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Padre Rico Padre Pobre

Esche19 de Noviembre de 2014

8.386 Palabras (34 Páginas)397 Visitas

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Padre Rico, Padre Pobre Le ayudará a...

Derribar el mito de que usted necesita tener un ingreso elevado para hacerse rico.

Desafiar la creencia de que su casa es una inversión.

Mostrar a los padres por qué no deberían confiar en el sistema escolar para la

enseñanza de sus hijos acerca del dinero.

Definir de una vez y para siempre qué es una inversión, y qué es una obligación.

Mostrar qué enseñar a los hijos acerca del dinero para su futuro éxito financiero.

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"Para alcanzar la cima, desde el punto de vista financiero, usted debe leer Padre Rico, Padre Pobre. Se trata de sentido común e ingenio mercantil para su futuro financiero."

Zig Ziglar

Autor y orador de renombre mundial

"Si usted aspira a la total sabiduría interior de cómo hacerse rico personalmente, y mantenerse, ¡lea este libro! Y soborne a sus hijos (si fuera necesario), para asegurarse de que también lo lean."

Mark Víctor Hansen

Coautor del best sellen del New York Times Chocolate caliente para el alma

"Padre Rico, Padre Pobre, no es el típico libro que trata acerca del dinero... es fácil de leer, y sus mensajes clave -tales como, hacerse rico requiere de enfoque y fortaleza- son realmente simples."

Honolulu Magazine

"¡Sólo desearía haber leído este libro cuando era joven, o mejor aún, que lo hubieran leído mis padres! Es la clase de libro del cual uno compra un ejemplar, y luego adquiere copias extra para que cada uno de sus hijos tenga una, con la intención de tener la chance de que se transmita como su regalo para sus nietos, ni bien alcancen la edad de 8 ó 9 años."

Sue Brawn

Presidente de Tenant Chek of America

"Padre Rico, Padre Pobre no se trata de cómo hacerse rico rápidamente. Se trata de adquirir responsabilidad sobre sus asuntos financieros, y mejorar su riqueza adquiriendo la maestría en cuestiones del dinero. Léalo si desea despertar su genio financiero."

Dr. Ed Koken

Profesor de finanzas RMIT University, Melbourne

"Desearía haber leído este libro veinte años atrás."

Larison Clark, Diamond Key Honres

INC. Magazine's fastest growing home builder in America, 1995

"Padre Rico, Padre Pobre es un punto de partida para cualquier persona que esté buscando adquirir el control de su propio futuro financiero." USA TODAY

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Dedicatoria

Este libro está dedicado a todos los padres del mundo, los maestros más importantes de un niño.

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AGRADECIMIENTOS

¿Cómo hace una persona para decir "muchas gracias", cuando hay tantas

personas a quien agradecer? Obviamente, este libro es un gracias a mis dos padres, que fueron poderosos modelos de rol, y a mi mamá, quien me enseñó el amor y la amabilidad.

Para comenzar, la lista de personas más directamente responsables de que este libro se convierta en realidad, incluye a mi esposa Kim, quien hace que mi vida sea completa. Kim es mi socia en el matrimonio, los negocios y la vida. Sin ella yo estaría perdido. A los padres de Kim, Winnie y Bill Meyer, por criar a una hija tan grandiosa. Agradezco a Sharon Lechter, por recopilar los fragmentos de este libro en mi computadora, y compaginarlos. A Mike, el esposo de Sharon, por ser un gran abogado especializado en propiedad intelectual, y a sus hijos Phillip, Shelly y Rick, por su participación y cooperación. Agradezco a Keith Cunningham por su sabiduría financiera e inspiración; Larry y Lisa Clark por el regalo de la amistad y el aliento; Rolf Parta por su genialidad técnica; Anne Nevin, Bobbi DePorter y Joe Chapon por la visión interior del aprendizaje; DC y John Harrison, Jannie Tay, Sandy Khoo, Richard y Verónica Tan, Peter Johnston y Suzi Dafnis, Jacqueline Seow, Nyhl Henson, Michael y Monette Hamlin, Edwin y Camilla Khoo, K.C. See y Jessica See, por el apoyo profesional; Kevin y Sara de InSync por los brillantes gráficos; John y Shari Burley, Bill y Cindy Shopoff, Van Tharp, Diane Kennedy, C.W.Allen, Marilu Deignan, Kim Arríes, y Tom Weisen-born, por su inteligencia financiera.

Sam Georges, Anthony Robbins, Enid Vien, Lawrence y Jayne Taylor-West, Alan Wright, Zig Ziglar, por la claridad mental; J.W. Wilson, Marty Weber, Randy Craft, Don Mueller, Brad Walker, Blair y Eileen Singer, Wayne y Lynn Morgan, Mimi Brennan, Jerome Summers, Dr. Peter Powers, Will Hepburn, Dr.Enrique Teuscher, Dr. Robert Marín, Betty Oyster, Julie Belden, Jaime Danforth, Cherie Clark, Rick Merica, Joia Jitahide, Jeff Basset, Dr. Tom Burns, y Bill Galvin por ser grandes amigos y sostenedores del proyecto; a los Center Managers y a las decenas de miles de graduados de "El Dinero y Usted" y del "Colegio de Emprendedores"; a Frank Crerie, Clint Miller, Thomas Allen y Norman Long por ser grandes socios de negocios.

INTRODUCCIÓN

Existe una necesidad

¿Prepara el colegio a los niños para el mundo real? "Estudia intensamente y logra buenas calificaciones, así encontrarás un empleo bien remunerado y con buenos beneficios", solían decir mis padres. La meta de sus vidas era proporcionar educación universitaria a mi hermana mayor y a mí, de forma tal que tuviéramos la mayor chance de éxito en nuestras vidas. Cuando finalmente, en el año 1976, obtuve mi diploma en contabilidad en la Universidad del Estado de la Florida -graduada con honores, entre los primeros de mi clase- mis padres habían alcanzado su meta. Era el logro que coronaba sus vidas. De acuerdo al "Plan Maestro", fui contratada por una firma contable de primera línea, deseando desarrollar una gran carrera y retirarme a una temprana edad.

Michael, mi esposo, siguió un camino similar. Ambos proveníamos de familias muy trabajadoras, de modestos recursos pero alta ética de trabajo. Michael también se graduó con honores, y lo hizo dos veces: primero como ingeniero, y luego en la escuela de leyes. Fue contratado rápidamente por un estudio legal especializado en leyes de patentes, en Washington D.C., y su futuro parecía brillante, con el sendero de su carrera bien definido, y una jubilación temprana garantizada.

Aunque hemos sido exitosos en nuestras carreras, estas no se desarrollaron tal como esperábamos. Ambos hemos cambiado de puestos de trabajo varias veces -por razones oportunas- pero no existen planes legales de pensión establecidos a nombre nuestro. Los fondos para nuestra jubilación, crecen solamente a través de nuestras contribuciones individuales.

Michael y yo tenemos un matrimonio maravilloso con tres hijos estupendos. Mientras escribo esto, dos están en la universidad, y el otro recién comenzando el ciclo superior. Hemos gastado una fortuna para asegurarnos de que nuestros hijos reciban la mejor educación disponible.

Un día, en el año 1996, uno de mis hijos volvió desilusionado del colegio. Estaba aburrido y cansado de estudiar. "¿Por qué tengo que pasar tanto tiempo estudiando temas que jamás voy a utilizar en mi vida real?" protestó.

Respondí sin pensar, "porque si no logras buenas calificaciones, no vas a ingresar a la universidad".

"Más allá de que vaya o no a la universidad, yo voy a ser rico", replicó.

"Si no completas tus estudios universitarios, no podrás conseguir un buen empleo", respondí con una ligera sensación de pánico y preocupación maternal. "Y sin un buen empleo, ¿cómo planeas hacerte rico?"

Mi hijo rió desdeñoso y sacudió su cabeza lentamente con cierto aburrimiento. Anteriormente, ya habíamos sostenido muchas veces esta conversación. El bajó la cabeza y puso sus ojos en blanco. Mis palabras de sabiduría materna estaban cayendo en oídos sordos una vez más.

Si bien era inteligente y determinado, siempre había sido un joven educado y respetuoso.

"Mami" empezó. Había llegado mi turno de recibir una lección. "¡Ponte al día! Mira a tu alrededor; las personas más ricas no se hicieron ricas a causa de su educación. Mira a Michael Jordan, o Madonna.

Incluso Bill Gates, que abandonó la universidad de Harvard, y fundó Microsoft; él es hoy uno de los hombres más ricos de los Estados Unidos, y está aún en sus 30 años. Hay un lanzador de baseball que gana más de 4 millones de dólares al año aunque su coeficiente mental ha sido etiquetado como `dudoso'."

Hubo un largo silencio entre los dos. Caí en la cuenta de que le estaba dando a mi hijo el mismo consejo que me habían dado mis padres. El mundo a nuestro alrededor había cambiado, pero el consejo no.

Acceder a una buena educación y lograr calificaciones altas ya no asegura el éxito, y nadie parece haberlo notado, excepto nuestros hijos.

"Mami" continuó, "no quiero trabajar tan arduamente como tú y papá lo hacen. Ustedes ganan mucho dinero, y vivimos en una casa enorme, repleta de `juguetes'. Si sigo tu consejo, acabaré igual que tú, trabajando más y más, tan sólo para pagar más impuestos y acabar endeudado. Ya no existe la seguridad de un empleo; ya he oído todo acerca de reducciones y reajustes empresariales. También sé que los graduados universitarios hoy en día ganan menos de lo que ganabas tú cuando te graduaste. Mira

a los doctores. No están ni cerca de ganar tanto dinero como ganaban antes. Sé que no puedo confiar en el Sistema de Seguridad Social o las pensiones de una compañía para mi jubilación. Necesito nuevas respuestas."

Tenía razón. El necesitaba nuevas respuestas, y yo también. Los consejos

...

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