Ensayo El Grillete Del Elefante

Montar la carpa

Mark sonrió. Su división estaba teniendo otro trimestre estupendo.

Solo él conocía el auténtico secreto que había detrás del éxito.

Los logros de Mark eran bien conocidos.

El éxito era evidente, también, en otros aspectos de su vida fuera del trabajo.

Lisa y el habían criado a tres hijos maravillosos. Jackie, Evan y Brian. Lisa y él habían seguido admirándose mutuamente, de forma incondicional, y estaban más unidos que nunca.

El zumbido del teléfono interrumpió sus reflexiones.

--Tienes visita, Mark – dijo su secretaria.

--¿Quién es? ---preguntó.

---Es una sorpresa.

Medio exasperado, medio curioso, fue a la puerta y la abrió. Allí estaba su hija Jackie.

--- ¿Sorprendido? ---le pregunto mientras se abrazaban.

Hizo entrar a Jackie

---Siéntate. Es una sorpresa fantástica. ¿Qué te trae por aquí? ---preguntó

Esta mañana tenía una reunión aquí, en la ciudad, y oficiosamente, he venido para verte.

De repente, Jackie se puso seria.

Tengo problemas y necesito tu ayuda.

_Dime, ¿qué pasa?

_ ¡Todo! Soltó ella de golpe. Me encanta mi trabajo, pero parece que no puedo seguir el ritmo.

Brett me da todo su apoyo como marido, pero está muy ocupado con su propio trabajo. Casi no pasamos tiempo y eso me preocupa.

Para complicar aún más las cosas _continuo Jackie, Brett y yo estamos empezando a hablar de formar una familia. ¡No tengo ni idea de cómo voy a ser una buena madre con la locura de vida que llevo!

_Dime, ¿cómo te puedo ayudar? Inquirió Mark.

_No estoy segura de que te hayas dado cuenta, papá, pero te he observado más de lo que sabrás nunca contestó Jackie; con frecuencia pienso en cómo mamá y tú hacéis las cosas.

Mamá y tú habéis conseguido mucho; sin embargo, casi nunca os he visto esforzaros como yo. No consigo averiguar qué hago mal.

Mark le dio unas palmaditas en la mano.

_Para empezar –dijo -, sé que tienes todo lo que hace falta para llevar una vida plena y gratificante.

En segundo lugar, yo he luchado más de lo que imaginas, igual que tu madre.

Lo que nos cambió la vida fue descubrir un medio fácil para concentrar nuestro tiempo y nuestra energía en las cosas que más nos importan. Aprendimos que es imposible hacerlo todo.

De hecho, tengo que agradecértelo a ti –añadió Mark.

--¿A mí? –preguntó Jackie.

--Sí, cuando tenías unos 5 años, me ayudaste.

--¿Cómo? –Insistió ella.

--Jackie, tú y yo nos parecemos mucho.

Fue por esa época cuando tu madre y yo te llevamos al circo y yo descubrí el secreto.

--¿El circo? –repitió Jackie. – ¿Estás de broma, no? ¿Vas a decirme que el circo me ayudará en la vida?

Mark –dijo--. Cuando te sientes frustrada. ¿No tienes la sensación de que intentas hacer malabarismos con elefantes?

--Nunca me lo había planteado de esa manera, pero sí ---respondió con una débil sonrisa---.

Parece que conseguir hacerlo todo sea una tarea imposible.

Mark se levantó y de un cajón del aparador que está detrás de su escritorio sacó un cuaderno de notas que había junto a un manoseado programa de circo.

---Por desgracia, tengo una reunión, Pero quiero hablar un poco más contigo.

No obstante mientras estoy en la reunión, quiero que leas algo---prosiguió Mark---.

Hace uno años, convertir mis ídeas en un relato, pensando que quizá fuera un regalo especial para ti.

Cuando vuelva de la reunión, podemos hablar de lo que hayas leído. ¿Quién sabe?, es posible que algo en mi relato te ayude

---De acuerdo, papá ---dijo Jackie, lo leeré

La historia

¡Entradas, por favor!

Mark miro su lista de cosas que hacer y suspiro. Tenía el día lleno de reuniones, mensajes, informes sobre el desarrollo de diferentes proyectos.

Cuando saliera del trabajo, las perspectivas no eran mucho mejores. Lo esperan recados y una larga lista de cosas que hacer.

Mark había tenido relativamente bastante éxito hasta ese momento y era uno de los directores de una organización que crecía.

En ocasiones, la carga de trabajo parecía pasar de exigente a abrumadora.

Uno de sus principales obstáculos era mantenerse y mantener a su personal concentrado, lleno de energía y productivo, recibía esos retos con entusiasmo.

Se preguntaba cómo podía esperar alcanzar sus metas profesionales si no conseguía trabajar de forma eficaz en su actual nivel de responsabilidad.

Respiro hondo y pensó en otra fuente de insatisfacción: su vida personal. Su nuevo puesto le exigía más tiempo del que había.

Sin haber disfrutado de tiempo libre en muchos meses, Mark pensó en lo mucho que echaba en falta alejarse de todo aquello. Le gustaba ir de excursión, pescar y pasar tiempo en la playa.

Pensó en algo más que echaba de menos: correr. Su sueño era correr una maratón, pero el trabajo, el matrimonio y sus deberes como padre habían hecho que correr desapareciera por completo de sus costumbres. *Ahora sólo corro cuando persigo a Jackie alrededor de la casa*, pensó.

Mark miró el retrato de las dos personas más importantes de su vida: su esposa Lisa y su hija Jackie.

Jackie, con su enorme sonrisa y sus

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