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El castillo secreto de fiestas


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2023  •  Tareas  •  1.457 Palabras (6 Páginas)  •  21 Visitas

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      UNIVERSIDAD JUAREZ AUTÓNOMA DE TABASCO[pic 1]

División Académica de Ciencias Económico – Administrativo

Licenciatura en Contaduría Pública

 

Materia:

Lectura y Redacción

Producto integrador

Profesor:

Mtra. Maribel Cruz Hernández

Alumno:

Eduardo Augusto González López

Matricula:

223Q1027

Correo:

223Q1027@alumno.ujat.mx

CUENTO

“EL castillo secreto de fiestas”

Pedro y flor llegaron al lugar donde sus familias tendrían la comida de día de campo de la oficina que era cada año, en donde trabajan los padres de ambos, Pedro acompañaba a su madre, que era jefa del departamento de contabilidad de la empresa. Así como flor acompañaba a su padre, el cual era encargado de la administración, además, iba la familia de muchos empleados de la empresa y el lugar estaba bastante concurrido, el lugar en donde se realizaba el día de campo, era cerca del bosque y tenía un pasto muy verde y frondoso. Pedro estaba muy aburrido, porque a pesar de que había otros niños de su edad con los que podría jugar, no había nada entretenido para pasar el rato.

A flor le ocurría lo mismo. Otras niñas se juntaban para jugar con sus muñecas a la casita, un juego que se encontraba muy aburrido para Flor, además no había traído sus muñecas para que jugara con las demás niñas. Así que ambos comenzaron a caminar entre los árboles, cada uno por su lado hasta que el ruido del día de campo y el olor de la carne asada había quedado muy atrás. A la vuelta, ambos se encontraron frente a frente.

-hola -dijo Pedro tímidamente -

¿Qué haces hasta acá?

-Me aburrí de estar entre tanta gente, respondió Flor.

-yo igual. A los adultos les gusta reunirse y hablar todo el tiempo, muchos ni se conocen dijo pedro.

- ¿Cómo te llamas?

Después de presentarse, continuaron su exploración por el bosque, alejándose cada vez más del lugar de la comida del día de campo. Los ruidos normales del bosque comenzaron a rodearlos: ardillas corriendo entre los arbustos, el viento jugando con las ramas de los árboles y las hojas cayendo levemente hasta el suelo, así como el canto de los pájaros. De repente Pedro tropezó con algo y cayó al suelo frente a Flor, quien empezó a reírse escandalosamente.

- ¡Oye, no te rías! Me dolió.

-Pues fíjate por donde caminas. ¿Con qué te tropezaste?

-No sé, no vi bien parecía una piedra.

Se acercaron a ver con que había tropezado Pedro, era una especie de piedra cuadrada y pareciera estar enterrada en el suelo, era de un color gris muy diferente a la de cualquier piedra conocida, Pedro empezó a escarbar para sacar la piedra que estaba muy enterrada y con asombro descubrió que parecía ser más grande de lo imaginado. Flor lo ayudo a remover tierra y también quedó asombrada al ver que aquella “roca” resultaba ser mucho más grande de lo que ellos pensaban. Ahora parecía tomar la forma de un enorme cono que se adentraba más y más y en la tierra.

- ¿Qué será? -quiso saber Flor.

- ¡Ay no sé! Pero está muy grande, no podemos sacarlas solos.

- ¡Ya sé! -gritó Flor de pronto.

Después de contarle su plan a Pedro, ambos regresaron corriendo a toda prisa al lugar donde se realizaba el día de campo. Ahí, tal como lo habían imaginado, había muchos niños simplemente aburridos sentados en el pasto, sin hacer nada, aburridos de que sus padres les dijeran que se portaran bien y que no hicieran travesuras. Flor les hablo a cada uno de ellos y los reunió a todos, Pedro les contó de lo que ellos habían descubierto en el bosque. Ambos invitaron a todos a que los ayudaran a desenterrar esa misteriosa piedra que habían encontrado.

Aquellos niños, más por la idea de hacer algo entretenido que por querer ayudarlos, aceptaron acompañarlos, cuidadosamente para que ningún adulto notara la ausencia de los niños, todos los niños fueron internándose en el bosque, guiados por Pedro y Flor. Todos llegaron al lugar indicado y comenzaron a ayudar a quitar la tierra con sus propias manos o con ayuda de algunas piedras que usaron como palas improvisadas. Poco a poco fueron desenterrando el objeto solamente para descubrir que era mucho más grande de lo que imaginaron.

Era una torre, una torre de piedra con una ventana cerrada con madera, y todavía parecía que había muchas más enterradas. Los niños se tomaron un descanso, viendo cómo la cima de aquella torre apuntaba directamente al cielo.

-Parece un cohete -decía uno.

- ¿Será de verdad? -preguntaba otro.

- ¡Claro que es de verdad! -exclamó Flor -es una torre de un castillo de verdad, eso quiere decir…… que el castillo está enterrado justamente debajo de nosotros.

- ¿cómo llegó ahí? -preguntó alguien.

-oh, de seguro se aburrió de vivir en la cima de alguna montaña -dijo Pedro – y decidió probar qué se sentía vivir bajo tierra… ¡¿Cómo quieres que los sepa?!

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