HISTORIA DEL CINE ARGENTINO: 1895-1955
Maxi PonceInforme2 de Mayo de 2018
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Historia de las técnicas y los medios de comunicación
Estudiantes: Espínola, Rocío; Mattia, Sebastián; Navarro, Ariel; Ponce, Maximiliano.
HISTORIA DEL CINE ARGENTINO: 1895-1955
Este trabajo tendrá como objeto de estudio el cine argentino, desde 1896 hasta 1955. Para su mayor comprensión, tomaremos dos etapas centrales: por un lado, el inicio y fin del cine “mudo” (1896-1932); y por otro, el nacimiento del cine sonoro hasta la primera gran crisis del mismo (1933-1955). A su vez, estos períodos serán subdivididos en tres. El primer subperíodo abarcará tres etapas. La primera comprendida entre 1896 y 1914, en donde se desarrollan las primeras experiencias cinematográficas; la segunda delimitada entre 1915 y 1920, a partir del primer éxito Nobleza Gaucha junto al auge del cine “mudo” debido a la depresión provocada por la Primera Guerra Mundial; y por último, la etapa que abarca los años 1921-1932, por la crisis del cine “mudo”. En relación al segundo subperíodo, consideramos otras tres etapas. La primera de ellas está situada entre los años 1933-1941, a partir del esplendor del cine sonoro; la segunda incluye el lapso entre 1942 y 1945, producto de las crisis debido a la escasez de celuloide; y por último, la etapa que comprende los años 1946-1955, durante los gobiernos peronistas.
En relación a estos períodos, los ejes para su abordaje serán: estilos y géneros, cultura y políticas del Estado.
Inicios del cine en Argentina: 1896-1914 y 1915-1920
Existen controversias respecto de la fecha exacta de la primera exhibición cinematográfica en Argentina, algunas fuentes consultadas proponen como fecha el 18 mientras que otras proponen al 28 de julio de 1896, un año después de que los hermanos Lumière exhibieron su primera película en Francia. Aún así todas las fuentes consultadas coinciden en que la primer exhibición tuvo lugar en el Teatro Odeón de Buenos Aires. Por su parte, César Maranghello, menciona que la primer exhibición fue bajo el título de Cinematographe Lumiere. Algunas de sus películas fueron proyectadas en el teatro Odeón de Buenos Aires (Karush, 2012, p. 103). Eugenio Py (francés) técnico de la casa Lepage, es el iniciador de filmaciones sistemáticas. Cámara Gaumont realiza La bandera argentina (1897). Casa Lepage, primer laboratorio cinematográfico. En 1900 se inaugura la primera sala cinematográfica, en el Salón Nacional (Maipú 471-79) con capacidad para 250 espectadores (Mahieu, p. 6).
En el año 1909 se estrenó la primer película argumental, bajo el nombre de La Revolución de Mayo, dirigida por Mario Gallo (Di Núbila, 1998: 12). las demás fuentes consultadas mencionan que El fusilamiento de Dorrego, Otra obra de Mario Gallo fue la primera película argumental; sin embargo, Di Núbila (1998) esclarece:
Sobre la base de lejanas referencias orales atribuidas al propio Mario Gallo se creyó que El fusilamiento de Dorrego había sido la primera película argumento, pero la investigadora Diana Klug, del Museo Municipal de Cine, descubrió que fue la Revolución de Mayo. (p.12)
En 1912, se funda la Sociedad general cinematográfica por Julián de Ajuria, mientras que años más tarde se estrena Nobleza Gaucha (1915), hito esencial en la primera etapa de la historia del cine argentino. En palabras de Di Núbila el cine argentino “dió su primer gran campanazo”, siendo el más sobresaliente de toda la “era silente” (1998: 17) fue el primer gran éxito nacional, concuerda Maranghello.
En esta película se presentaba la oposición entre el campo y la ciudad, la situación del gaucho dentro de una sociedad con vestigios feudales, así como la nobleza y la valentía del hombre pampeano. Escrita por Humberto Cairo junto a Eduardo Martínez de la Pera y Ernesto Gunche (fotógrafos), se caracteriza por ser una pieza moderna para su época (a partir de encuadres, travellings filmados desde un tren y tranvía junto a panorámicas y concatenación de las tomas junto a planos de conjunto y el acercamiento de la cámara a los personajes para mostrar su reacción) la interpretación también sorprendió. Tal fue el éxito de este film que llegó a exhibirse hasta en salas de España, Brasil junto a las de otros países latinoamericanos. El gran suceso que obtuvo Nobleza Gaucha estimuló la actividad cinematográfica, con la aparición de nuevos productores, directores y películas. Todos estos factores animaron el panorama y se incrementó el número de películas, entre los años 1915- 1921 en el que hubo cerca de 100 estrenos argentinos, entre los que se destacan Hasta después de muerta (1916), Resaca (1916), El último malón (1917), entre otros.
Una de las figuras destacadas de este período fue Max Glucksmann, considerado “uno de los empresarios que más impulsaron la actividad cinematográfica” (Di Núbila, 1998, p. 22) que fue partícipe junto a Lepage y Eugenio Py de los primeros pasos del naciente cine argentino. Otra figura importante fue la de José Agustín Ferreyra. Pintor y escenógrafo argentino, que incursionó por primera vez en el cine filmando a modo de ensayo Una noche de garufa. Con El tango de la muerte (1917) logró demostrar una serie de factores como: inspiración popular, visión costumbrista, amor a lo humilde, intuiciones poéticas y plásticas que, combinadas en sus películas con historietas melodramáticas y altibajos de ejecución, le permitieron mostrar un perfil muy personal y relevante entre los creadores de películas nacionales.
Además, en 1917 se estrena el primer dibujo animado de largometraje, a nivel mundial bajo el título de El Apóstol, producida y dirigida por Quirino Cristiani, este filme fue una sátira sobre la figura del Presidente de la Nación Argentina, Hipólito Yrigoyen. Se utilizó para la realización de este filme la técnica de figuras antropomórficas articuladas cuadro por cuadro. Confeccionadas sobre un fondo negro, se confeccionaron 58 mil dibujos. Lamentablemente este film junto con otros se perdió en un incendio de la cineteca de valle en la década del 20, solo se tienen algunas imágenes como pruebas de su existencia.
Sin embargo, el cine mudo argentino entra en crisis a principios de los años 20. Entre los factores que dieron lugar a ello se encuentran: La recuperación de las industrias cinematográficas europeas tras el fin de la Primera guerra Mundial , aunque lo más relevante fue el dominio internacional de los estudios norteamericanos en Hollywood, con el apoyo (y estrategias) desde ese gobierno. Por otra parte, el cine argentino también sufrió limitaciones de movimiento, en donde no se contaba con el “Know-How” (Saber cómo) y suficiente capital monetario para la producción. Esto se veía reflejado principalmente en la escenografía pobre (telones pintados de escasa dimensión y que cuando se filmaba en días ventosos la pantalla de bamboleaba detrás) y en la aparición de diferentes productoras que no duraron ni prosperaron por mucho tiempo. Durante este período los esfuerzos fueron aislados, no se estableció un conjunto de elencos rígidos, sin medios propios y sin un trabajo constante.
Tiempos de cambios en el cine: 1921-1932
Entre 1921 y 1927, las producciones nacionales junto al material extranjero eran distribuidas a través de empresas nacionales, mientras que en el caso de las producciones extranjeras las empresas locales las compraban en sus países de origen. En 1915, Fox Film instaló su primer filial en argentina, que paulatinamente fue reemplazando a las distribuidoras locales hasta que se apropió del mercado. En el 1927 surge el cine sonoro en Estados Unidos con el estreno de The Jazz Singer.
Durante los años 1928 y 1932, Mahieu señala que la argentina fue el país más importante para el mercado de la producción estadounidense. Desde 1931 hasta 1938 ocupó el primer lugar entre los compradores de filmes de EE.UU. También el autor menciona la coexistencia de dos sistemas sonoros: el Vitaphone, de sincronización por discos y el Movietone, con la banda sonora incorporada en el costado derecho del celuloide.
El 12 de junio de 1929 el público porteño presenció la Divina dama, de Frank Lloyd, el sistema de sonido utilizado fue el vitaphone, representó un suceso artístico y financiero que consagró el cine sonoro en buenos aires. Sin embargo, el cine sonoro presenta varios inconvenientes, como por ejemplo el del idioma: “el cine hablaba, pero en inglés, alemán, francés…. Y no se lo entendía.” Para esto, los norteamericanos probaron distintas soluciones, aunque este doblaje fracasaría por la mala sincronización, con el tiempo se optaría por el subtitulado como mejor opción.
La era dorada: 1933 - 1945
Durante el inicio de la década de los 30, se produce un giro de 180 grados en la industria cinematográfica. El cine argentino implementa la técnica de lo sonoro en la producción de películas. En otras palabras, se produjo la resurrección de la industria cinematográfica Argentina (Karush, 2012: 106).
En 1932 surgió una sociedad anónima llamada Lumiton que se ubicó en Munro. Fue fundada por cuatro expertos en electricidad y comunicaciones, por los médicos César J. Guerrico, Enrique Susini, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica. Mientras que a finales de 1932 surge Argentina Sono Film. Es en este sentido que se produce el comienzo de una organización industrial de la mano de estas dos productoras que aparecen al inicio de este período.
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