Impresiones Personales De El Libro La Paradoja

Durante la lectura del libro pude darme cuenta, claramente, de que ignoraba algunos puntos básicos para ser un buen líder, y comprendí el verdadero significado de liderazgo.

Todo aquello de lo que me he quejado en mi experiencia laboral (de los directivos a los que estaba subordinada) y jamás me pare a analizar; qué hacían mal, el porqué del malestar que se respiraba en el equipo y, sobre todo, cómo afectaba a cada uno individualmente reflejándose en cada uno de los miembros de manera tan dispar. Yo lo achacaba a la personalidad de cada uno de nosotros. Hasta ahora nunca me había parado a reflexionar qué era el detonante de aquel caos y desmembramiento de un equipo. Todo empieza a cobrar un cierto sentido para mí, desde el momento que empiezo a mirar con otros ojos.

También me hizo recordar todo lo contrario mi experiencia laboral con Rafa, mi jefe durante años. Me hizo esforzarme, amar su empresa, aprender, luchar, y querer a cada uno de los miembros que conformábamos su equipo (desde el peón, maquinista, conductores e incluso mi jefe) como miembros de mi familia. Todos luchábamos cada día por la supervivencia de la empresa. Casi todo lo que he leído en este libro, inconscientemente lo proyectaba mayoritariamente sobre él. Nunca antes me había preguntado cómo un hombre sin estudios, solo los que le había dado la vida. Era un luchador, y conseguía que todos sus empleados se esforzaran a un 200% sin rechistar. Desde luego es un gran líder, porque incluso hasta la fecha sigo contando con él para escuchar sus consejos.

Me ha llevado a pensar en otro ámbito de mi vida, mi familia y mis amigos. Tengo la suerte de rodearme de varios líderes cada uno en su estilo y con aptitudes diferentes a destacar. Mi padre, por ejemplo, es el reflejo de autoridad y respeto y comparte sin remilgos sus conocimientos con colaboración directa. Mi madre, como todas, es el claro ejemplo de sacrificio y nunca pierde de vista las necesidades de cada uno de los miembros de la unidad familiar. Mi tío, Juan (al que siempre tendré en mi mente), era un claro ejemplo de líder honrado, digno de confianza, respetuoso y siempre tenía una actitud positiva incluso en las adversidades más tremendas. Mi pareja, mi pequeño líder cotidiano, paciente, atento, comprometido, ejemplar. En cuanto a mis amigos, cada uno es líder para mí, dado que me aporta gran parte de mis necesidades y por eso egoístamente no quiero perderlos formado parte de mi equipo particular.

Después de leer el libro creo que tengo algunos conceptos bastante claros:

- No hay autoridad sin respeto.

- El respeto no se basa en la imposición, sino en la integridad, la sinceridad y la empatía con los demás.

- No podemos cambiar a nadie, pero sí nosotros mismos para generar ejemplo - Trabajamos con personas y debemos cuidar las relaciones humanas

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