Los Siete Locos de Roberto Arlt
RamutaLisResumen27 de Octubre de 2016
2.774 Palabras (12 Páginas)477 Visitas
[pic 1]
PROVINCIA DEL CHACO
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR VILLA ÁNGELA
Rivadavia y Los Andes. Tel- Fax 430808
[pic 2]
[pic 3]
PROFESORADO PARA LA EDUCACIÓN SECUNDARIA EN LENGUA Y LITERATURA
Espacio: Literatura Argentina II
“Los siete locos de Roberto Arlt”
Curso: 3° año
Profesora: Fernández, Eliana
Régimen de cursado: Presencial
Responsable:
Ramuta Avila, Lis Evelin
DNI:
36.979.199
Año: 2016
“Piglia tiene razón cuando afirma
que hay tantas lecturas de Arlt como lectores”
(Rivera, 1896, pág.1)
La obra literaria, “Los Siete Locos” fue escrita por el autor argentino Roberto Arlt. Este es un excelso escritor que se ha caracterizado por romper con los cánones establecidos, la exasperación, el distanciamiento grotesco, el expresionismo, las atmósferas densas, los personajes marginales, los conflictos y la visión del mundo atormentada por los juegos del destino.
A partir de la propuesta de trabajo de Rivera Jorge, y de otros autores como Masotta Oscar en “Sexo y Tradición”, Viñas David en “El escritor vacilante: Arlt, Boedo y Discepolo”, y Capdevila, Analía en “Las novelas de Arlt. Un realismo para la modernidad” se analizará la obra Los Siete Locos, y se perseguirá como tópico: los trágicos desenlaces de la vida de los personajes, en especial las infinitas humillaciones y fracasos que padece Remo Erdosain.
En cuanto al personaje principal, Erdosain, tuvo una infancia difícil, tenía un padre rígido, además de una dificultosa situación económica.
“Le voy a contar algo. Quien comenzó este feroz trabajo de humillación fue mi padre. Cuando yo tenía diez años y había cometido alguna falta, me decía: «Mañana te pegaré». Siempre era así, mañana... ¿Se dan cuenta?, mañana... Y esa noche dormía, pero dormía mal, con un sueño de perro (…) Y cuando al fin me había dormido para mucho tiempo, una mano me sacudía la cabeza en la almohada. Era él que me decía con voz áspera: «Vamos... es hora.” (Roberto Arlt,1929, pág. 78).
En su vida de adulto es empleado, sometido a las mezquinas tiranías de jefes despóticos, a las rutinas grises de la burocracia y a los apremios de un sueldo insuficiente; y por otro, inventor fracasado, al que sólo le quedan “ilusiones perdidas” y el fantaseo de una salida mágica. En la obra se lo describe como un “hombre gris”, de mirada “huidiza y triste”.
“Sin embargo, Erdosain no se movía de allí... Quería decirles algo, no sabía cómo, pero algo que les diera a comprender a ellos toda la desdicha inmensa que pesaba sobre su vida; y permanecía así, de pie, triste con el cubo negro de la caja de hierro ante los ojos, sintiendo que a medida que pasaban los minutos su espalda se arqueaba más, mientras que nerviosamente retorcía el ala de su sombrero negro, y la mirada se le hacía más huidiza y triste.” (Roberto Arlt, 1929, pág. 5)
En este fragmento, el protagonista es acusado por el dinero faltante de la azucarena. Remo toma conciencia de que el dinero robado no le sirvió para sentirse mejor, o para obtener la tan preciada calidad de vida que tanto parece anhelar.
“Sabía que era un ladrón. Pero la categoría en que se colocaba no le interesaba. Quizá la palabra ladrón no estuviera en consonancia con su estado interior. Existía otro sentimiento y ése era el silencio circular entrado como un cilindro de acero en la masa de su cráneo, de tal modo que lo dejaba sordo para todo aquello que no se relacionara con su desdicha”. (Roberto Arlt,1929, pág. 6)
En la elaboración de Erdosain como personaje, se percibe una irónica vinculación entre “atorrantismo” e “intelectualismo” la atribución de una cualidad “sensible” y “especulativa” a quienes eluden las atribuciones de la vida “provechosa” y se dedica a “vagabundear” o dejarse estar en un difuso fantaseo contemplativo.
Asimismo, Remo pensaba:
Si continuó trabajando en la Compañía Azucarera no fue para robar más cantidades de dinero, sino porque esperaba un acontecimiento extraordinario - inmensamente extraordi-nario- que diera un giro inesperado a su vida y lo salvara de la catástrofe que veía acercarse a su puerta. Esta atmósfera de sueño y de inquietud que lo hacía circular a través de los días como un sonámbulo, la denominaba Erdosain, «la zona de la angustia».”(Roberto Arlt,1929 , pág. 7)
Esto permite apreciar el estado de “fantaseo” en el que constantemente vive el personaje, huyendo de su realidad, evadiendo sus conflictos más que el dinero faltante, sus dilemas existenciales.
“-¿Qué es lo que hago con mi vida? -decíase entonces, queriendo quizás aclarar con esta pregunta los orígenes de la ansiedad que le hacía apetecer una existencia en la cual el mañana no fuera la continuación de hoy con su medida de tiempo, sino algo distinto y siempre inesperado como en los desenvolvimientos de las películas norteamericanas, donde el pordiosero de ayer es el jefe de una sociedad secreta de hoy, y la dactilógrafa aventurera una multimillonaria de incógnito.” (Roberto Arlt, 1929 , pág. 8)
Así también, en sus pensamientos encontramos un anticipo (prolepsis) de lo que ocurrirá con el Astrologo y su trillado plan de formar una sociedad secreta prostituyendo a un grupo de mujer a lo largo de todo el país.
Remo Erdonsain, es en el fondo una versión trágica y alucinante de los bienaventurados “squenunes” señalados por el mismo Arlt. Es cobrador de una compañía azucarera, defrauda a sus patrones y es descubierto. Ha sido conducido a esa situación por distintas humillaciones, y se encuentra al borde de la cárcel, ya que la empresa le ha fijado un plazo para saldar su cuenta.
Los raccontos de Erdosain marcan una red por un lado exógena (humillaciones infantiles, mala relación con su esposa, además de hipocresía y sordidez social) y por otro endógena (elaboración del Edipo, complejos sexuales y sobrevaloración del objeto femenino).
“Se dejó arrastrar por los impulsos que retuercen al hombre que se siente por primera vez a las puertas de la cárcel, impulsos ciegos que conducen a un desdichado a jugarse la vida en un naipe o en una mujer. Quizá buscando en el naipe y en la hembra una consolación brutal y triste, quizá buscando en todo lo más vil y hundido cierta certidumbre de pureza que lo salvará definitivamente.” (Roberto Arlt, 1929, pág. 15)
El personaje expresa rechazo por el sexo femenino, incluso cuando se refiere a la relación con su esposa.
“Súbitamente sentía deseos de llorar, de preguntarle a esa horrible morcona qué cosa era el amor, el angélico amor que los coros celestiales cantaban al pie del trono de Dios vivo, pero la angustia le taponaba la laringe mientras que de repugnancia el estómago se le cerraba como un puño”. (Roberto Arlt,1929 , pág. 16)
El desamor y el deseo de llevar una vida distinta, diferente agobia reiteradamente al loco:
“Súbitamente el remordimiento le entristecía el alma, se acordaba de su esposa que por falta de dinero tenía que lavarse la ropa a pesar de estar enferma, y entonces, asqueado de sí mismo, saltaba del lecho, le entregaba el dinero a la prostituta, y sin haberla usado, huía hacia otro infierno a gastar el dinero que no le pertenecía, a hundirse más en su locura que aullaba a todas horas.” (Roberto Arlt,1929 , pág. 16)
Así también, Arlt pondrá énfasis en la marginalidad y el carácter excepcional de los casos especiales: locos, ilusos, perversos, inventores fracasados, soñadores, místicos, utopistas, místicos, asesinos, delincuentes, “filósofos” de café, humillados, redentores mesiánicos, aventureros, etc. Sus personajes conforman una galería de marginales señalados por la excepcionalidad y lo paradojal: “canallas”, pero al propio tiempo “tristes”; “viles”, pero a condición de ser también “soñadores”; hombres de absoluta “sequedad” interior, pero fascinados, en algún lugar de su conciencia, por la búsqueda de la “Gracia”. Criaturas de vida interior “dislocada intensa y angustiosa”, como Erdosain, Ergueta, Hipólita, el Astrólogo, Barsut, el Rufián Melancólico, el Hombre que vio a la Partera, etc.
Roberto Arlt, afirma: “Estos demonios no son locos ni cuerdos. Se mueven como fantasmas en un mundo de tinieblas y problemas morales y crueles. Si fueran menos cobardes se suicidarían; si tuvieran un poco más de carácter, serían santos. En verdad, buscan la luz. Pero la buscan completamente sumergidos en el barro. Y ensucian lo que tocan...” (El Mundo, 27/11/1929)
Por su parte, el “místico” Ergueta, amigo de Erdosain es el primero de los locos en negarle el auxilio a este.
“Erdosain miró repentinamente esperanzado a su extraño amigo. Luego le preguntó:-¿Jugás siempre? -Sí, y Jesús, por mi mucha inocencia, me ha revelado el secreto de la ruleta. -¿Qué es eso? -Vos no sabes... el gran secreto... una ley desincronismo estático... Ya fui dos veces a Montevideo gané mucho dinero, pero esta noche salimos con Hipólita para hacer saltar la banca.” (Roberto Arlt,1929 , pág. 20)
...