Sobre La Profesión Docente.
juanrua09933 de Octubre de 2012
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DIGNIFICACIÓN
DE LA PROFESIÓN DOCENTE
El ensayista Alfonso Reyes nos planta en su texto Apolo o de la Literatura una cuestión sobre la emoción poética y la poesía, aclarando que son dos conceptos totalmente distintos pero que el uno no sirve de nada sin el otro, la emoción poética se entiende como ese sentimiento que tiene el poeta y que viene antes de la poesía, entendido este último como el texto literario plasmado en el papel o expuesto de manera oral.
Utilizo este ejemplo para comenzar a hablar sobre la profesión docente y la dignificación de la misma, el título profesional es una cosa y el la manera como tú te desenvuelvas en el campo laboral es otra, la una sin la otra no sirve, ya que puedes tener todo el conocimiento pero no saberlo aplicar, al igual que si eres excelente en tu labor docente, en la aplicación de las técnicas y la didáctica, pero no tiene el conocimiento. Alfonso Páez dice que la profesión se dignifica dependiendo de la dignidad propia o de la persona y se da cuando se alcanza el perfecto equilibrio entre lo que se sabe, lo que se es y lo que se hace.
Para el autor la profesionalización del maestro significa qué “El maestro debe ejercer la profesión educativa sustentada en la formación y responsabilidad intelectual; en la capacidad para enseñar las disciplinas; en la competencia para descubrir verdades de la ciencia y multiplicarlas; en la suficiencia para comprender el sentido y dar explicaciones, para brindar el saber, respondiendo con creces al aval que significa un grado académico y el ejercicio de una función burocrática” y se refiere a la dignificación de la profesión docente a partir del mensaje bíblico “no solo de pan vive el hombre”, explicando este planteamiento desde la acción como “orientar al hombre en su hacer, ser y valer. Darle identidad humana, poder de acción y convertirlo en sujeto de valores, son tres tareas que competen al buen maestro, quien, dignificando al otro, se dignifica a sí mismo”.
La visión de Alfonso Páez en la manera que desarrolla estos conceptos en su texto es realista y no tan novedosa, ya que son planteamientos que han venido saliendo a flote desde que se conoce el modelo pedagógico que surgió en Colombia en la década de los años 70 llamado “Escuela Nueva”, que propone una educación más integral basándose en el aprendizaje autónomo del individuo. Lo que hace es replantear una posición y a modo personal explicar este tema.
Para comenzar a abordar estos conceptos, el autor parte de dos problemáticas fundamentales y actuales, la primera es la que define al maestro como “profesional de segunda, sin capacidad para estudiar carreras más exigentes”. Y en la otra se parte de la idea de que la culpa es del gobierno, de las leyes, de la organización institucional, sin tener en cuenta que todo el esfuerzo debe venir de nosotros mismos y que lo demás son apoyos para ejercer la profesión, pero el hecho de formar formadores, o como dice Alfonso Páez, protagonistas de vidas, es parte de la vocación y del impulso y el amor que tengamos frente a lo que hacemos.
El hecho no es esperar resultados excelentes, cuando lo que se da no es de la misma calidad, tampoco se debe pensar al alumno como un ser sin luz o como un recipiente vacio al que se le deben introducir conocimientos, siempre se debe contar con lo previo, con lo adquirido desde la experiencia, ya que si hacemos conciencia nosotros también nos basamos en lo pasado para desarrollar lo que se hace día a día. Es importante que el maestro tenga esto en cuenta, para no ir a caer en la imagen que tiene la sociedad de él como la persona que da a conocer un saber sin pensar en las necesidades de los estudiantes.
A manera de aporte y con base en la película – documental La Educación Prohibida, se debe pensar más en esta clase de textos en la autonomía del educando,
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