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HISTORIOGRAFIA DE ROMA


Enviado por   •  2 de Junio de 2015  •  1.148 Palabras (5 Páginas)  •  222 Visitas

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Consignas!...

1_ ¿para qué sirve la historia?

2_ ¿Qué sentido tiene la historia?

3_ ¿quién es el sujeto de la historia?

4_ ¿qué aportes y que aspectos negativos tiene cada periodo?

1_ Aquella realizada desde la República romana hasta la decadencia final del Imperio romano. La historiografía romana fue muy influenciada por la griega, especialmente por Polibio, historiador griego que vivió en Roma y escribió sobre su historia. En general, fue menos rigurosa y más moralizante que la historiografía griega. Se utilizaron fuentes orales y escritas, pero a diferencia de la griega, estas últimas tuvieron mayor importancia por la gran cantidad de documentos antiguos (archivos sacerdotales, documentos oficiales como leyes y listas de magistrados, archivos familiares y laudationes fúnebres). Algunos autores fueron Tito Livio, Suetonio o Tácito.

Por otro lado la historiografía romana está íntimamente ligada a la evolución política que lleva del colapso de la República a la instauración del Imperio, y a las propias nociones de ciudadanía y patriotismo generadas por el Estado romano.

2_ Es un género literario en prosa que tiene como objeto los sucesos acaecidos a un determinado pueblo. La Historia es, por tanto, materia literaria: las leyendas y sucesos recibían un tratamiento que, pretendiendo reflejar la verdad histórica de los mismos, fuese a un tiempo una obra de arte.

De esta época datan un sinnúmero de leyendas, que entrelazadas con los escasos datos objetivos que se poseían, contribuyeron a la reconstrucción imaginaria y exaltada de una historia de Roma donde el patriotismo exagerado y la gloria de la URBS dominan sobre cualquier otra finalidad. La política del momento manda y se carece del más elemental sentido crítico.

3_ SUJETO HISTORICO

Es un concepto que define a un ente social que es capaz de transformar su realidad y con ello producir acontecimientos relevantes.

SUJETO DE LA HISTORIOGRAFIA ROMANA:

Las corrientes historiográficas suelen explicitar su metodología de forma combativa como el providencialismo del origen cristiano (además de la tradición historiográfica griega de Herodoto o Tucides, el origen de la historiografía occidental está unida a la historia sagrada) o el materialismo histórico de origen Marxista (que triunfo en los ambientes intelectuales y universitarios europeos y americanos a mediados del siglo XX en la que se produce la caída de Berlin) a veces la etiquetación de las corrientes es obra de los destractores con lo que los historiadores pueden o no estar conformes en la manera que queden definidas. Tal podría decirse del providencialismo que sería más propio para las corrientes modernas el positivismo.

Interpretar la historiografía como parte del ambiente intelectual de la época en la que surge es siempre necesaria. Toda producción cultural es dependiente del modelo cultural existente. Es evidente que el registro de la historia es una producción cultural.

Una buena manera de distinguir la interpretación de la historia que tiene una corriente historiográfica esto concibe a preguntarse a que se considera sujeto histórico o el protagonista verdadero de la historia.

4_ Primera Época: Comienza propiamente con las Guerras Púnicas, al convertirse Roma en una gran potencia. Hasta entonces los datos recogidos estaban a cargo de los pontífices, a maneras de crónicas anuales con la relación de los principales sucesos acaecidos. Pues bien, en esta primera etapa la Historia estaba presente para los romanos de muchas maneras, pero principalmente:

A través de los restos de su patrimonio arqueológico, donde la epigrafía, gracias al carácter lapidario del latín, aumentaba su eficacia y

A través del poder de la palabra y la tradición retórica, que conformaban totalmente la estructura social de Roma. Los primeros analistas empezaron escribiendo en griego, cumpliendo una importante función diplomática y propagandística (se trataba de hacer accesible la historia de Roma al vasto mundo helenizado) hasta llegar a Catón (234-149 a.C.) quien además de suponer la adopción del latín como medio de expresión, concibió la narración histórica desde el punto de vista del orden lógico de los sucesos y con la temática de Italia como eje central de la misma: ya no se trata de "Roma y el mundo helénico", sino de "Roma e Italia".

Para todos ellos la Historia es una escuela de civismo y un instrumento de gobierno: de hecho está al servicio de una forma de actuación política, que reflejaron individuos de elevado rango social, cuya autoridad y "gravitas" primaba frente al rigor histórico y las cualidades literarias, y que tenían acceso a la documentación necesaria para evocar el relato de los procesos históricos.

No obstante, a partir de la segunda mitad del siglo II a.C. se produce un gran cambio en el género en torno al círculo de los Escipiones, aristócratas progresistas en manifiesta oposición al conservadurismo de Catón, con los llamados propiamente "historiadores", donde la necesidad de cuidar artísticamente la elaboración formal de la narración histórica adquirió una importancia capital. La tendencia no varía demasiado en cuanto a los contenidos, y la característica fundamental mencionada en los párrafos anteriores sobre el historiador-político se mantiene.

Segunda Época: Comienza propiamente tras la etapa de transición posterior a Sila (138-78 a.C.), con los grandes historiadores de Roma de finales de la República, donde la crisis del sistema manifiesta entonces la necesidad de las monografías que reflejen por un lado la decadencia y crítica de las costumbres y por otro los éxitos militares y la justificación política de los mismos. Entramos en la etapa definitiva para la conformación del género.

Con estos historiadores y el resto de literatos, fundamentalmente autores de prosa (comenzamos la Edad de Oro de las letras romanas), una vez asimilados los primeros gérmenes del helenismo, el nivel cultural romano se va elevando paulatinamente y los hombres de acción se sienten cautivados por los problemas de lengua y estilo; el empirismo es sustituido por un estudio racional de los diferentes géneros literarios; se introduce la crítica y la erudición, esparciéndose el buen gusto y las obras de arte: la Grecia vencida acabó de cautivar por completo a la Roma vencedora.

Tercera Época: Durante el Principado, con unas características formales semejantes al final de la etapa anterior (seguimos en la Edad de Oro de las letras romanas, pero dominando ahora los géneros en poesía) las dos tendencias políticas quedan patentes:

Los partidarios del régimen realizan biografías de Césares y su entorno.

La oposición se mantenía en la defensa de las formas republicanas tradicionales, a través de la crítica directa al César o el pesimismo resignado a lo largo de la exposición de la trayectoria histórica de Roma.

Cuarta Época: A partir del siglo III d. C. sigue aún más acentuada la paradoja entre el programa político y la reglamentación estricta de todas las esferas de la vida: a esta época pertenecen tanto el desbordamiento panegírico como la manipulación histórica. Quinta Época: con la caída del Imperio Romano de Occidente el año 476 d. C. no se extingue propiamente la historiografía romana como tal, pero sí se acentúa el deterioro a partir de la creación del género de la Historia Eclesiástica en la época de Constantino a cargo de Eusebio, y la continuación en la obra de Aurelio Agustín De Civitate Dei.

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