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Reflexion Lider Jesus


Enviado por   •  15 de Julio de 2015  •  2.263 Palabras (10 Páginas)  •  1.857 Visitas

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INTRODUCCIÓN

A través de mi reflexión respecto al libro un Líder como Jesús se pretende realizar un análisis y hacer una perspectiva respecto al modelo de un líder ciervo. Sería tan fácil resumir el libro en tres o cuatro frases que concentran la esencia del libro, sin embargo, la magia que contiene la palabra de Dios nos permiten construir un liderazgo de servicio sin olvidar lo complejo y los problemas que acechan nuestras vidas.

OBJETIVOS DE LA ACTIVIDAD

 Leer el libro Un líder como Jesús

 Hacer una reflexión por capítulo y análisis el modelo de liderazgo de un líder ciervo.

REFLEXIÓN

¿A quién seguirá? ¿Cómo guiara usted?

Cada uno de nosotros a lo largo de su vida tiene la posibilidad de demostrar su liderazgo esta característica esta intrínseca a nosotros, no solo aquellos que dirigen empresas, que guía un ejército o que están al frente de la política son líderes, si no todos desde nuestras trincheras tenemos la posibilidad de trabajar con nuestro liderazgo: con nuestras familias, nuestros amigos, en nuestro trabajo, con nuestros vecinos. Uno es un líder porque está afectando o influyendo a otras personas, sea en una forma positiva o negativa (Hodges, 2005).

Debemos dedicar nuestro liderazgo a servir a los demás. Es necesario que confiemos en que Dios nos guiara, nos dará inteligencia, fuerza y coraje quizás la reflexión más profunda sea que Dios no tiene un plan imperfecto sino que él sabe que es lo que nosotros debemos trabajar en nuestro ser y nos dota de las características necesarias para poder trabajar en el crecimiento de nuestra persona, no con la finalidad de hacernos más grandes sino con la intención de crecer con todas las personas a las que influimos.

Jesús se permitió ser hombre se dejo vivir como humano con todo lo complejo que esto significaba, es quizás por eso que él tiene claro el potencial que cada uno de nosotros puede alcanzar.

Sin embargo ¿cómo debemos trabajar con nuestro liderazgo? primero trabajamos con nuestra persona con la finalidad de conocernos a nosotros mismos y saber si realmente estamos dispuestos a servir a Dios, lo primero que hay que hacer al tomar una decisión es decidirse si va a agradar a Dios o no (Hodges, 2005). En segunda instancia debemos trabajar con los demás, no se debe pensar solo en sí mismo, permitir que los demás y uno mismo depositen su confianza. Una vez alcanzado este nivel empieza el liderazgo en equipo. Un buen líder de equipo es capaz de delegar actividades para aquel que sea más capaz de realizarlas, un verdadero líder es capaz de transmitir valores que sean benéficos para su grupo y es casi seguro que si él es congruente con sus palabras sus seguidores también alcanzaran estos mismos valores. Un tercer nivel es el liderazgo organizacional que es el último eslabón del liderazgo y aun cuando quizás este sea el nivel de mayor influencia no podría ser alcanzado sin los niveles anteriores en lo personal me atrevería a decir que es más bien el resultado del ejercicio de los primeros niveles.

Sin embargo como vamos a trabajar en cada uno de estos liderazgos la primer área es nuestro interior es donde quedan reflejadas nuestras intenciones el concepto que tenemos de nosotros y de Jesús y las intenciones de nuestro liderazgo. Podemos ocultar ante los ojos de los demás quienes somos pero ante nosotros mismos y ante Dios no existen secretos. El siguiente área es la cabeza que para mi representa el sazón de cada líder y es como cada uno define su propia función (Hodges, 2005). Las manos es establecer la guía de nuestro liderazgo con los demás y por último el área de los hábitos es quizás el área de reflexión en la retroalimentación de lo que hemos hecho y lo que tenemos que seguir haciendo o corregir el rumbo.

El corazón de un guía siervo.

En la primera área lo que debemos de hacer es entender nuestras intenciones es dejarnos revelar la esencia de lo que somos, al menos en mi persona no fue fácil entender que gran cantidad de lo que hago, lo hago con un nivel moderado de egoísmo aun cuando matizamos la realidad de varios colores. En diversas ocasiones ponemos a algunos hábitos, personas y tareas por encima de Dios, depositamos nuestra confianza en nuestros propios atributos sin darnos cuenta que son esos mismos atributos regalos que Dios no ha dado y que no nos pertenecen, estos entre otros actos nos hacen marginar a Dios.

El orgullo y el temor son las características esenciales de cómo marginamos a Dios. El orgullo es creer que es gracias a nuestra voluntad y no a la de Dios por lo que ocurren las cosas. En diversas ocasiones nos dejamos pensar que es gracias a nuestra inteligencia, fuerza, destreza, etc. que logramos obtener logros en nuestra vida. Debemos ser humildes y aceptar que nosotros no poseemos nada más que aquello que Dios nos ha regalado. El temor no siempre se reconoce como un asunto del ego (Hodges, 2005). Son quizás esos temores ocultos los que más obstaculizan nuestro liderazgo no porque sean más complejos si no porque son más difíciles de detectar, debemos depositar nuestra confianza en Dios no como un asunto de debilidad sino entendiendo que él no nos pondrá pruebas que nosotros no podamos superar.

Superar estos vicios no es tarea fácil debemos exaltar a Dios adorarlo únicamente a él, depositar nuestra voluntad en su poder, entender que el nos mira y que él será nuestra audiencia y juez en todos nuestro actos, aun cuando esto parezca sencillo de hacer somos humanos imperfectos y quizás ese sea nuestro mejor atributo por que nos da la posibilidad de discernir de demostrar cuál es nuestro verdadero camino y que podemos trabajar en nuestro crecimiento no con el fin de alcanzar nuestro éxito sino de lograr trascender ante los ojos de Dios.

Jesús fue muy claro de cual sería nuestra guía, en primer lugar debemos amar a Dios sobre todas las cosas y después amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Este dogma es la raíz de todo lo que debemos alcanzar en nuestra persona, debemos ser capaces de perdonar y alcanzar la gracias con nuestros compañeros trabajar en conjunto con nuestras limitaciones y esfuerzos para lograr el bienestar de los demás.

La cabeza de un guía ciervo

La segunda área es la cabeza es la característica que cada líder le imprime a su liderazgo. El líder efectivo comienza con una visión clara (Hodges, 2005) el único mecanismo para no perder el rumbo es mantener esta perspectiva siempre

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