La culpa es de los Tlaxcaltecas - Elena Garro

Miriam Rodríguez Hidalgo 2D

La culpa es de los tlaxcaltecas, de las mujeres y de las minorías

Es de conocimiento general que hace un poco más de 500 años los españioles llegaron a

México con intenciones de conquistar este territorio, pero claro que no lo hicieron solos,

necesitaban ayuda, no conocían estas tierras ni hablaban nuestras lenguas, por esto,

formaron alianzas con los tlaxcaltecas y con la malinche. Para bien o para mal la corona

española logró su objetivo y aquellos que estuvieron de su lado quedaron para siempre como

traidores de la patria, pero claro que no se cuenta que los primeros eran oprimidos

brutalmente por los mexicas y que la malinche fue regalada a Hernán Cortés como una

esclava, pero ¿quién defiende y protege a los traidores?, ¿quién los ama incondicionalmente

a pesar de sus desvarios? Esta es la premisa con la que Elena Garro escribió “La culpa es de

los tlaxcaltecas”, el primer cuento de una compilación llamada “La semana de colores”

publicada en 1964 siendo esta su segunda obra publicada y un retrato de las injusticias

sociales que las mujeres y los indígenas han vivido siempre.

Nacida en 1916 en Puebla, pero pasando su niñez y adolescencia en Ciudad de México y

Guerrero, Elena debe su fascinación a los clásicos y a la literatura a su tío Boni que siempre

la incitó a ella y a sus tres hermanos a sumergirse en la librería de su padre José Antonio,

quien supuestamente dejaba en muchas ocasiones a sus hijos al cuidado de sus sirvientes

indígenas, de ahí que en esta obra les dé la representación que se merecen, y que siempre

negara la etiqueta que los eruditos le pusieron de “precursora del realismo mágico”, pues en

sus propias palabras “el realismo mágico era la esencia de la cosmovisión indígena, por lo

tanto, nada nuevo bajo el sol”, en este movimiento literario es importante dejarse guiar por

la historia, por lo que nos cuentan, hacer las paces con que en este texto vamos a ver a lo

posible y a lo irreal convivir como si fuera de lo más normal.

Con esto en mente seguimos la vida de Laura, una mujer que al quedarse varada en un

puente en Cuitzeo ve a un joven guerrero que la anda buscado, pues cuando se acabe el

tiempo ellos serán uno solo, este chico ensangrentado y malherido no es nadie extraño para

la señora Laura, pues según cuenta es su primo marido, cuyo nombre nosotros como lectores

desconocemos. Ellos juntos visitan los restos de lo que alguna vez fue su hogar muchos

años atrás, dejándonos en claro que Laura es traidora por huir de la batalla,

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