ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La historiografía

agt1991Monografía20 de Abril de 2013

2.962 Palabras (12 Páginas)263 Visitas

Página 1 de 12

Prólogo

En la historiografía contemporánea, caracterizada

por una profunda revolución de conceptos

y de métodos, constituye incuestionable entidad

—en su conjunto y contemplada con la serenidad

que proporciona la perspectiva de cierta distancia—

las novedades de la «escuela francesa». Un

sector de la misma escucha temprano la crítica

procedente del campo filosófico —recuérdense,

por ejemplo, las consideraciones demoledoras de

Nietzsche en De la utilidad y desventaja de la

Historia para la vida (1873)— y se aparta de

la manera de entender y de reconstruir el pasado

que venía practicándose durante la segunda mitad

del siglo XIX. Aunque no faltaron resistencias,

aquellos disidentes, poco a poco, fueron imponiéndose,

hasta prevalecer. Hubieron de luchar

con la rutina académica, atrincherada en las cátedras

y sostenida por los manuales; el arma fue

la Revue de Synthèse Historique. Creada en 1900

Por Henri Berr, en su torno agrupó un conjunto

http://www.scribd.com/Insurgencia

8 Felipe Ruiz Martín

de colaboradores heterogéneos a los que unía el

común horror a las limitaciones de los especialistas

a ultranza: ellos influyeron en la formación

de la generación siguiente, que concretó aspiraciones

y precisó anhelos. Merced al feliz entendimiento

de Lucien Febvre y de Marc Bloch se

funda en 1929 los Annales d'histoire économique

et sociale, a través de cuyas páginas los estudiantes

de entonces no satisfechos con la monotonía

sin alcances de los cursos ordinarios, son alentados

con sugerencias y orientados con intuiciones.

Fácil es imaginar la perplejidad de los jóvenes

licenciados —habiendo al fin superado los exámenes

y acaso las oposiciones de agregados teniendo

que responder a programas absurdos—

con la pretensión de doctorarse haciendo su tesis

de conformidad con las inclinaciones despertadas

en su ánimo por las recientes tendencias. Tenían

en su favor, ciertamente, excelente preparación

erudita recibida de los viejos maestros, esto

es, sabían moverse en los archivos y en las bibliotecas

y manejar con tino fuentes inéditas e impresas,

confeccionando sobre la marcha, sutilmente,

papeletas escuetas, pero elocuentes, y

siendo factible tabular series, y representarlas

gráficamente, y discurrir con lógica positivista,

y, por supuesto, poseían el don de exponer de

palabra y por escrito, aprendido desde la escuela

primaria; habían leído a algunos economistas y

sociólogos, destacadamente a Francois Simiand;

conocían las exhortaciones de los Annales d'histoire

économique et sociale, y los privilegiados

gozarían de la dirección personal de Marc Bloch

(desapareció prematuramente, víctima de la guerra)

y de Luden Febvre (mentor generoso y perspicaz,

aunque exigente, de cuantos se le acercaban):

con todo hubieron de abrirse paso a golpes

de machete por la enredada selva virgen que eligieron

para sus penetraciones. No sorprenderá

http://www.scribd.com/Insurgencia

Prólogo

9

que sólo algunos llegaran al término. Otros se

desviaron hacia la narración política, ideológica,

social, económica, sin analizar, sin reconstruir. No

faltaron los que sucumbieron, abandonando la

tarea, apasionante pero dura de inmediato.

Tras de los estupendos resultados conseguidos

por E. Labrousse, que serían pauta segura para

múltiples seguidores que circunscribieron sus afanes

al período de transición que cabalga entre el

siglo XVIII y el siglo XIX —básicamente agrícola,

cuando la renta procedente de la tierra es el

sostén de la jerarquización social y del orden

económico, y fuente de acumulaciones primarias

para lanzamientos futuros, como ha demostrado

no hace mucho Pierre Vilar estableciendo la

dinámica del crecimiento de Cataluña—, vino Fernand

Braudel. Y con él la «escuela francesa» toma

otros derroteros, o si, se nos autoriza, más altos

vuelos.

Braudel inicia por 1923 sus investigaciones sobre

el mundo mediterráneo y durante más de

quince años, hasta 1939, afronta problemas que la

encuesta científicamente por él conducida le iba

sucesivamente planteando, los cuales, hasta entonces,

nunca habían sido atisbados. Nadie, efectivamente,

había osado abarcar un espacio dilatado,

casi inmenso, donde además se conjuga el elemento

líquido y las tierras que le circundan, prolongando

elásticamente éstas hasta los límites

lejanos que determinaban complejas repercusiones

e influencias emanadas del centro de gravedad.

Y esa percepción no se reducía a un instante;

se extendía lo suficiente como para captar la mecánica

que operaba los movimientos, las fluctuaciones

observables. Fue la tarea acometida una

empresa intelectual sencillamente gigantesca, que

requirió, a cada paso, improvisar el procedimiento

con arreglo al cual cernir la masa de conocíhttp://

www.scribd.com/Insurgencia

10 Felipe Ruiz Martín

mientos cualitativos y cuantitativos que se iban

desvelando. No había precedentes, insístese, que

permitieran establecer un contraste, y frecuentemente

las referencias disponibles eran desorientadoras.

Pero las dificultades acumuladas, es sabido,

afianzan a un indagador auténtico en la

resolución de vencerlas. Sólo hay un riesgo: dejarse

captar en el recorrido por un paisaje abierto

y atrayente y, deleitándose en su admiración, generalizar

después lo que allí, extendiendo la vista

y la mano, se ve y se toca. Los que se hayan

asomado a un depósito de documentos no ignoran

el esfuerzo que supone abandonar unos filones

rápida y fácilmente explotables para pasar a otros

fondos en la certeza de toparse con una maraña

inextricable. Pero ése es el precio que han de pagar

cuantos no se conforman con aquello que

en la jerga profesional se llama una monografía.

Los ficheros así reunidos constituyen para quien,

mientras los integraba, vivió desde el presente los

acontecimientos pasados, singulares experiencias

personales. Al clasificar ese material ingente fue

haciéndose paulatinamente patente que los fenómenos

captados entrañaban, según su peculiar naturaleza,

una duración diferente del tiempo que

respectivamente les había sido preciso para desenvolverse.

Algunos tenían sus orígenes remotos,

decenios, si no centurias, atrás, lentamente habían

ido tomando forma y vigor, y, llegados a la actualidad

de 1550 a 1600, influían decisivamente,

siendo incuestionable que se proyectarían en el

futuro más o menos, no faltando los que aún

persisten. Otros no eran de tan prolongada existencia,

aunque sí tuviesen eficacia durante un

cierto período; en fin, abundaban los que siendo

brillantes, espectaculares, aparecían y desaparecían

con celeridad. La gama de fenómenos en función

de su correspondiente tiempo era múltiple.

Simplificando, Braudel las redujo a tres tipos:

http://www.scribd.com/Insurgencia

Prólogo

11

fenómenos de larga duración, fenómenos de duración

media y fenómenos de corta duración. Los

fenómenos de corta duración —un momento, unas

horas, unos días, unas semanas o unos años—

son los acontecimientos: la suspensión de pagos

a los acreedores de la Real Hacienda de Castilla

en 1557, 1560, 1575, 1596, la sublevación de los

Países Bajos, la batalla de Lepanto, las sucesivas

treguas hispano-turcas, la muerte de Felipe II,

también cualquier operación de crédito con o sin

ricorsa entre un ganadero de Segovia y un tejedor

de Venecia con éste o aquél mercader-banquero, o

la compra de una hidalguía o de un señorío por

cualquier enriquecido. Los fenómenos de duración

media son menos nerviosos: la prosperidad que

cunde por doquier entre 1540 y 1560, la

contracción que se denota cuando termina el

siglo XVI y comienza el siglo XVII; la pujanza

que pierde la burguesía y gana la nobleza de viejo

o de nuevo cuño, con simultaneidad a la disminución

en él campo de la pequeña propiedad y al

aumento de los dominios enormes; la insuficiencia

del trigo de Sicilia para el abastecimiento de

su clientela suplicante y la recepción de cereales

del Báltico; las alternativas de los precios y de

la producción y del consumo. Por último, los fenómenos

de larga duración, sin duda los más

importantes: el desplazamiento de los montañeses

a las poblaciones de la planicie próxima; la

mediatización de las ciudades sobre su jurisdicción

rural; el barbecho de las tierras de labrantío

entre cosecha y cosecha; la trashumancia o el sedentarismo

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (23 Kb)
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com