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Visión crítica de la obra Facundo

JuanEspinolaTrabajo25 de Julio de 2023

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Visión crítica de la obra Facundo

[pic 1]

 Juan Espínola

Seminario Literario

Instituto Sagrado Corazón

 Buenos Aires, diciembre de 2018

Índice

Introducción…………………………………………………………………………...……………………………..2

El contexto y la interpretación……………………………………………………………………………..…….

Civilización y Barbarie…………………………….……………………………….................……………....3

El campo de batalla de la barbarie………………………………………………..…..…...…………..…....4

Los caudillos más malos……………………………………...………….………………………..…………....5

El Facundo, múltiples formatos……………………………………...…………..…..............................7

Los medios y su poder dentro de la obra……………………...…………..…..................................8

Nuestro país como un desierto……………………………...………….…………………………….………..9

Otro crimen fundamental……………………………………...………….………………………..………….10

Facundo Quiroga…………………………………………………………………………...……………………….11

Historia primera…………………………………………………………………………...………………………12

Historia segunda…………………………………………………………………………...…………………………

Historia tercera………………………………………………………………….…………...………………………13

Bibliografía………………………………………………………………….…………...……………………….…15

Introducción

Con las grandes obras literarias, el tiempo solo escoge a aquellas dignas de ser analizadas y tratadas de no llegar a ese olvido tan temido por los literatos de nuestra historia. “Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas”, escrita por Domingo Faustino Sarmiento, en nuestros días son utilizadas para analizar dos conceptos fundamentales: el de civilización - barbarie y el de campo/campaña – ciudad.

Esta obra de Sarmiento es un clásico de la literatura de Latinoamérica. La mejor forma de acercarse intelectualmente a los clásicos de la literatura, es leerlos, dialogando con el texto el facundo es un verdadero desafío pero es muy recomendable.

Podemos entender el porqué quiso escribir Sarmiento esta obra, podemos afirmar que quiso narrar la historia de Facundo Quiroga y tomarlo como ejemplo de la barbarie, el cual impedía el avance del progreso y de organización del país. Pero en el trasfondo la intención es atacar el verdadero mal, el frío y calculador Juan Manuel de Rosas. En este contexto podemos procurar indagar sobre las características del caudillismo y sus condiciones en que se desarrolla las bases del un proyecto de país.  

El presente trabajo tiene por objeto hacer un comentario crítico a la obra Facundo de Domingo Faustino Sarmiento. Para cumplir con este propósito dividiré este escrito en dos partes: primero elaboraré una descripción literaria de la obra en cuestión teniendo en cuenta las tesis generales del autor y la distribución temática por él planteadas: segundo, realizaré un comentario crítico a partir de algunas lecturas sobre el tema, analizando la obra con libertad y sin fundamentalismos ni miradas acusadoras.

El objetivo de este trabajo es analizar el tratamiento de la dicotomía “Civilización y Barbarie” en sus diversos conceptos, claves para la comprensión parcial y total de la estructura de su obra ya que, es una pieza literaria inimitable. Abordar la lectura de esta obra enojándose y amigándose de nuevo con el autor quizá un centenar de veces es vital para vibrar y sentir la intensidad de este trabajo literario.

El contexto y la interpretación

En torno a 1845, Sarmiento un hombre con muchos ideales y ganas de construir una nueva sociedad, necesita una piedra fundacional. Escribe el Facundo como una herramienta clave para un doble proceso de esa construcción que anhela: El de su propia figura y el de la nación que la contendrá. En principio Sarmiento es un romántico. En el caso del Facundo, ese gran hombre que era Facundo Quiroga se centra Sarmiento para señalar las encrucijadas de su tiempo histórico y el símbolo de la Barbarie que se propone demostrar:

Toda la vida pública de Quiroga me parece resumida en estos datos. Veo en ellos el hombre grande, el hombre de genio a su pesar, sin saberlo él, el césar, el Tamerlam, el Mahoma. Ha nacido así y no es culpa suya...[1]

        El mismo concepto, expuesto de manera negativa en la figura del caudillo Quiroga, y notablemente, por supuesto, al de Juan Manuel de Rosas, tendrá su reverso en la figura del hombre capaz de conducir al país en el sendero del progreso, en las páginas finales de la obra de Sarmiento la esperanza cae en el General Paz, pero la figura antagónica de la barbarie será nada menos que Sarmiento.

        El Facundo comienza a publicarse el 2 de mayo de 1845 a través del diario El Progreso. Indudablemente, Esta obra es el gran libro de Sarmiento, que terminó canonizado y elegido por los manuales escolares. Permaneció intocado salvo en importantes amputaciones que se producen en la segunda (1851) y tercera edición (1868). Este aspecto es menos anecdótico y erudito de lo que parece: falta en ambas ediciones lo mismo, la introducción y los dos últimos capítulos.

Civilización y Barbarie

Es inevitable no centrar la atención a los conceptos de la obra de Sarmiento ya que lo estructural de su obra es justamente la “civilización y barbarie”. Pero, ¿Qué es la Barbarie para Sarmiento? Yo creo que en esta obra describe no a un sistema político, ni a una persona ni una nación sino que entiende y expone en su obra que el germen del atraso político y económico del país reside en el atraso sociocultural del mismo. Es por esto que despliega una amplia descripción de la barbarie.

        Si un destello de literatura nacional puede brillar momentáneamente en las nuevas sociedades americanas, es el que resultara de la descripción de las grandiosas escenas naturales y sobre todo, de la lucha entre la civilización europea y la barbarie indígena, entre la inteligencia y la materia...[2]

        En su libro se propone, justamente, que la literatura nazca y se desarrolle en la descripción de lo bárbaro. Sobre estas elecciones el crítico Noé Jitrik sostiene;

El concepto se impone a su espíritu como una verdadera solución, como la clave que le permite ordenar tanto las imágenes del caudillismo que lo asedian como las esperanzas difusas que lo animan… “Civilización y Barbarie” ordenan todo, prepara la aparición de un sistema y lo principal, permite que la obra tome forma. La relación entre ambos términos es de oposición y engendra una escritura altamente dinámica pues en la necesidad de justificar cada término tiene que ser explicado.[3]

        Para interpretar, Europa será la civilización y América la barbarie. Pero hay que mencionar que Inglaterra y Francia son Centrales o la civilización y España es la periferia o en este caso, la barbarie. Sarmiento nos hace pensar que la barbarie sería como una enfermedad apoderándose de las personas y las naciones. Nos hace escarbar en su obra, las imágenes y la representación de lo bárbaro en las costumbres y los modos.

        Sarmiento hace una reflexión sobre la apariencia de lo bárbaro. La realidad económica, los grupos sociales de pertenencia y un logo estampado sobre determinada prenda puede ser objeto de deseo u ostentación, según pueda o no hacerse a él.

El Sanjuanino, ve en la forma de vestimenta la representación de la idiosincrasia de los pueblos de distintas épocas y ajusta el análisis a la dicotomía omnipresente.

        Toda civilización se expresa en trajes, y cada traje indica un sistemas de ideas entero  [...] ¿Por qué varia esta todos los días? Por la libertad del pensamiento europeo; fija el pensamiento, esclavizado y tendréis vestidos invariable; así en Asia, donde el hombre vive bajo gobiernos como el de Rosas, lleva desde los tiempos de Abraham vestido talar.[4]

        Después de un análisis exhaustivo, sarmiento dedica varios párrafos para describir la vestimenta de la civilización y la barbarie, vestimentas vinculadas por supuesto, al hombre de la ciudad y al hombre del campo:

        El hombre de la ciudad viste el traje europeo [...] saliendo del recinto de la ciudad todo cambia de aspecto: el hombre de campo lleva otro traje, que llamaré americano por ser común a todos los pueblos [...] Aun hay más: el hombre de la campaña, lejos de aspirar a asemejarse al de la ciudad, rechaza con desdén su lujo y sus modales corteses, y el vestido del ciudadano, el francés, la silla, la capa, ningún signo europeo puede presentarse impunemente en la campaña.[5]

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