REPORTE DE LECTURA: LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO

REPORTE DE LECURA: LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO

Los ojos del perro siberiano es una historia que a pesar de ser muy corta deja mucho que reflexionar, la historia es relatada por un joven adolescente, del cual no se menciona el nombre, ésta trata sobre la enfermedad que provoco la muerte de su hermano Ezequiel el cual se había ido de su casa a los 15 años y por esto estuvo distanciado por alrededor de 9 años y no fue hasta que se le detectó la enfermedad que volvió a tener contacto con él.

La historia comienza cuando el joven se decide a escribir todo lo que paso para así lograr desahogarse y sentirse un poco más ligero.

 Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo.

 Eso es lo que me pasó a mí con mi hermano.

Mi hermano hubiese cumplido ayer 31 años, pero murió hace 5. Se había ido de casa a los 18, yo tenía 5 años.

Mi familia nunca le perdonó ninguna de las dos cosas, ni que se haya ido, ni que se haya muerto. Esto, si no fuera terrible, hasta sería gracioso.

Pero no lo es, lamentablemente.

Perdonen si este párrafo es confuso. Quiero contar toda la historia esta noche.

Mañana me voy.

Tal vez si logro repasar mi historia en voz alta, aunque sea una vez, me sienta más liviano en el momento de tomar el avión. Pero no sé si podré.

La familia de Ezequiel y su hermano son de las adineradas de San Isidro, tienen una casa grande de dos pisos cerca del rio, está rodeada por  un jardín grande donde la madre tiene sus rosales y hierbas las cuales cuida como lo más importante. Por dentro la casa es muy grande y tiene además de las habitaciones para los padres, Ezequiel y el hermano menor, otras tres habitaciones (2 de visitas y 1 para los quehaceres de la madre).

A pesar del dinero y de las comodidades los lazos familiares no son muy fuertes ya que como cuenta el hermano menor, la comunicación no es muy buena, los recuerdos felices que tenía por ejemplo con su madre son en los momentos que le está ayudando con el cuidado de las hierbas y rosales,  y con el padre la relación era aún más rígida ya que este siempre estaba concentrado en su negocios y el hijo menor debía cumplir con tener buenas notas, asistir a sus clases de rugby las cuales se impartían en el San Isidro Club, al cual asistían no solo su padre, sino también su amigo Mariano de quien él era inseparable.  

El hermano mayor, Ezequiel fue el orgullo de la familia por mucho tiempo, cuando este nació peso más de cuatro kilos, sacó los ojos azules de su padre y el pelo negro como el de su madre, Ezequiel cumplía con todas las expectativas, era un buen alumno, un hijo ejemplar, era todo lo que habían deseado.

La familia tuvo otra hija pero esta murió en el parto y a partir de esto se acordó no tener más hijos, sin embargo tiempo después la madre volvió a quedar embarazada de quien es el narrador, el hijo menor. Al nacer este era todo lo contrario a Ezequiel, tenía el pelo castaño y ojos marrones, y no era ni grande ni lindo.

Cuando Ezequiel se fue de la casa, el hijo menor tenía apenas cinco años, este menciona ese día como su primer recuerdo, ya que los demás solo eran “recuerdos implantados” que se le contaban en las comidas familiares y los cuales por lo regular era “Ezequiel te enseño a caminar”, “tu no dormías si Ezequiel no te cantaba la canción…”

La partida de Ezequiel no tuvo una consecuencia negativa en el hijo menor, por el contrario, puesto que cuando este estaba recibía mucha atención y la gente lo trataba como adulto, entonces el hijo menor pensó que toda esta atención ahora seria para él. Lo cual si sucedió pero de una forma diferente ya que los padres no querían cometer los mismos errores que cometieron con Ezequiel.

Los motivos por los que Ezequiel se fue de la casa siempre fueron un misterio, los padres nunca lo comentaban y el hijo menor nunca tuvo el valor para preguntarlo, y este se enteró de por medio de su amigo Mariano, ya que sus padres y los él eran amigos y en algún momento se lo comentaron, después el padre de Mariano de dijo a su madre y la madre a su hija Florencia.

La razón de que Ezequiel se fuera, fue que embarazó a la hija de un amigo de su padre, Virginia, el embarazo fue interrumpido y el padre de Virginia se enteró entonces le dijo al de Ezequiel que sus hijos debían casarse, a lo cual Ezequiel respondió que nunca lo haría, y después de una fuerte discusión Ezequiel se fue de la casa.

Desde ese día no se volvió a saber de Ezequiel y lo que se hablaba de él era muy poco. Este vuelve a reaparecer en la historia cuando un día el hijo menor regresa del club y al entrar a su casa encuentra a sus padres y Ezequiel en el despacho, su madre estaba llorando y cuando su padre lo vio le dio de inmediato la orden de ir a su habitación y el obedeció.

A los días siguientes el hijo menor notaba extraños a sus padres, notablemente más cansados y angustiados, él tenía mucha curiosidad de que es lo que había sucedido el día que Ezequiel los visito y tenía dos opciones: preguntarles a sus padres o a Ezequiel. Él eligió la segunda. Tardo unos días en encontrar la dirección de su hermano pero lo logro y se dispuso a ir a visitarlo. Le diría a su padres que estaría con su amigo Mariano, y este lo encubriría.

Una vez que llego a la casa de su hermano lo recibió su perro siberiano Sacha, al preguntar sobre él Ezequiel cuenta la historia de que debido a que era el último en nacer y el más débil, lo iban a matar, entonces el decidió adoptarlo. Le comenta también como la sociedad rechaza todo lo que es diferente o no entiende.

Al terminar la charla, el hijo menor le pregunta a Ezequiel que porque es que sus padres se molestaron con el aquel día, este le responde que es porque tiene SIDA. Al no saber que decir lo primero que se le ocurre es preguntar “¿Dónde te contagiaste?”, Ezequiel molesto responde que eso  no tiene importancia ahora, ya que de una u otra forma morirá.

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