El hombre light. Recensión

El hombre light

Recensión

Roberto Bruno Rosales Reyes

Diciembre de 2023

Introducción

En la guerra y en el amor todo se vale, pero el hombre, la sociedad, el espíritu light está en guerra con el amor. El hombre light fue escrito por Enrique Rojas, psiquiatra español. Un texto que denuncia la forma en que la sociedad ha transformado el concepto de amor/felicidad, confundiéndolo con placer o consumo. Si el amor se confunde con placer, y el amor es fuente de felicidad, siendo esta ultima el propósito de la vida humana; por tanto, el placer se vuelve aquello que rige nuestra conducta.

Una obra como esta, es de una atemporalidad que nos persigue hasta nuestros días, y se vuelve necesaria de revisar. Por la época en que fue escrita, el autor no pudo conocer las maquiavélicas herramientas que se usan hoy en día para esclavizar y dopar las mentes contemporáneas. El amor light es algo dependiente, insatisfactorio y sin propósito. Pero para poder vencer estos males, primero tenemos que conocer cómo se manifiestan.

El termino light proviene de aquellos productos ligeros que se venden y que no tienen carácter o propósito más que el de satisfacer la necesidad de consumir. Hablando de la forma de pensar de una persona, light quiere decir “[…] sin sustancia, sin contenido, entregado al dinero, al poder, al éxito, y al gozo ilimitado y sin restricciones.” (Rojas;1992:11). Es este el nuevo modelo social que está sustentado por un materialismo sistemático, que enferma e infecta todo lo que nos rodea. En palabras del propio autor “La cultura posmodernista de nuestros días gira en torno al consumismo, hedonismo, la permisividad y el culto por el instante transitorio.” (Rojas;1992:121). Una denuncia que resulta pertinente aún en nuestros tiempos, incluso más, pues los medios que propician esta forma de pensamiento no han hecho otra cosa que aumentar su eficacia, y su alcance.

La revolución y desarrollo de tecnologías para los medios de comunicación masivos se ha convertido en un culto, ha crecido de manera exponencial desde los tiempos de Rojas, cuando él mismo ya anunciaba que “La enfermedad de occidente es la de la abundancia: tener todo lo material y haber reducido al mínimo lo espiritual” (Rojas;1992:56). Así continúa siendo la realidad contemporánea, estamos rodeados de información frívola y sin interés cultural, sin una preocupación real para el desarrollo del individuo como ser humano. Los medios de información se han desviado y masificado tanto que su contenido ya no enriquece. Más bien desvincula y desinforma, diría el autor que “[…] va gestando un individuo frío, desconcentrado, abrumado por tanta noticia negativa, incapaz de hacer síntesis de todo lo que le llega.” (Rojas;1992:122). El sentimiento es tal que hace al individuo caer en el nihilismo y la subjetividad.

Como podemos notar, el hombre y mujer está inmerso en un mar de posibilidades donde las contradicciones del hombre light se hacen presentes. Todo es válido, y nada lo es. “Todo es positivo y negativo, bueno y malo; o nada es bueno ni malo, sino que depende de lo que uno piense, de sus opiniones” (Rojas;1992:40). El individuo se vuelve la medida de las cosas, siempre que sea algo bueno para él, será la verdad inequívoca. Este nihilismo provoca un sentimiento, y cómo no, de vacío que tratara de llenar con un consumismo sin fondo e impulsivo.

El hombre y mujer de este modelo son incapaces de adentrarse a las complejidades de cualquier tema, emoción o sentimiento. Son y consumen light. Son nihilistas hasta la medula. La indiferencia y la desmoralización, el espíritu escéptico del hombre ligero, son consecuencias directas de la desconfiguración del proyecto de vida “Todo se torna borroso y uno no entiende lo que pasa por estar siempre abrumado. En consecuencia, no sabe qué hacer con la vida y nos sentimos desfallecidos.” (Rojas;1992:117). Es este sentimiento angustioso que causa el mundo globalizado, aquel que está repleto de imágenes sin valor real, uno que nos hace dirigirnos inevitablemente a un placer desmedido.

Un gran ejemplo de esto son las adicciones, que pueden verse como otra forma de consumo sin límites, derivando en la dependencia de estas. Las drogas son consumidas por variopintas causas, pero siempre buscan experiencias nuevas. Son evasiones, de la realidad que se toma como insuficiente. Se consumen para llenar nuestra necesidad de espiritualidad. Son una salida o respuesta al sufrimiento, al fracaso. El autor diría que aquel que se droga es alguien que “ha renunciado a luchar, quiere solo las sensaciones evanescentes de flotar y suspenderse en el océano de las vivencias nirvánicas.” (Rojas;1992:134). Las drogas son la respuesta aparente a todos los males y pesadeces del mundo real, de lo cotidiano. Se dice que en este estado uno se encuentra high, o flotando en el cielo, ligero: light. Evoca la filosofía del mínimo esfuerzo para poder superar estas adversidades de la vida; con todo, las drogas son para gente sin carácter.

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