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Amanace Marco Barrientos


Enviado por   •  4 de Febrero de 2015  •  2.621 Palabras (11 Páginas)  •  343 Visitas

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“Un nuevo tiempo comienza"

Salmos 126:1

Lo que mantiene vivo a un hombre en medio de las circunstancias difíciles es tener la capacidad de soñar.

Dios quiere llevarte por un proceso de liberación, para que salgas de la cautividad emocional, mental, y espiritual, para que seas libre para soñar.

La crisis económica puede hacer que la gente se acostumbré a vivir bajo unas circunstancias que son temporeras. Y lo peor que puede pasar en medio de una crisis es que pienses que siempre va a ser así, y que hagas planes en tu vida, basados en algo que mañana podría cambiar.

Mucha gente ha dejado de soñar; han dejado de proyectarse basado en la manera en la que Dios los ve, para proyectarse basado en sus circunstancias actuales.

En Salmos 126, el salmista dice que, cuando Jehová haga volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan. Y menciona las características de esos que sueñan.

Los que sueñan tienen su boca llena de alegría; en su boca hay constante alabanza. Cuando una persona no es capaz de reír, y en su lengua no hay alabanza, y lo que hace es hablar negativo todo el tiempo, esa persona te deja saber que no está soñando.

Los soñadores viven en gozo, viven más allá de las circunstancias presentes.

Un sueño no es otra cosa que la oportunidad que Dios le da al hombre de subir a un nivel más grande, y mirar desde el mundo espiritual la proyección divina hacia las circunstancias presentes.

En Apocalipsis, antes de darle la revelación a Juan, Dios le dice: Sube aquí arriba. Así que, para recibir la revelación, tienes que verla desde el mismo lugar que Juan la vio: desde arriba. Juan vio la tierra desde el cielo, no el cielo desde la tierra.

En la biblia encontramos hombres como Noé, que fue un visionario, construyendo un arca, cuando nunca había llovido.

Jacob, en medio de sus peores problemas, en vez de tener una pesadilla, tuvo un sueño. No tenía dinero, no tenía nada, acababa de engañar a su padre, estaba solo en el desierto, y cuando se acuesta a dormir, en vez de tener una pesadilla, lo que tiene es un sueño. Y no cualquier sueño, sino uno en el que Dios le dice que lo va a bendecir.

David soñaba con ser grande, con tener éxito, con la victoria; por eso cuando vio a Goliat no tuvo temor, porque él sabía cuál era su final, sabía para dónde iba.

José, en medio de su crisis, su sueño fue lo que lo mantuvo vivo.

Lo que mantiene vivo a un hombre en medio de las circunstancias difíciles es tener la capacidad de soñar.

Lo que te mantiene con vida es una visión, es saber que tu presente no es tu final, que no es lo último, sino que es temporal, y sobre todas las cosas, saber que tu futuro está en las manos de Dios y en las decisiones que tú tomes en el día de hoy.

No hay problema, ni dificultad, ni situación que pueda detener lo que hay dentro de ti.

Quizás en algún momento de tu vida has sentido que no sabes para dónde vas. Pero debes saber que Dios está buscando un remanente de personas que sean como los que dice el Salmos 126, que sean como los que sueñan, que su boca esté llena de risa, su lengua de alabanza, personas que entiendan que su vida no ha terminado, sino que Dios te quiere elevar por encima de todo lo que estás viviendo.

El comienzo de un nuevo año es algo importante. Dios creo los tiempos, las horas, los días, las semanas, los meses y los años. Pero el año es un ciclo especial porque Dios en su sabiduría hizo que el sol gire una vuelta completa alrededor de la tierra luego de 365 días, es decir, un año. El sol comienza su vuelta de nuevo solo luego de un año, y las 4 estaciones (verano, invierno, otoño y primavera) se cumplen solo en un año, el ciclo educativo, las vacaciones en el trabajo y otras cosas se vuelven a repetir solo una vez al año.

“Jehová con sabiduría fundó la tierra; Afirmó los cielos con inteligencia”. Proverbios 3:19

Y otro año pasó desde que Jesús vino a la tierra y un año menos queda para su venida. Y para Nosotros en nuestra vida espiritual también es estratégico el comienzo de un nuevo año, porque podemos reorganizarnos, planear y remediar todo lo que paso en este ciclo que termina, para comenzar correctamente uno nuevo. Es un tiempo estratégico para planificar.

Sabemos también que estamos en guerra espiritual, ya que el enemigo de nuestras almas, Satanás también se nos opone. Pero en este nuevo año comencemos como dice

Proverbios 24:6

“Porque con ingenio harás la guerra, Y en la multitud de consejeros está la victoria”.

Qué bueno que es llegar a fin de año y sentir que todo lo que sucedió fue para bien, sentirse satisfecho con el año que hemos transitado es algo no menos que grandioso.

Saber que hemos aprovechado bien el tiempo, que hemos trabajado, que hemos crecido en nuestra fe, que obedecimos a Dios en todo cuanto pudimos aunque seguramente con alguna caída y desanimo, pero nos volvimos levantar.

La sensación de victoria debería estar en nosotros en el fin de un año. Miramos atrás y decimos: “Tarea cumplida. Hice todo lo que pude con la fe puesta en el Señor Jesús. Crecí, maduré, testifiqué, avancé, ayudé, trabajé, prosperé”.

Pero puede que tu caso no sea este, quizás tu año que termina no fue tan bueno, puede parecer que no aprovechaste tanto el tiempo, que fueron demasiados los tropiezos y los desaciertos, que en cuanto a tu madurez espiritual te sientes igual o peor. Tal vez intentaste llegar al fin de año en victoria pero no pudiste.

Algunos intentan ingenuamente las últimas semanas del año remediar o alcanzar metas desesperadamente y oran para que “antes de fin de año… se cumpla” lo cierto es que esto rara vez sucede.

Sea cual fuere tu balance del año que paso, este nuevo tiempo que comienza debe ser literalmente NUEVO, la pregunta que te tienes que hacer es esta:

¿Será este un nuevo año para mí?

No permitas que tu año sea solo la continuación de malas y viejas historias, de malos y viejos hábitos. Si bien el calendario inevitablemente cambiará, nuestro calendario interno también debe cambiar y debe ser un nuevo tiempo.

Un nuevo comienzo, porque aunque haya sido bueno lo que vivimos igualmente las cosas se tienen que renovar, tenemos que ir por más, las cosas que Dios tiene para nosotros son nuevas y sorprendentes, usemos este slogan:

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