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Reporte La muñeca menor


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2015  •  Tareas  •  2.863 Palabras (12 Páginas)  •  463 Visitas

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La muñeca menor

El cuento comienza con una señora vieja que había sacado su sillón al balcón que daba al cañaveral como ya era de costumbre cuando tenia ganas de hacer una muñeca. De joven se bañaba a menudo en el rió pero un día en especial en el cual la lluvia lo había hecho crecer el nivel escucho entre el negro de las rocas estallidos, en ese preciso momento sintió una mordida terrible en la pantorrilla. La sacaron del agua inmediatamente y la llevaron a su casa retorciéndose de dolor. El medico que la había examinado había dicho que no eranada , que tal vez la había mordido una chagara viciosa. Pero pasaba día tras día y la llaga no sanaba. Después de un mes el medico dijo a la señora que la chagar se había introducido en la carne blanda de la pantorrilla, donde había empezado a engordar. El medico había indicado que se le aplicar calor para obligarla a salir pero la llaga se había abultado más. Entonces se resigno a vivir toda la vida con la chagara metida en su pantorrilla.

Era muy hermosa, pero la chagara que se escondía bajo los pliegues de sus vestidos le había quitado toda su vanidad. Se había encerrado en su casa rechazando a todos sus pretendientes. Se empezó a ocupar de la crianza de las hijas de su hermana, arrastrando la pierna de monstruoso tamaño con agilidad por toda la casa. Las niñas adoraban a la tia, les peinaba, bañaba y les daba de comer.

Cuando las niñas fueron creciendo la tía les empezó a hacer muñecas para jugar.

Al principio eran muñecas normales, pero al pasar de los años fue haciéndolas cada vez mejores hasta que se gano el respeto de toda la familia. Cada que la tía hacia una muñeca era momento de regocijo, y por ende jamas se les habría ocurrido vender una de las muñecas ni siquiera en los momentos de crisis, había ido agrandando el tamaño de las muñecas respecto al tamaño de sus sobrinas.

Eran nueve niñas y la tía les hacia a una muñeca a cada niña al año, se tubo que separar una parte de la casa para que solo la ocuparan las muñecas. Cuando la mayor había cumplido diez y ocho años había ciento veintiséis muñecas de todas las edades en su habitación.

El dian en el que la mayor cumplió de las niñas cumplió diez años, la tía se sentó en el sillón enfrente de el cañaveral y no so volivio a levantar nunca más. Se pasaba días enteros observando los las cañas y solo se paraba cuando hiba el medico a revisarla o cúando se levantaba con ganas de hacer una muñeca. Le empezaba a hablar a todos los que estuvieran en la hacienda, hiban y venían de el pueblo como mensajeros a comprar cera, barro, porcelana, encajes, agujas, carretes de hilos de todos los colores, Mientras que los sirvientes se encargaban de las compras la tía llamaba a la niña con la que había soñado la noche anterior y le tomaba medidas, le ponía una mascarilla de yeso por ambos lados como una cara viva dentro de dos caras muertas; luego hacia salir un hilillo rubio interminable por un hoyito en la barbilla. La porcelana de las manos era siempre traslúcida; tenía un pequeño tinte marfileño que contrastaba con la blancura granulada de las caras de biscuit. Para hacer el cuerpo, la tía enviaba al jardín por veinte higueras relucientes. Las cogía con una mano y con un movimiento experto de la cuchilla las hiba rebanando una a una en cráneos relucientes de cuero verde. Luego las inclinaba en hilera contra la pared del balcón, para que el sol y el aire secaran los cerebros algodonosos de guano gris. Al cabo de algunos días raspaba el contenido con una cuchara y lo hija introduciendo con infinita paciencia por la boca de la muñeca. Lo único que la tía no le ponía a la muñeca que no estuviera hecho por ella eran las bolas de los ojos, las cuelas las mandaba a traer desde Europa, la tía los consideraba inserbibles hasta no dejarlos por varios días en el fondo del río para que aprendieran a reconocer hasta el mas leve movimiento de las antenas de las chagaras. Solo entonces los lavaba con agua de amoniaco y los guardaba relucientes como gemas, colocadas sobre camas de algodón, en el fondo de una larga de galletas holandesas. El vestido de las muñecas no cambiaba nunca, a pesar de que las niñas hiban creciendo. Vestía siempre a las más pequeñas de tira bordada y a las mayores de broderi, colocando en la cabeza de cada una el mismo lazo abullonado y trémulo de pecho de paloma.

Las niñas crecían se cazaban y se hiban de la casa. El día de la boda la tía les regalaba a cada una la ultima muñeca dondoles un beso en la frente y diciéndolecon una sonrisa: "Aquí tienes tu pascua de resurrección". A los novios les decía que solo era una decoración sentimental que se ponía antes sobre la cola de el piano.

Ya se habían casado todas las niñas menos la mas joven, cúa do el doctor hizo la visita mensual acompañado de su hijo que acababa de regresar de sus estudios de midicina. El joven levanto el volante de la falda acolchonada y se quedo viendo la pantorrilla perfumada de color verdoso. Sacó su estetoscopio y ausculto cuidadosamente. La tía pensó que el joven auscultaba la respiración de la chagara  para verificar si todavía estaba viva, agarro la mano cuidadosamente la puso sobre la chagara en donde sintio el movimiento de las antenas. El joven dejo caer la falda y miro al padre diciéndole que el habría podido curar desde los inicios a lo que el padre contesto: Es cierto, pero yo solo quería que vinieras a ver a la chagara que había pagado tus estudios durante veinte años.

Desde entonces el al joven quien visitaba a la tía porque era claro que estaba interesado por la joven sobrina y por esto mismo la tía pudo comenzar la muñeca con anticipacion.

El día de la boda la menor se sorprendió al agarrar a la muñeca por la cintura y ver que estaba tibia pero lo olvido inmediatamente. Reconoció en la sonrisa entreabierta y un poco triste la colección completa de sus dientes de leche ademas, la tía había incrustado en los ojos de la muñeca sus dormilonas brillantes. El joven la llevo a vivir a el pueblo, la obligaba a que todos los días se sentara en el balcón para los que pasaran le tuvieran celos de con quien se había casado. La menor comenzó a sospechar que su esposos no solo tenía el perfil de papel si neto también el alma. Confirmo sus sospechas cuando el joven le saco los ojos a la muñeca y los empeño por un lujosa de reloj, desde entonces la muñeca siguió sentada sobre la cola de el pianao pero con la cabeza baja.

Tiempo después el joven noto que la muñeca ya no estaba y le preguntó a la meno que había pasado con ella, a lo que ella le dijo que unas señoras le. habian pedido  las manos y la cara para la próxima cuaresma, le dijo también que las hormigas habían descubierto su la muñeca estaba rellena de miel y que en ese preciso momento deben de estar rollendo la porcelana en una cueva subterránea bajo la casa. Esa misma noche el joven cavo toda la tierra alrrededorde la casa sin encontrar nada.

Pasaron los años y el medico se hizo millonario porque la gente quería ir a ver a la menor si importar los precios altos, la menor seguía sentada en el balcón con los ojos bajos.

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