Reseña del libro “La Globalización, consecuencias humanas” de Zygmunt Bauman, 1998 Partes II y III

RESEÑA DE LECTURA

Título: “La Globalización, consecuencias humanas” Partes II y III

Autor: Zygmunt Bauman, 1998

El proceso de modernización, en su afán de controlar con claridad y accesibilidad el espacio, libró una de las más sombrías lidias para crear una estructura espacial que satisficiera al poder estatal, restringiendo a los usuarios o victimas “los de abajo” para volverlos invulnerables al control ejercido por las burocracias (estatales) modernas “desde arriba”.

El autor nos recorre por las utopías de la “ciudad moderna” de los cuales la Ciudad Radiante de Le Corbusier es la más famosa, para concluir que son postulados de desmaterialización del espacio y el tiempo, que armonizados con la idea de una prosperidad racional, se convierten en mandamientos donde la realidad humana es apenas observada desde las ventanas de las oficinas administrativas, pues “las arterias de la ciudad solo estarán dedicadas al tráfico, transporte de personas y bienes de un lugar funcional a otro”. Los residentes de estos espacios, elegirían vivir una vida sin problemas, sin situaciones ambivalentes, necesidad de elección, amenazas de riesgo ni posibilidad de aventura. Como el ejemplo de Brasilia resultó ser un lugar despojado de todo factor humano.

Los planificadores, por tanto estimularon la desintegración de las redes de resguardo de los lazos humanos, así como “la experiencia psíquicamente destructiva del abandono y la soledad, sumadas a un vacío interior, el miedo a los desafíos y la toma de tomar decisiones autónomas y responsables”. Las megalópolis actuales, están asociadas con el peligro, más que con la seguridad, los miedos típicamente urbanos, concentrados en el miedo interior contra los ciudadanos indeseados; No solidarizarse con el otro, sino evitarlo, mantenerlo a distancia. En este proceso se volvieron atractivas las estrategias panópticas, el vigilado se convierte en un factor importante y complaciente de la vigilancia. El almacenamiento de enormes cantidades de datos de las tarjetas de crédito, produce un “superpanóptico”. De igual manera los medios de comunicación masiva, conducen a la creación de otro mecanismo de poder, el “sinóptico”.

Con la globalización se comprime el espacio-tiempo y el capital se desplaza más rápidamente, en la actualidad la geografía es solo una mera referencia, donde los más poderosos violentan el orden establecido pues “el capital no tiene domicilio establecido, los movimientos financieros en gran medida están fuera del control de los gobiernos nacionales y muchas palancas de la política económica ya no funcionan”. El autor nos explica que la nueva velocidad, lejos de homogenizar a la condición humana, la polariza, porque limita a unos, aprisionándolos en “glocalización”, mientras independiza a otros “pocos” de las distancias y los territorios, el poder alejado de este último.

El Estado se constituyó para imponer orden dotado de la soberanía, en este punto el autor nos explica por qué con la globalización ha cambiado el Estado Nacional y por qué la disolución de la soberanía es causada por el capital financiero que presiona al estado, a tal punto de ocasionar la quiebra de cualquier economía que pretenda prevalecer la autonomía de su territorio y la autosuficiencia militar, económica y cultural. Citando a Jean-Paul Fitoussi “La única tarea económica que se le permite al Estado y se espera que éste cumpla, es mantener un "presupuesto equilibrado" al reprimir y controlar las presiones locales, a favor de una intervención más vigorosa en la administración de los negocios y en la defensa de la población ante las consecuencias más siniestras de la anarquía del mercado”.

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