UN PAVOL REAL EN EL MUNDO DE LOS PINGUINOS
Betty1976Resumen27 de Agosto de 2015
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UN PAVOL REAL EN EL MUNDO DE LOS PINGUINOS
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Pinguinos: dominaban el mar de las empresas/ tenían el mando
empresas:
la mayoría se parecían/ los gerentes y altos ejecutivos usaban traje característico de los pingüinos.
El resto de las aves (diferentes especies) se vestían con ropas acorde con su trabajo y estilo de vida.
Las aves q aspiraban a ascender: tenían que hacer lo posible por parecerse a los pingüinos, imitar su forma de caminar y usar trajes de pingüinos.
Los Pingüinos siempre decían los primeros días: así hacemos las cosas aquí. El que quiera triunfar tiene que ser como nosotros y punto”.
Las aves por mantenerse en ese mar de empresa se afanaban en poner cara de pingüino y en portarse como pingüinos, aún sabiendo que jamás llegarían a ocupar los puesto de los altos ejecutivos, pues se creía que estas aves eran menos confiables.
Un día las cosas empezaron a cambiar en el Reino de los Pingüinos…Los Pinguinos empezaron a recorrer otros lugares, y conocieron otras aves que no eran precisamente Pinguinos, pero pensaron que estas aves interesantes podrían adaptarse a la forma de vida y costumbres de ellos y que serían de gran ayuda.
así fue como Pedro, el pavo real, llegó al Reino de los Pingüinos.
Pedro era un pavo ingenioso, inteligente, creativo, sabia escribir y utilizaba bien sus presupuestos. Era muy querido y admirado en su tierra.
A Pedro le llamaba la atención el reino de los pingüinos, decía que en esa tierra todas las aves eran bien remuneradas, y pensaba que llegando allá su futuro sería maravilloso.
Es entonces que los Pinguinos y Pedo llegan a un acuerdo: trabajar jutos y lograr grandes cosas.
Pedro se sentía muy contento en el mundo de los Pinguinos, estaba impresionado de ver tanta elegancia, él casi nunca mostraba la belleza de sus plumas, pensaba que una vez logrado sus objetivos sería acogido y entonces ahí iba a impresionar a su antojo tal belleza que llevaba.
En el reino del aprendizada (sitio donde nació Pedro), todo era diferente, allí había variedad de aves: aves sabias (los búhos), poderosas (las águilas), aves de caza (los halcones), aves raras (avestruces), elegantes (cisnes) y extrañas (pájaros bobos). En ese lugar había mucha competencia.
El lema del Reino del Aprendizaje era: Imagina, Intenta, Prueba, ¡Realiza!.
Todas las aves luchaban por demostrar sus capacidades para ganarse un lugar bajo el sol.
La aves para demostrar sus ideas, sugerir cambios etc lo hacían por medio de discusiones, enfrentamientos.
Por otro lado, Pedro aprendió a caminar, a hablar y a moverse como pingüino.
Y a medida que fue pasando el tiempo, empezaron los problemas.
En el reino de los Pinguinos habían diferentes aves que así como Pedro, fueron llevados este reino.
Algunos Pinguinos recomendaban a Pedro vestir un traje de pingüino, o pintarse las plumas de blanco y negro, pues le decían que de esa manera los Pinguinos mayores se sentirían mejor, pero Pedro insistía que él seguiría siendo como es, y que ellos deberían de preocuparse por su esfuerzo más no por su apariencia.
Entre las otras aves que se encontraban en el reino de los pinguinos, estaban:
Eduardo, el águila, era muy inteligente y fuerte, usaba el vestido de pingüino, pero se comportaba como tal.
Helena, la gavilana, era hermosa y estaba llena de energía; inteligente, aguda y agresiva; hábil cazadora y con un instinto de competencia feroz. Trató de adaptarse al estilo de los pingüinos, pero su naturaleza de gavilán siempre salía a flote
Miguel, el pájaro burlón. Era un pájaro excepcionalmente brillante, creativo, imaginativo, impulsivo, a quien le atraían las ideas de vanguardia. Se dio cuenta de que los pingüinos son aves que marcan su territorio, construyen imperios, imponen la ley del más fuerte y se sienten agraviados por el que aspire a ser parte del clan sin haber sido formalmente invitado. A veces ofendía con su tendencia a la creatividad y con su insistencia en que se consideraran otras posibilidades.
Eduardo, Helena y Miguel se ponía su traje de pingüino y se preocupaban por copiar su estilo para ser aceptado. Pero al fin y al cabo, no podía dejar de ser lo que son.
Lo mismo sucedía con Sara, el cisne. Era una soñadora optimista, tenía ideas interesantes, pero como las exponía con mucha suavidad, casi nadie las oía. Era refinada y llena de gracia, por lo cual los pingüinos dudaban de su firmeza y su fortaleza.
Estas aves tenían en común no haber crecido en el reino de los pinguinos. Habían sido traídas y contratadas en otras partes, tentados con sus promesas de éxito: “Estamos interesados en su forma diferente de pensar y en sus ideas innovadoras. Admiramos su trayectoria y queremos que realicen grandes cosas para nosotros”.
Luego de una larga conversa, llegaron a la conclusión de hacer una estrategia para cambiar la cultura en el reino de los pinguinos.
Estrategias:
Eduardo, el águila, puso en práctica una “Estrategia de Apoyo”: Sorprende a tu jefe cuando esté
haciendo algo bien hecho... (o más o menos bien hecho). Cuando el jefe llegaba a aceptar alguna idea
nueva, Eduardo se la machacaba diciéndole: “Aprecio mucho su buena voluntad para ensayar algo
diferente. Su apoyo me recompensa y hace que mi trabajo sea más interesante”.
Helena, la gavilana, tenía sus propios métodos para lograr el cambio. Ella aplicó la “Estrategia de la
ilusión”: Actúa a partir de supuestos que quisieras que fueran verdaderos (con precaución, por
supuesto). Helena empezó a enviarle regularmente a sus jefes recortes de prensa y artículos de revistas
con una nota que decía: “Debido a su constante interés por aprender nuevas técnicas de marketing,
pensé que le interesaría este artículo sobre Distribuidora S.A., publicado en la última entrega de la
revista Negocios de Éxito”.
Miguel, el pájaro burlón, decidió intentar una estrategia bien atrevida; una “Estrategia de ignorancia
calculada”: Viola la política pingüina, y si te pescan, sírvete de la “Respuesta pródiga en enigmas”.
Cuando se le pedía a Miguel que tomara alguna decisión especial, ponía cara enigmática y describía el
atajo por donde se podía llegar a aquello que todos habían considerado tan importante.
Sara, el cisne, mucho más suave en su trato, probó la “Estrategia del aprendizaje seguro”: Expón las
nuevas ideas ante los pingüinos mayores en situaciones en que no les incomode tener que darles
respuesta. Sara, entonces, mencionaba casualmente sus ideas y sugerencias en medio de
conversaciones desprevenidas e informales. Así, ella “plantaba” sus ideas, las nutría lentamente y
esperaba que progresaran.
Algunas de las otras aves – que estaban empeñadas en cambiar – se esforzaban muchísimo por volverse pingüinos, pero, al final, terminaban fracasando, pues no podían dejar de ser ellas mismas
Así como Pedro, otras aves pensaban diferente y nunca intentaron ser como los pinguinos a pesar de las continuas sugerencias que recibían, y se mantenían firmes a la posición de que debían ser valorados por los resultados.
Las estrategias que habían decidido utilizar para cambiar a los pinguinos no daban resultados, los pinguinos devolvían: “Esta es la forma en que siempre se han hecho las cosas por aquí”.
Se dieron cuenta de que la cultura y estructura que existía en el reino de los pinguinos era sumamente fuertes, sus esfuerzos eran en vano, se sentían frustradas.
Sabían que no podían ser ellas mismas y que lo mejor era salir de ahí, tenían tristeza por no haber sido aceptadas por lo que eran.
Aquí habían 2 modos diferentes de pensar:
1.- Por parte de las aves, que eran distintas a los pinguinos, y se preguntaban ¿Qué precio había que pagar para poder triunfar?
2.- Los Pinguinos que llevaban años de prosperidad siguiendo sus tradiciones y su manera de hacer negocios, se preguntaban cuánta diversidad podrían tolerar en su país para poder mantener su propio nivel de comodidad? ¿Todas estas diferencias no harían peligrar su .armoniosa cultura corporativa?.
Así como las Aves que salieron, los pinguinos se sentían decepcionados con los trabajadores que salieron.
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