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La Nausea, El Muro: Jean Paul Sartre Y Metamorfosis


Enviado por   •  11 de Febrero de 2014  •  1.947 Palabras (8 Páginas)  •  1.048 Visitas

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LA NAUSEA.

Generalmente, cuando tengo la obligación de hacer algo, pero aún no siento suficiente presión para hacerlo (aunque para el resto de los mortales esa presión sea ya más que suficiente, yo necesito más para ponerme a ello) me pongo a desvariar, y en cosas bastante lejanas al tema en cuestión. Cuando leí este libro me encontraba en una fase de búsqueda y comprensión del existencialismo, y pasé horas y horas de biblioteca leyendo sobre el tema, y no sobre lo que tenía que estar leyendo, a saber, la civilización micénica. Pero es una época, que aunque no me sirviera para presentar la tesina ese año, me fue muy útil. Ahora mismo, escribiendo esta reseña, después de haberme ido por los cerros de Úbeda leyendo cosas sobre los kibutz, pues Sartre los admiraba, recuerdo que este libro me pareció formidable y revelador.

Sartre, a través de una obra literaria, nos transmite la síntesis de su pensamiento filosófico. Todo comienza con el hallazgo por parte de los editores de un diario. Pertenece al protagonista de la novela y a través de él conocemos sus pensamientos y andanzas por Bouville (una cuidad ficticia). El autor del diario es Antoine Roquentin, treintañero, soltero, que ha viajado por medio mundo,y que ahora en ese momento se halla inmerso en el estudio de la biografía del Marqués de Rollebón, aristócrata del siglo XVIII.

A través de sus propias palabras, observamos cómo Roquentin se va acercando a un momento de crisis y profundo cambio en su vida. Aparece la Náusea, con mayúsculas, y todo lo que había creído, pensado, asimilado, sentido, se transforma. Algo parecido a Pablo y su caída, pero no durante el camino a la exótica Damasco, sino en un parque de su Bouville natal y con una raíz de castaño. “Lo esencial es la contingencia”, la existencia antes que la esencia, que se va formando con el tiempo. Y una existencia como ser- para. La liberación del absurdo a través de la belleza...

Prefiero no explicar más detalles de la novela, ni tratar de explicar su profundo contenido. La novela de Sartre puede hacerlo muchísimo mejor que yo. Transforma al que la lee, pues le muestra ideas nuevas, ideas que algunos han tildado de peligrosas. Es una novela con un claro mensaje, y un motivo.

Leedla, saboreadla, y exprimidla al máximo. Esta es nuestra raíz de castaño. No todos los días podemos leer a un genio que ha rechazado el Nobel por principios. Eso sí, absténganse los que estén pasando una mala racha, pues puede agravar la sensación de sinsentido.

"El Muro" de Jean Paul Sartre

“El hombre no es otra cosa que lo que él se hace”, define Sartre en El existencialismo es un humanismo. Su cuento “El Muro” permite al lector trabajar en la pregunta que lleva esa afirmación: ¿Qué define a la vida? Mientras intentamos elaborar una respuesta irán surgiendo otras dudas también inducidas por la trama del texto: ¿Cuánto vale la vida? o ¿Qué le da valor: lo que hicimos durante ella o la muerte? El anarquista Pablo Ibbieta es condenado a muerte, situación que lo empuja a cuestionar sus últimos años de vida y el valor de su existencia. Pablo es un joven que milita en el anarquismo español durante la guerra civil española. Fue capturado por las fuerzas falangistas y le acaban de comunicar que al amanecer será fusilado. También son condenados sus compañeros de celda; Tom Steinbock y Juan Mirbal. Tom es irlandés y Pablo hermano de un militante anarquista. Es todo lo que sabemos de ellos. Luego de una vida de militar por lo que creía correcto el protagonista se encuentra esperando su muerte. Con gran crudeza y en algunos puntos, con cinismo, describe lo que va sintiendo a medida que transcurren las horas. ¿Por qué ha de morir? ¿Vale la pena morir por una lucha que no vera continuar? Alejándose cada vez mas de sus compañeros, Pablo empieza a cuestionar todo aquello que creía seguro. Conoce sus límites, porque afirma que no revelará el paradero de Ramón Gris –el hombre que los falangistas buscan- excepto que lo torturen. Si el ser fusilado lo lleva a cuestionar el valor de la vida y de la militancia pero no a delatar a sus compañeros puede pensarse que para Juan la tortura es peor que la muerte, como si el dolor físico fue más terrible que morir. Por otra parte, Tom y Juan se muestran preocupados por saber si les dolerá recibir los balazos, si sus vidas terminaran en un segundo o si deberán agonizar en el piso. Cuando Tom cuenta que en Zaragoza a los condenados a muerte los pasan por arriba con un camión para ahorrar balas, con gran cinismo y lacónicamente Pablo responde: “eso no economiza nafta”. Allí entendemos que él está en otro estadio que sus compañeros. La cercanía del amanecer, que para ellos es la muerte, comienza a aniquilar el físico y espíritu de los personajes. El primero es Juan. “Tom hubiera querido consolar al chico; eso le hubiera ocupado y no habría estado tentado en pensar en sí mismo. Pero eso me irritaba. Yo no había pensado nunca en la muerte porque no se me había presentado la ocasión, pero ahora la ocasión estaba aquí y no había más remedio que pensar en ella”, describe Pablo. A partir de aquí comienza un retrato más oscuro de sus laderos y de lo que piensa de la situación. El frío, la orina, la oscuridad, el miedo, el médico belga falangista que los acompaña, todo es materia de análisis. El estar encerrados esperando un mismo destino gracias a distintos caminos dispara en Pablo pensamientos llenos de frialdad que pareciera la de una persona que ya ha muerto y que ahora espera hacerlo otra vez, pero a la vez, desde la pura subjetividad intenta crear un análisis objetivo de la espera. Aunque no logra engañar a nadie. Todo lo que dice lo muestra más cercano a Tom y Juan de lo que él

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