El Profesional Reflexivo (D.A. Schön)

El presente trabajo está basado en el profesional reflexivo y la descripción de las tres fases del pensamiento práctico. Según Schön (1987) la profesión docente debe entenderse como una actividad reflexiva y artística en la que, en todo caso, se incluyen algunas aplicaciones técnicas, esto surge como respuesta critica a la racionalidad técnica prevaleciente en muchas profesiones, es decir, a la forma en como las personas analizan y seleccionan los medios apropiados para determinados fines o la solución de problemas.

Si ponemos atención a la práctica docente, podríamos encontrar muchos aspectos que hoy caracterizan el paradigma del profesional reflexivo, por eso es importante tener presente que un buen modelo nos sirve para aproximarnos a la realidad. A continuación presentaré mis propias ideas en relación con el concepto del maestro como profesional reflexivo de acuerdo a la información proporcionada por el autor.

En la práctica casi no hay oportunidad de reflexión. La interacción constante, no permite a los profesores reflexionar críticamente sobre lo que están haciendo mientras están enseñando. Es por ello que “la orientación práctica o reflexión en la acción en la que se sitúa el modelo de Schön, entre otros, surge como una respuesta a la necesidad de profesionalizar al maestro y una práctica de aula supeditada a éste” (Domingo, S. F.). Esto me permite entender que la orientación práctica es el aprender a haciendo que ha surgido como metodología pedagógica en los sistemas educativos y que se trata de mirar mis experiencias, conectándose con mis sentimientos, y atendiendo mis teorías en uso. Es así como la reflexión en la acción implica hacer uso de mis conocimientos, reflexionar para informar a mis acciones ante la situación que se me este presentado y dar la solución oportuna.

Para poder ser profesionales reflexivos debemos tener en cuenta tres fases como pensamiento práctico:

• Conocimiento en la acción.

• Reflexión en y durante la acción.

• Reflexión sobre la acción y sobre la reflexión en la acción.

El primero se refiere al saber hacer, aquí existe una reflexión pedagógica anticipada de cómo se debe de actuar con el alumno o los alumnos ante una situación-problema, por ejemplo; cómo abordar un tema en el que todos entiendan, en este primer paso sería analizar obstáculos y dificultades, hacer flexible nuestra planeación para dar seguimiento al proceso de enseñanza aprendizaje.

La segunda fase trata sobre el pensamiento producido por el individuo sobre lo que hace o actúa. Se ha dicho que el profesional reflexivo es el que reflexiona en acción mediante la toma de decisiones. En esta toma de medidas se le considera guiado por los principios teóricos y prácticos de su disciplina aunque estos principios pueden estar operando de forma más o menos tácita, es decir, casi espontánea. Debo tener en cuenta que mis acciones deben de ser con tacto, es decir, hacer uso de la sensibilidad de saber actuar con eficacia ante las situaciones que ocurren en el aula, a establecer un clima de aprendizaje adecuado para sus alumnos, de identificar las características de cada niño; así como ser capaz de mostrar seguridad, confianza, comprensión entre otros aspectos.

El último es la reflexión que el profesional hace sobre el proceso de la acción aquí surgen preguntas como ¿qué es lo que debería haber hecho?, en este sentido, el conocimiento aparece como un instrumento de evaluación, análisis, reconocimiento y reconstrucción de la intervención pasada, en relación con el contexto y la situación. Esto también se puede conversar con otras personas haciendo reflexión sobre dicha experiencia, dándome la oportunidad de darme cuenta de la importancia de estas experiencias como profesional.

Finalmente “en todo caso hay que apuntar

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