Nuevo manual de retórica parlamentaria y deliberativa

“Nuevo manual de retórica parlamentaria y deliberativa”

Capítulo I

Un discurso oratorio debe ser una obra de interés público. El interés y atención de los oyentes parte de una base psicológica, interesan los mensajes que importan al “yo”. Pero ese "yo" es una realidad cambiante y múltiple, temporal y espacial, para que un hecho sea interesante es necesario que entre en el mundo presente de lo oyentes.

La interrelación comunicacional entre personas esta determinada por la percepción que tenga de si misma y de las demás en el contexto de una situación especifica.

La percepción es aquella sensación interior que resulta de la impresión material hecha en nuestros sentidos, por lo que seria una interpretación, más que una sensación.

La percepción social es el medio a través del cual una persona se forma una idea acerca de la otra. En esta percepción deben considerarse tres aspectos: el percibidor (la persona que está oyendo), la que se oye (e intentando comprender), y la situación o contexto (conjunto de fuerzas sociales y no sociales en las cuales ocurre el acto de percepción social). Esta percepción está influida por los prejuicios (juicio a priori favorables o desfavorables), generalizaciones (cuando una impresión general influye en el juicio y en la evaluación que se hace a otras personas), proyecciones (defensa mediante la cual atribuimos a los demás características propias) y defensa perceptual (el observador deforma datos del mismo modo que elimina la coherencia). Existe una codificación o percepción selectiva que bloquea la información no deseada.

En síntesis cada persona crea su propio sistema de conceptos para interpretar su ambiente externo e interno y organizar sus múltiples experiencias cotidianas.

Capítulo II

La necesidad de argumentar a favor de lo propio, fue uno de los mayores motivos del nacimiento de la retórica. Esta, es una disciplina propia de la cultura occidental, que encontró la expresión como medio para influir sobre las personas.

Se establece a la retórica en Grecia, en el siglo 5 A.C, donde Corax, desarrollo una metodología sistemática de estructuración argumentativa para el ejercicio oratorio de índole persuasivo.

En el 485 A.C, los tiranos realizaron expropiaciones de tierras, que luego serian anuladas. Esto provocó numerosos pleitos por derechos de propiedad en los que se advirtió el valor de la elocuencia para defender dichas causas judiciales.

La retórica en sus comienzos está unida a los sofistas, y el más ilustre exponente será Protágoras, es por esto que Platón ataca directamente esta práctica.

Ya en el siglo IV, la retórica aristotélica establece categorías imprescindibles para la constitución del sistema retórico dándole definición y clarificando su función. como son el concepto de: discurso, géneros de oratoria, etc. Es el arte del buen decir, sobre la base de la verdad, teniendo presente al auditorio y la finalidad que el discurso pretende: convencer a la razón, conmover a los sentimientos y persuadir a la voluntad, observando los cambios grupales y comportamentales. En el sentido más estricto, la retórica es el arte de la persuasión a través de un corpus sistematizado de pautas y técnicas sobre la composición y las partes del discurso.

Marco Tulio Cicerón pronunció Las Catilinarias, que eran 4 discursos retóricos en contra del Senador Romano Lucio Sergio Catilina, para frenar sus intentos sediciosos. El primero y el cuarto discurso fueron enunciados ante el senado romano con el propósito de desenmascararlo y poner en alerta al senado. En la segunda y tercera, se dirige al pueblo romano con el propósito de dejar en evidencia a Catilina intentando no generar una guerra interna. Cicerón siempre lo demostró como una persona voraz y ambiciosa, además de un sedicioso y golpista.

La oratoria puede definirse como el arte de hablar con elocuencia que tiene por finalidad, exponer con convicción y en forma persuasiva la construcción realizada de nuestros pensamientos. Trata de conseguir estimulo psíquicos a través de la palabra, voz y acción, de manera de generar en los oyentes una respuesta deseada sobre esos estímulos presentados, obrando sobre sus estructuras ideológicas, sentimentales o volitivas. Las finalidades básicas de la oratoria se funda en el arte de:

Conmover: apunta a influir sobre los sentimientos, ganándose el corazón de su audiencia, estando profundamente convencido.

Convencer: se basa en el hecho de precisar a otro que emprenda determinado camino y vea la razón.

Persuadir: es movilizar la voluntad del auditorio por medio de razones, presiones o impresiones a que haga algo determinado.

La elocuencia es la facultad de expresarse de modo eficaz a fin de deleitar, conmover y persuadir.

La retórica es el conjunto de reglas que rigen todo discurso que se propone influir en la opinión pública y sus sentimientos. La Retórica Parlamentaria es la sistematización de la metodología técnica y de los recursos artísticos cuya finalidad se funda en argumentar, explicitar, defender o refutar los pro y los contra de los motivos que llevan a una decisión en el contexto de un recinto parlamentario. Los principios de la oratoria deliberativa aristotélica se basan en reconocer y orientas sobre los bienes y males que se presentan en un contexto sociopolítico que se funda en la interpretación del pasado, el análisis del presente, para la proyección de los tiempos venideros. Para Aristóteles, las temáticas a deliberar son: los ingresos fiscales, guerra y paz, defensa del país, importaciones y exportaciones y la legislación.

Capítulo III

El discurso conforma una forma de acción entre las personas que se articula a partir del uso lingüístico contextualizado (se da en un contexto, es parte del contexto y crea contexto). Un texto solo puede ser interpretado en su totalidad mediante la contribución de los elementos aportados por y desde el contexto.

La lengua ofrece al orador una serie de opciones que debe tener en cuenta en el momento de interactuar discursivamente dado que su empleo tiene que ver con parámetros contextuales que involucran la situación, los propósitos que tiene el orador y las características del destinatario. Al elaborar un discurso es fundamental obtener los datos que se van a analizar y transmitirlos considerando el contexto.

Todo discurso debe tener coherencia (relación semántica entre las oraciones,

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