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Esclavas Del Poder


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2013  •  2.990 Palabras (12 Páginas)  •  386 Visitas

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Sinopsis del libro

Esclavas del poder

Lydia Cacho Ribeiro

Editorial: Debate

Año publicación: 2010

Esclavas del poder de Lydia Cacho Ribeiro:

Esta investigación periodística parte de historias individuales contadas a la autora por mujeres y niñas que sobrevivieron a su venta a las redes mundiales de trata de personas. A partir de casos concretos, de historias conmovedoras, la autora sigue la línea de investigación que le conduce hasta las mafias de tratantes. Sin embargo no se detiene allí, sino que también busca los nombres y cargos de los servidores públicos que los encubren y protegen. Esclavas del poder es un mapa global de la trata de mujeres. Un viaje de ida y vuelta, en el cual la autora sigue la cadena alimenticia de lo que los expertos han llamado la esclavitud del Siglo XXI. Lydia Cacho parte de México hacia los Estados Unidos, y de allí a España e Inglaterra; sigue trazando el mapa por Kyrgystan y Turkmenistán, pasando por la India, Camboya, Tailandia y Japón: las rutas de entrada y salida de la compra-venta de personas. La autora propone que, en la medida en que se globalice el crimen, el periodismo debe ocuparse de comprender los fenómenos de las redes globales que funcionan desde lo local hasta lo internacional. Para ello entrevista a supervivientes, mafioso, expertas y expertos que analizan y explican el fenómeno. Los problemas son globales y las soluciones también, asegura la autora. Este libro es un viaje que nos lleva del terror a la esperanza.

Denso ensayo de Lydia Cacho, que analiza el mundo de los tratantes de seres humanos. El libro ofrece algunas reflexiones interesantes (las ventajas e inconvenientes de legalizar o no la prostitución, la connivencia de los poderes públicos con este negocio...), pero todo ello se diluye en un texto denso, nada amable para el espectador.

A lo largo de todo el relato se echa en falta más toque humano, historias que sirvan de hilo conductor del relato y que humanicen los fríos datos. Asimismo, la organización del texto resulta algo caótica.

Resumen

Rescatada de la muerte

El robo de niñas, el secuestro de adolescentes y la venta de mujeres para el comercio sexual siguen expandiéndose por el mundo en pleno siglo XXI. Desde hace años, la periodista Lydia Cacho –representante en México de la campaña de la ONU Corazón Azul– ha dedicado sus esfuerzos a investigar y denunciar este cáncer social, y como resultado de sus indagatorias escribió, entre otros, su reciente libro Esclavas del poder, en el que muestra las redes delictivas que manejan la prostitución forzada. Con la autorización de la editorial Grijalbo, Proceso ofrece en exclusiva un extracto de ese trabajo: el testimonio de Arely, una joven de origen venezolano.

Arely, de diecinueve años, es una venezolana de cabello rubio platinado. Abraza un conejito de peluche mientras está sentada en un sillón del refugio del Centro Integral de Apoyo a la Mujer (CIAM). A ratos se expresa como una mujer seductora, otros como una niña asustada. Su cuello muestra las marcas de unas manos masculinas que intentaron estrangularla. En el lado izquierdo se distinguen, con huellas purpúreas, el tamaño de los dedos de su agresor. Habla sin detenerse, gesticula, se resiste al llanto:

Yo quería estudiar, ser una empresaria importante, de esas inteligentes y que hacen plata y que tienen auto. Cuando mi madre se murió allá en Maracaibo, mi abuela me dijo que tendría que salir con ella a vender empanadas en las calles. Cuando los autos pasaban por allí, yo les sonreía y los hombres me decían: “Pero qué chiquitica rubia más linda”. Yo pensaba que de qué me servía ser linda si no podía estudiar ni jugar como las demás niñas. Un día, en la calle, conocí a Mariel, una mujer bien bella y elegante que me dijo: “Si tú quieres, podrías ser modelo y ganar muchos dólares, estudiar y sacar a tu abuela de las calles. En México hay mucho trabajo para chicas venezolanas como tú”.

Fui al cibercafé con Mariel, ella me dijo cómo buscar la página, yo no sabía antes cómo usar internet. Ella me enseñó y me decía: “¡Mira que es un negocio bien serio, si no, no estaría así en la internet!” Wow, pensaba yo… México, y se veía serio el negocio con su publicidad bien chévere y con su logo Prestige y escuela de modelos y cantantes.

Entramos en la web Divas.com y apunté mis datos, mandé la fotografía que me hice con el dinero que me dio Mariel y nomás pasó una semana cuando Mariel se comunicó conmigo a la casa. ¡Ya tenía mi boleto de avión pa’ México! Me llevó con mis documentos a sacar mi pasaporte y todo en regla. Todo era legal. ¿Cómo iba yo a saber que iba a terminar así, de puta? Las modelos no son putas, son lindas y salen en las revistas, y los hombres las adoran.

“Allá les pagas –me dijo– con tu trabajo”. Nunca imaginé que llegando a Monterrey me iban a quitar mis papeles y a decirme que les debía 5,000 dólares por el boleto de avión. Y yo sola, ni pensar en volver a la pobreza de mi casa; luego lo único que pude fue obedecer, y para cuando miré ya estaba yo ensayando seis horas al día para bailar, luego conocí al boss, le decían El Diablo, un hombre de negocios bien rico, de Monterrey, tiene bares y restaurantes. Él me dijo que yo era su consentida, pero que me faltaban tetas. Me llevaron al doctor y me puso éstas (Arely se levanta los senos con implantes como si fueran dos balones). Yo me sentía bella y supersexy, pero nunca puta.

El abogado se llama Luis, él me hacía firmar todos los papeles de la deuda y me guardaba mi pasaporte. Una noche, antes de salir a bailar, don Luis me mandó llamar a la oficina y me llevó el chofer. Cuando entré nomás quedé allí fría, estaban dos agentes de la migra y pensé Dios, ¿qué hice? ¿Por qué me llevan? Pero don Luis me dijo que tranquila, que los agentes estaban allí para facilitar el trámite. En el escritorio estaban los papeles de otras siete muchachas, las más jovencitas eran de Brasil y otras de mi edad de Colombia. Me hicieron firmar y poner mi huella. Luego, ya vestidos normales (sin uniforme) fueron los agentes al bar a vernos bailar. Eran lindos y enamoradizos.

Un día vi que ya les debía más de 10,000 dólares por el boleto de avión, el hospedaje y la comida y el doctor y la ropa bella que me compraron y los trámites de

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