Sun Tzu, El Arte de la Guerra.

Flores Nava Jazmin

4MM9-Mercadotecnia

El arte de la guerra

“La ira puede convertirse en alegría y la cólera puede convertirse en placer, pero un pueblo destruido no puede hacérsele renacer, y la muerte no puede convertirse en vida”-Sun Tzu, El Arte de la Guerra.

La frase deja algo claro las emociones son efímeras y volubles, pueden sufrir cambios abruptos sin un aviso, sin embargo, ante este constante cambio hay algo que pareciera acechar por detrás, como un fondo, y es que la vida avanza, avanza el tiempo y el tiempo no espera a nadie, reflejando así un concepto que, muchas veces, ignoramos de manera inconsciente, el final de las cosas. Todo tendrá un final, es una verdad inevitable y si bien normalmente se ve con un enfoque de ser algo sombrío o con miedo por asociarse con la muerte, creo que se debe apreciar el que las cosas terminen. Como las épocas de tristeza y dolor uno puede encontrar consuelo en saber que pasará, porque la viga sigue, seguirá, y acabará. Saber que algo tendrá un final no debería llenarnos solo de miedo, sino también de felicidad al saber lo preciado y afortunados que somos de disfrutar este periodo de tiempo.

Por eso esta frase me suena tanto, disfrutar la vida es importante pero también lo es ser consiente, una vida sin ser consientes de nuestros actos y de que estos llevarán a consecuencias de las cuales sí, somos los causantes, es una vida superficial que no llena; sería vivir en una ilusión.  

El poder comprender y aceptar que las cosas tienen un tiempo finito nos lleva a apreciarlas, como en el dibujo el contraste es lo que se necesita para poder diferenciar y apreciar un color, es lo mismo con las emociones, la vida. Esto a su vez nos lleva a enfrentarnos a verdades duras de cuales son nuestros límites, de que hay cosas que no podremos cambiar como la muerte, y no debemos frustrarnos con este resultado ya que no es algo que se pueda (y tal vez no deba) ser cambiado. Enfrentar que hay bordes que a veces no seremos capaces de atravesar, nos hace ver hacia nosotros mismos en busca de consuelo de nuestro propio ser volviéndonos así personas más en sintonía con nuestro propio ser, con esto viene la conciencia de nosotros mismos y como nuestros actos son algo que no se puedan cambiar, generando con ellos consecuencias con las cuales deberemos enfrentar en algún punto. Por eso creo que la frase hace hincapié en que se vive el día a día con las emociones tan cambiantes de las cuales somos tan consientes, el enojo, la felicidad, pero también debemos ser consientes de los cambios tanto pequeños, como son estas emociones, como los que serán a largo plazo, nuestras acciones y sus consecuencias, la vida y su inevitable final. No hay que dejar que las emociones tan efímeras nos cieguen en el panorama general, no es fácil pero poco a poco uno va aprendiendo a calmar la emoción del momento y ¿porque no?, aprendemos a darnos tiempo igual de sentir. No solo explotar en el momento.  

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