Identidades asesinas, escrito por Amin Maalouf

1.RESUMEN

Identidades asesinas, escrito por Amin Maalouf es un libro que trata las diferencias que las diferentes formas de pensar y de vivir de las personas y de lo peligroso que es convertirse fanático de estas creencias.

En el libro, el autor intenta comprender el porque de los crímenes cometidos durante toda la historia por las personas en nombre de su identidad, ya sea religiosa, cultural, nacional etc.

En un principio, habla de la identidad y de que ésta es la característica que permite a cada ser humano diferenciarse de los demás ya que cada persona tiene unas características que son las que les unen al grupo o grupos de personas que les rodean y que son la verdadera identidad de la persona, cosa que explica porque cada persona tiene una identidad que la hace única y que, con el paso de los años puede variar o no, eso depende de cada uno. Identidad es, -explica Maalouf- el grupo al que se pertenece y con el que cada individuo se identifica. Pero, formas parte de un grupo puede llevar a que otros individuos presupongan nuestra forma de pensar o de actuar, como por ejemplo cuando a un árabe se le acusa de ser terrorista por el simple hecho de haber nacido en oriente medio cuando en realidad no tiene porque ser siquiera musulmán.

A partir de explicar el concepto de identidad el autor hace una reflexión sobre lo importante de la sociedad y de la influencia que ejerce sobre cada una de las personas que la forman. Sostiene que el comportamiento e incluso las creencias de cada individuo están muy relacionados con el lugar en el que uno se relaciona. Una persona puede haber nacido en los Estados Unidos pero haberse criado en Etiopía en una tribu indígena, ese individuo tendrá aspecto occidental pero la cultura de la cual se ha nutrido le hará tener unas costumbres y una religión muy diferentes a las de su país de origen. Durante toda la historia de la humanidad los individuos que han formado parte de un grupo han intentado imponerse ante los otros, creando guerras y arremetiendo unos contra otros sin parar justificándose con la excusa de que los demás ya habían arremetido contra ellos con anterioridad o sosteniendo que lo hacen por defensa propia. Por lo tanto nunca han encontrado culpables en los conflictos entre identidades, ya que es casi evidente que los culpables son todos, aunque para ellos sea con causa justificada. Después de ésta reflexión, Maalouf habla sobre el problema de la inmigración y sobre la imposición de la cultura del lugar al que se llega. Cuando un inmigrante comienza a formar parte de una sociedad que no es la suya de orígen, este ha de adoptar ciertas costumbres del nuevo lugar al que se llega, aunque habrá comportamientos que no sean

compatibles con sus creencias originales que rechazará; sin embargo, si la sociedad en la cual los individuos intentan adaptarse los repudian por su “identidad”, estos individuos se relacionarán principalmente con otras personas de su mismo lugar de origen para sentirse más queridos. Por lo tanto, el autor llega a la conclusión de que ante una convivencia de varias culturas siempre hay una que se impone sobre el resto.

Para continuar realiza una reflexión en la que habla de la vida moderna, de los nuevos avances tecnológicos que -en teoría- hacen que los países de occidente que los poseen sean una referencia que los países pobres han de seguir porque se supone que es la única forma de vida correcta que existe. Y lo mismo con el tema de la religión, expone el ejemplo de las religiones cristiana y musulmana, por un lado la primera esta vista hoy en día como la religión de la paz y el bien mientras que la segunda se considera una religión basada en la violencia y la oscuridad, pero durante toda la historia se ha demostrado que ha sido al revés, historia que parece que se ha olvidado. Ninguna religión es tan buena, ni tan mala y quizá sea ese el motivo por el que no entendemos las costumbres de otros lugares.

Esa incomprensión sobre las culturas extranjeras en occidente ha dado lugar a que los habitantes de esta parte del mundo piensen que las costumbres orientales son menos importantes que las occidentales, y por ello se ha dominado y denigrado por completo a oriente para conseguir riqueza a su costa, pero sin enriquecerse ellos también. Esto, ha provocado rebeliones

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