Ley O Justicia

¿LEY O JUSTICIA?

¿Es legítimo que, en esta sociedad en que vivimos, luchemos incansablemente por conseguir nuestros objetivos, ascendiendo sobre aquellas personas que estorben en nuestro camino? Sí, eso no va contra la ley, ¿es justo? ¿Es legítimo que, llegados a cierta edad, se nos quite toda responsabilidad, se nos aparte de nuestros trabajos o se nos deje de lado? Sí, la Ley no castiga estas acciones, ¿es justo?

Lo que es justo o injusto ha estado atravesado por los principios morales de cada época. Desde la antigua venganza, pasando por la ley del “ojo por ojo y diente por diente” y hasta llegar a los complejos sistemas jurídicos modernos.

La ley que nos iguala de forma objetiva, que decide que es bueno y malo enfrentada a la justicia es más subjetiva, que te convierte en un ser especial, con posibilidad de algún privilegio. Dos maneras de concebir el mundo.

“El camino de la culpa a la inocencia es arduo, pero no imposible”, dice el abogado Kummer -en la obra La Avería- convencido de que es, en cambio, desesperante pretender ante los otros conservar la inocencia. Con esto entendemos claramente que es posible encubrir a un culpable usando los instrumentos de la Justicia y que no importa la culpa, sino la buena defensa capaz de encubrir cualquier crimen.

Nos estamos olvidando de mirarnos a nosotros mismos, siempre responsabilizamos a los demás de nuestros problemas, nos consentimos a nosotros mismos demasiado y nos perdonamos todo; mirando los defectos de los demás acabamos sin ver nuestros defectos y uno mismo nunca es responsable de nada; la verdad es que si fuéramos honestos con las consecuencias de nuestros actos crearíamos un mundo más humano y más generoso.

¿Podremos afirmar que todos nuestros actos han sido legítimos? ; ¿qué todos nuestros comportamientos no ha sido injusto en ningún momento?; acaso alguna vez ¿no nos hemos dejado llevar por la envidia, la avaricia, el despecho o la ambición profesional? .Acaso alguna vez ¿no nos olvidamos también de nuestros viejitos y ayudamos a que sean parte de la exclusión que sufren estos ancianos en La Avería? La respuesta no es tan fácil ¿verdad?

Vivimos un mundo casi de fantasía como en la obra, donde lo legitimo e ilegítimo, lo justo e injusto, cuelga de un hilo.

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