La instauración del régimen autoritario

Huneeus, C. “El régimen dePinochet”

Capítulo II “La instauración del régimen autoritario”

Toma de poder y definición del tipo de régimen político

Existe una importancia de las decisiones tomadas por las principales instituciones y actores durante la instauración del régimen al comienzo de este. Hay un escenario institucional mínimo, donde destacan los militares, que asumen la toma del poder y las decisiones. Dichas decisiones se ven influidas por las condiciones políticas, económicas y administrativas propias del momento en que nace el nuevo régimen.

¿Qué llevó a un alto nivel de violencia? Esta fue un rasgo distintivo del nuevo orden, asumida como un recurso legítimo que se mantiene en estado latente hasta 1988. Si bien la grave crisis económica y política existente al momento del golpe explica esta situación, no establecen condiciones suficientes para tan alto grado de coerción. Tampoco existían grupos armados que pusieran en duda el monopolio de la fuerza militar; si bien se había usado una retórica revolucionaria entre los dirigentes de izquierda en los 60, no se tradujo en organizaciones que llevaran a cabo ideas revolucionarias por medio de la fuerza.

Las condiciones de la toma de poder: una situación pre-revolucionaria

El empleo de la violencia en la toma de poder se debe comprender en el contexto del conflicto político que dividió al país en dos bloques antagónicos. Los militares no buscaban el poder, sino que este cayó en sus brazos a consecuencia de esta crisis económica y política.

El gobierno de Allende, integrado por el PS y el PC principalmente, intentó constituir una segunda vía al socialismo, enfatizando en el cambio de la estructura económica y la participación popular, pero al llegar al gobierno con un 36% de los votos, la coalición de izquierda ganadora tenía un carácter minoritario, no controlando el Congreso Nacional, donde la principal fuerza política era el PDC.

El gobierno tuvo el antagonismo de los empresarios y de parte del movimiento sindical y el estudiantil. Los gremios representantes de los grandes industriales y los propietarios de la tierra encontraron oportunidades para hacer alianza política con los grupos de interés de los pequeños y medianos propietarios. Movilizando a sectores medios y grupos afines en el contexto de crisis económica, se dio una gran capacidad de movilización en contra del gobierno.

Frente a esta gravedad de la crisis de la democracia, se politizaron los poderes neutrales como el poder judicial (la corte suprema acusó al Gobierno de no respetar las leyes y de infringir la constitución. La contraloría general de la república también sufrió esta polarización). Adoptaron así una postura contraria al gobierno. Lo mismo pasó en las Fuerzas Armadas, vistas por los partidarios de la UP como defensoras de los intereses del orden capitalista. Los altos oficiales del Ejército fueron tomando posición política.

Esta polarización política provocó manifestaciones de violencia inéditas. Después de la elección del 70 surgió un grupo de extrema derecha, Patria y Libertad.

El aumento de la polarización debilitó la posibilidad de lograr un entendimiento entre Allende y el PDC, adquiriendo influencia los actores que buscaban crear condiciones que hicieran inevitable la intervención de los militares.

En marzo de 1973 se acusó que los Registros Electorales estarían viciados, por lo que el Congreso Nacional quedaba inhabilitado para impulsar una solución política a la crisis, favoreciendo la acción de las fuerzas armadas. Esto se habría basado en un estudio realizado por profesores gremialistas de la PUC, sin embargo estos resultados de la investigación nunca se habrían publicado. Solo se conoce un texto parcial de este en el “libro blanco”, un documento propagandístico preparado posteriormente al folpe por intelectuales y periodistas de derecha inmediatamente después del golpe, para defender la acción militar, basándose en supuestos y sin el respaldo de datos empíricos. No obstante, la investigación concluyó con un llamado a los militares de corregir los errores existentes en el país.

La denuncia sirvió como argumento para el régimen militar de destruir los Registros Electorales.

Los sectores que promovían el golpe en el invierno del 73 centraron sus acciones contra el comandante en jefe del ejercito, general Carlos Prats, considerado un militar allendista. Estos sectores lograron su renuncia y nombrando como su sucesor a Pinochet.

Hubo una parálisis decisoria del Gobierno de Allende para enfrentar la crisis política. En Agosto de 1973 la cámara de diputados decidió denunciar las transgresiones a la constitución y las leyes en que habría incurrido el gobierno. Los partidos del régimen militar interpretan este acuerdo como un llamado al golpe.

Pero la crisis que condujo a la caída de la democracia no comenzó con la elección de Allende, sino con las tensiones sociales y políticas de los años 60, a partir de las reformas estructurales impulsadas por Frei Montalva, principalmente por el impacto de la reforma agraria y el crecimiento de la organización sindical y las demandas de los trabajadores agrícolas. Así, la reforma agraria fue determinante en este conflicto, siendo tildada por los partidos de derecha como un camino a la revolución. No obstante, fue rechazada por los de izquierda, calificada como reformista.

Las tolerancia de los civiles al empleo de la violencia

La violencia fue tolerada por la sociedad. Tras el golpe, fueron frecuentes las denuncias en contra de los eventuales adversarios políticos, conduciendo a la detención de personas, siendo denunciados profesores o sacerdotes por marxistas en algunos colegios.

La principal justificación para la violencia fue impedir la ejecución de un plan preparado por los dirigentes de los partidos de izquierda para apoderarse en forma violenta del poder, el “plan z”. Así, los militares habrían dado el golpe para salvar al país del comunismo. El Plan Z quedó documentado en el libro blanco, pero nunca se entregaron antecedentes importantes para apoyar su existencia. Así, muchas de las ideas sostenidas, incluyendo la de una “guerra civil” que estaba gestándose, fueron consideraciones exageradas que sirvieron para justificar el golpe de Estado.

El único grupo de extrema izquierda existente durante el golpe fue el MIR, cuyos planteamientos habían sido asumidos por el sector maximalista del PS, y llegando a tener influencia en el movimiento sindical, organizándose “cordones industriales”, que se vieron como un poder paralelo al orden institucional. Sin embargo, nunca se logró tener un aparato militar propio, ya que no hubo prácticamente resistencia a las acciones de los militares.

La violencia se aplicó por los militares, pero fue justificada por los sectores de derecha frente a los marxistas; un estado de guerra existente.

Un caso de violencia política: la Argentina

Se suscito a la existencia de un estado de guerra que habría terminado con la rápida toma del poder, pero habrían existido guerrilleros con gran cantidad de armas quienes se habrían replegado tácticamente después del golpe para contraatacar (lo que no se ajusta a la realidad). Esto hacía imposible eliminar la violencia.

El MIR fue prácticamente destruido después del golpe, resurgiendo a fines de los 70 desde el exterior. A comienzos de los 80 surgió el FPMR, pero ambos grupos no encontraron eco en la sociedad y fueron rechazados por los dirigentes de la oposición democrática. (a partir de esta idea se explica que la situación en Argentina fue contraria a esta, donde surgieron organizaciones que tuvieron un amplio apoyo de algunos sectores de la sociedad).

La rápida toma del poder

Se pone de relieve la importancia que tiene la forma en que se produce la toma de poder en el régimen de Pinochet, y su relación con la coyuntura para definir su posterior perfil. Los militares realizaron con gran eficacia el golpe, las fuerzas armadas actuaron cohesionadamente, sin disidencia interna, eliminando los focos de resistencia armada de algunos activistas alrededor de La Moneda. Esta efectiva acción se vio facilitada por la amplia información que se tenía de las organizaciones subversivas, que habían sido seguidas por la DINE desde fines de los 60.

La ejecución de la sincronización limitada

Las principales orientaciones políticas se produjeron rápidamente. El mismo día del golpe se constituyó la junta de gobierno, que se atribuyó el poder constituyente, el legislativo y el ejecutivo. El general Pinochet fue designado presidente como un primus inter pares. La Junta declaró el inmediato cierre del Congreso Nacional, los partidos de la UP fueron puestos fuera de la ley y considerados asociaciones ilícitas. El componente antimarxista fue uno de los principales elementos del discurso del nuevo régimen. Por otro lado, los partidos de la oposición a la UP fueron declarados en “receso”, con el fin de promover la cooperación de los profesionales y técnicos del partido nacional y el partido demócrata cristiano. El PN se disolvió voluntariamente y el PDC tuvo en su interior distintas posturas frente al golpe, pero algunos participaron del gobierno.

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