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Nuevos mecanismos de sentido en Felisberto


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2018  •  Ensayos  •  3.204 Palabras (13 Páginas)  •  186 Visitas

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DESACOMODO EN LOS LECTORES PRODUCIDO PRODUCIDO POR FELISBERTO HERNÁNDEZ

Nombre: Cristopher Millacaris Rojas

Profesor: Claudio Guerrero Valenzuela

Fecha: 15 de agosto de 2018

Una vertiginosa irrupción de movimientos literarios inician a principios del siglo XX, en Hispanoamérica específicamente, los cuales pretenden derrumbar los límites establecidos y generar rupturas epistemológicas a partir de la construcción de un lenguaje nuevo; un nuevo proyecto literario comienza a edificarse en América. La década del 20 y 30 parece ser el punto de ebullición de cada uno de los proyectos en los distintos países, sin embargo, es hasta la década del 50, en adelante, donde ya se han consolidado como un lenguaje propio dentro del contexto cultural de la época:

Cada movimiento posee un carácter particular que depende de la evolución social y de las condiciones literarias dominantes en cada país, pero en todos ellos se manifiesta un objetivo común: quebrar formas rígidas y adecuar la literatura al nuevo ritmo de la vida moderna, inventar medios de expresión que capten la espontaneidad, la disonancia, lo imprevisto y lo fragmentario. (Verani 450)

Tal vez muy pocas personas conozcan quién fue realmente Felisberto Hernández, tal vez unos lo confundan con un actor de cine cómico, otros lo consideren un tipo loco que escapa ante cualquier nomenclatura previa, o, simplemente sea visto como un sujeto nacido en un plano y contexto totalmente diferente del que le tocó. Lo que sí se puede afirmar es que él rehuyó siempre de prototipos, convenciones, estructuras lógicas o cánones de escritura; él fue un visionario, un adelantado en su época. Felisberto jamás fue un literato lineal, ni un referente de escrituras que provienen de una tradición que hay que mantener viva replicando un modo de arte. Su obra se caracteriza por trasladar al lector al plano del autor o narrador,  y desde ahí, tratar de que el propio lector complete cada uno de los vacíos semánticos y vaivenes sintácticos que Felisberto intencionalmente ha trazado en sus cuentos, estrategia que en ese instante parece totalmente irreverente hacia la tradición literaria de aquel momento. Esta sensación de desacomodo con la que quedan los lectores es lograda a través de una escritura totalmente irresoluta, incompleta, inexacta y difusa, en donde los hechos que se narran muchas veces bordean y trastornan los sentidos comunes.

Muchas innovaciones y elementos introdujo en su escritura, todos ellos (ya aunados) son concebidos como un Metalenguaje propio, Felisberto no encajaba bajo ningún parámetro. Es así como desde su obra, estilo, contexto y la forma en que articula su narrativa, fue sin duda uno de los exponentes latinoamericanos con mayor interés en modificar y actualizar las “normas” en la narración. Debido al gran interés en ello, desde su obra, se puede proyectar un trabajo minucioso a partir de una pregunta que abarque su producción y la de un cuento en específico, esta es: ¿De qué manera Felisberto Hernández en “La casa inundada” propone un quiebre respecto de los tradicionales modos de leer y escribir narrativa? Dicha pregunta abarcará el desarrollo de los siguientes párrafos, donde el objetivo es identificar nuevos hábitos y nuevos elementos que introduce en la escritura. Se espera recolectar evidencias de estos cambios en tres ejes específicamente: uno a nivel estructural, otro a nivel estilístico y, finalmente, uno a nivel de recepción; obviamente los tres conjugados en un solo engranaje que atraviesa su obra, que es precisamente la utilización de un Metalenguaje y la creación de una Metaliteratura que es propia de su personalidad.

Felisberto es uno de esos hombres que vienen a consolidar este nuevo lenguaje que se ha venido configurando en América Latina. En “La casa inundada” se observa, en el nivel estructural, que no existen puntos de referencias ubicados con precisión para estacionar al lector, y aterrizarlo a un plano resoluto. Esa intención de escribir sin saber muy bien qué se quiere contar, a quién, por qué, para qué, dónde, o la discontinuidad de su relato, acentúan una poética particular. Esta nueva forma de articular los textos, sin temas precisos, sin un orden lógico (que se presente como ruta de principio a fin), así como los personajes poco exactos se sintetizan en: “una poética que acentúa la autoconsciencia reflexiva y la voluntad de subrayar los mecanismos productores de sentido(Verani 44). Lo que significa que los lectores deben aceptar una problemática al momento de leer sus cuentos, puesto que deben contar con la falta de elementos tradicionales de la narrativa e involucrar, aún más, su nivel de participación en el texto. El cuento no posee un espacio preciso donde transcurran las acciones, el lector infiere, por medio del contexto, que se trata de un espacio físico ubicado fuera de la ciudad de Buenos Aires, además existen muchas imprecisiones al momento de evocar lugares y eventos, o sea, las descripciones son escasas y acuosas; por otro lado, no conserva a personajes que representen con claridad su función, siempre son difusos y faltos de contenido, son insípidos e irresolutos en sus palabras. En esta línea es imposible conocer a cabalidad las intenciones precisas de doña Margarita, la protagonista de la historia, puesto que solo necesita a una persona que se encargue de pasearla en un bote (Felisberto) y escuchar sus historias en una particular casa que está inundada de agua. En el caso del transcurso del tiempo es menos preciso aún, se rumorean simplemente los pasos de los días, nada muy concreto ni exacto.

Tanto la autoconsciencia reflexiva, como la voluntad de resaltar los mecanismos productores de sentido, guardan relación con el proyecto de escritura que consiguió desarrollar. Ejemplo de ello son sus experiencias de vida, las cuales son incorporadas dentro de sus relatos, de esta manera el escritor y narrador, mientras avanza en la escritura se detiene, por breves instantes, y se obsequia unas pequeñas líneas para generar alguna reflexión sobre su pasado o, simplemente, evocar nuevas imágenes, sensaciones y recuerdos que él experimentó como sujeto real; cada uno de esos soplos genera una autorreflexión del proceso escritural así como una fragmentación de la linealidad del relato:

Su narrativa se caracteriza, además, por la espontaneidad conversacional y antiliteraria, común a todos los vanguardistas… En Felisberto el desajuste juguetón de lo concreto y la naturaleza dislocada y fragmentaria de las situaciones arrancan las cosas de la normalidad, preservando una zona de misterio irreductible a explicaciones lógicas. (Verani 44).

Ya no hay incógnita de lo que pretende su escritura, ella está orientada a incomodar a los lectores, romper todo orden tradicional, traspasar los límites reales de personajes y espacios, así como en la forma en que configura cada uno de sus cuentos. “el texto presenta un hecho nuevo que subsiste sin ninguna preocupación por el referente o por la racionalización de la experiencia, afirmando la autosuficiencia del acto poético” (Verani 452). De esta manera su escritura adquiere vida propia, y se vale a sí misma, plasmando de esta forma un Metalenguaje y una Metaliteratura exclusiva de él.

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