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Tragedia Clásica Griega Antígona

ximenaespinozatEnsayo4 de Noviembre de 2013

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En general, hablar de Tragedia Clásica Griega es hablar de lo más íntimo de los seres humanos: sus pasiones y conflictos. Pero en Antígona, además de encontrar estos elementos, observamos la HERENCIA TRÁGICA y CONCEPTO DEL HONOR que le viene desde Edipo y Yocasta, sus padres.

El héroe de la tragedia griega se nos presenta como un ser superior en términos de humanidad que se nos ofrece como espejo de la vida humana en sus momentos decisivos. Es más que el tipo ideal de HOMBRE (en el más genérico y amplio sentido de la palabra) que pueda ser imitable, es el HOMBRE mismo llevado a la culminación de su ser HOMBRE, en riesgo de chocar con lo divino.

El concepto de tragedia implica toda una concepción de mundo. En “Antígona”, Sófocles nos muestra cuál era su concepción de mundo desde su entorno histórico (está circunscrito al tiempo en que vivió), geográfico, social y religioso. Y es éste, entre otros, el valor que adquiere la literatura en tanto es reflejo de la manera en cómo se conduce una persona (en este caso, el autor) a través de las distintas circunstancias que lo influyen e interpelan.

Entonces, Antígona, así como sus padres, está envuelta en este destino trágico, que se constituye como un destino superior; un destino de seres humanos más nobles, a los que el común de las personas destaca como referentes de la mímesis; dignos, entonces, de ser imitados. (“Y así no es desgracia para mí tener este destino; y, en cambio, si el cadáver de un hijo de mi madre estuviera insepulto y yo lo aguantara, entonces eso sí me sería doloroso…” Antígona.)

Ellos poseen cualidades superiores; es por esta razón que son capaces de realizar acciones que los demás no pueden; en el caso de Antígona, es capaz de exponerse a una muerte lenta y humillante por reconocer sus lazos familiares e intentar dar una sepultura digna a su hermano Polínice. Ella sabe que va camino de la muerte; que bajará al Hades, al inframundo. Ella es joven y está comprometida con el hijo del mismo Rey que ha decretado su muerte. Ella no tiene hijos. Ella sabe que, dicho en términos más vulgares, “tiene una vida por delante”, pero reconoce dentro de sí misma el imperio del deber que tiene que ser cumplido. Hay un objetivo trascendente a todas las circunstancias de vivir una vida como la de los demás (vida a la que pretende entregarse su hermana Ismenia), pero existe un llamado que la impulsa y no le permite ser indiferente a “hacer lo que tiene que hacer”.

En este sentido, se podría decir que Antígona es SUJETO de su destino y el Rey Creonte es OBJETO de su destino. Antígona ELIGE, Creonte, RECIBE.

Antígona elige de “motu proprio” su suerte al ir a sepultar a su hermano, sabiendo los castigos prometidos por el Rey a quien intentare realizar aquello. Cuando la sepultan viva, ella sabía que eso iba a ocurrir. En cambio, Creonte es vaticinado por Tiresias, frente a su dureza de corazón y su obcecación, de que dos grandes dolores lo golpearán. Luego de esto, su hijo Hemón, que ya lo había abandonado, se suicida; mismo acto que comete su mujer, la Reina Eurídice.

Punto aparte merece el hecho de que Sófocles elige al mismo personaje de Tiresias, que vaticinó a Edipo, padre de Antígona, de su destino; hace lo mismo con el Rey al interceder por Antígona. Tiresias es el elegido para comunicar los dictámenes de los dioses.

Por otro lado, en cuanto al concepto del honor se puede comenzar analizando desde una interpelación que realiza Hemón a su padre a favor de Antígona: “… que la ciudad se lamenta por la suerte de esta joven que muere de mala muerte, como la más innoble de todas las mujeres, por obras que ha cumplido bien gloriosas.”

El honor es la cualidad humana que lleva a una persona a cumplir con los deberes propios

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