítica. Ahora bien, Jürgen Klaric es docente, investigador, publicista y escritor, entre sus obras escritas se encuentran: Véndele a la mente y Estamos ciegos. En sus obras se entrelazan temáticas como: la perspectiva del ser humano frente al contexto de modernización, estrategias de neuro-innovación y neuromarketing, además, bajo la representación de su perfil como comerciante en sus obras genera contextualización frente al campo económico, he aquí su artilugio literario y estrategia denotativa.
En orden de ideas, la obra Estamos ciegos es un texto informativo, estructurado en diez capítulos, es narrado en primera persona por el autor Klaric; un elemento importante que, adquiere valor al demostrar su punto de intervención en el comercio y su desarrollo como estratega comercial. En los cuatro capítulos iniciales el autor narra su experiencia y los objetivos proyectados en ese entonces, se centraliza en describir habilidades necesarias para influir en el comercio como la de “intuitivo”, y menciona relaciones interpersonales de diferente tipos: especialistas en neurología, sicología, sociología, antropólogos, etnográfos, entre otros, con el objetivo de interpretar por medio de estudios, el subconsciente colectivo de las masas de consumo.
Este ensayo académico propone interpretar y establecer afirmaciones sobre la relación de entendimiento entre la industria del comercio y las convicciones de las masas de consumo. Quiere decir que el escritor adjunto la neurología y el marketing, porque es por medio de este último que se reconoce qué piensa o quiere el consumidor.
Ahora es imperativo destacar los argumentos tras haber descrito un cúmulo de artificios o significaciones que son parte de la estética del autor. El primer argumento deriva de una incógnita: ¿por qué considerar la intuición como estrategia de mercadotecnia?, a partir de lo expuesto por Klaric, quién define que la intuición consiste en “la capacidad y sensibilidad de leer comportamientos, y movimientos gestuales y comportamentales” (2006: 20). Es relevante destacar la intuición como una habilidad adquirida que sirve de técnica de mercado, porque el mercante debe de predisponerse a representar disimiles modelos de compra, ya sea por, un mercante de determinadas necesidades, el tiempo y plazo de la entrega del producto, o regiones con distintivas características. La intuición es un elemento del marketing analizado desde diferentes puntos de vistas, he de ahí su importancia colectiva.
En desarrollo de la argumentación, otra incógnita: ¿qué simboliza los objetos del mercado para la humanidad? ¡Libertad! ¡Prototipos! ¡Estatus!... está incógnita puede ser interpretada o develada por una metáfora como: se alza el telón del actor (comprador) es desvanecido, se refleja y deja al asecho del escenario (comercio, mercantes) todas sus necesidades, convicciones, ideales o propósitos. Para ejemplificar la presencia simbólica entre comprador y objeto, análogo este hecho mencionado en el libro: en New York Times se publicó una fotografía del desfile de Edward Bernays el cuatro de julio, en donde mujeres posaban como la estatua de la libertad e inhalaban cigarrillos (2006:36).
En consonancia con lo interpretado y analizado a partir de la obra, se concluye que el autor, no como un acto en vano, ha efectuado un modelo idealista para el sistema comercial, su tesis consiste en representar estrategias de entendimiento frente al subconsciente de las masas de consumo, como estrategia iniciativa de mercado que supone
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