El Laberinto De La Soledad.

Los hijos de la malinche

El hermetismo del pueblo mexicano es una naturaleza que atrae y repele, el misterio que hay en nuestra cultura para el mundo y la reserva que tenemos sobre nuestros sentimientos de amor, lealtad, traición y crimen hace que seamos indescifrables para los demás, nuestras fiestas, el culto a la muerte, es algo que no comprenden otras culturas como la europea y lo que nos hace ser un pueblo que vive con lo poco que queda de las creencias del pasado, del mismo modo que los pueblos orientales.

No es difícil entender sobre el porqué de nuestra cultura arcaica, ya que México es un país con una historia alejada del centro de la sociedad para los europeos, lo cual al hombre urbano causa curiosidad, nos miran como lo oculto, la sabiduría de un pasado escondida en la actualidad. La mujer es otro ser hermético, que al igual que el mexicano incita y repele, se cuestiona si trae la vida o la muerte, su misterio nos hace querer saber en qué piensa y si es igual a nosotros, en la mayoría de las culturas las diosas representaban la creación y la destrucción, sin duda alguna la mujer es el conocimiento que nunca tendremos, y el misterio que no resolveremos.

La clase obrera no se aprecia de la misma forma que a la mujer, aunque este tan alejada de la sociedad como ella, cuando se escriben novelas el héroe nunca es un obrero, siempre son hombres renunciando a su título, herencia o clase, el obrero siempre aparece de fondo y nunca se considera un protagonista carece de individualidad ya que todos son vistos como los “hijos de la maquina”. Es reducida su humanidad a ser un objeto para el empleador, las cosas que utiliza no son suyas y las obras que hace no las ve terminadas solo es un objeto cumpliendo una función.

La situación teórica del obrero se ve en otras clases, se dice que vivimos en un mundo de técnicos, aunque estén en otro nivel de vida la condición es la misma. Se cumple una función repetitiva que puede hacer trabajar bien a la sociedad pero no la lleva a ningún lado, no hay un progreso. Los regímenes totalitarios alimentan esta situación, generalizando y creando represión en la sociedad, la propaganda difunde verdades incompletas, manipulando y haciéndolas verdades absolutas para las masas, se siembra el terror y la intolerancia hacia otros grupos, el persecutor fácilmente se vuelve perseguido, solo con un cambio de “la maquina política”.

La falta de individualidad y de pasión nos está llevando a dejar de ser un misterio para la sociedad, a dejar de ser únicos, los cambios cada vez son menos y se pierde la esperanza de seguir siendo seres enigmáticos y con el tiempo convertirnos en seres comunes.

Mientras pasa el tiempo y dejamos de ser un problema, seguiremos siendo cerrados a los extraños sobre nosotros mismos, no hemos sido capaces de superar nuestro pasado, desde la época de la colonia donde nos inculcaron el desdé de nuestro origen y nuestras creencias.

Un hecho histórico es distinguido de los demás hechos por su carácter histórico, que sucedieron en una realidad in-cambiable e indisoluble.

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