Análisis sobre la película ‘Old Boy’ desde la posición de Los Anormales de Michel Foucault

UCE
FACSO
Análisis del Discurso
Nombre: Antonio Alexander Molina Jaramillo                                                                                 Paralelo: 6°”B”  
Fecha: miércoles, 03 de diciembre de 2014
Tema: Análisis sobre la película ‘Old Boy’ desde la posición de Los Anormales de Michel Foucault

La película Old Boy, es un componente de variantes que conjugan en un solo personaje, y que este, a su vez, absorbe las diferentes perspectivas que consagra en la praxis de la sociedad que lo rodea. Es decir, contextos generacionales que abordan los códigos existentes en nuestras sociedades bajo un poder pre-establecido. La narrativa del contenido refleja mundos posibles que asemejan realidades como el delito, la pena, el principio de exclusión y, sobretodo la verdad y la funcionalidad del poder como tal.

La película inicia cuando un hombre sostiene a otro que está a punto de caer al vacío, él le dice al otro que se llama Oh Daesu y, comienza la historia. Oh Daesu en una escena está detenido por mal comportamiento, de repente, a posterior de su detención es liberado gracias a la fianza que da su amigo de años. Desaparece en medio de su libertad plena, se da cuenta que está secuestrado y, al despertar se encuentra en una habitación de proporciones limitadas, donde solo cuenta con una cama, un televisor y un baño. Daesu observa un día la televisión y se entera lo acontecido en contra suya, pues, es sospechoso de haber asesinado a su mujer.

Foucault en su cátedra aborda el tema de la verdad con tres propiedades del discurso, la primera, la capacidad discursiva sobre el poder de vida y de muerte. Es decir ¿qué sucede cuando el fallo de la justicia desencadena la vida o la muerte, la libertad o el castigo dependiendo la decisión de otro, bajo la tutela del poder? La segunda, se habla sobre la verdad absoluta, científica, incuestionable de la realidad con la ciencia y sus instituciones. La tercera, discursos que aunque suenen absurdos, son discursos cotidianos de verdad, aquí en este principio se administra la prueba de la verdad bajo la crítica.

Daesu desconcertado en la situación que se encuentra, comienza a enloquecer cada día más en su forzado encierro y, comienza a sufrir de esquizofrenia debido a la soledad que lo limita de su propio yo. Pasa los años y el individuo no encuentra respuesta alguna sobre su encierro que le provoca rabia y destrozo en su vida, generando otra personalidad u otro yo adherente de si mismo, es decir, una bestia monstruosa que jura vengarse en busca de múltiples respuestas a la situación donde su forma de existir fue modificada imaginariamente por quien lo tiene bajo el poder y el dominio hacia su persona y su existencia con la sociedad.

En los anormales el castigo es proporcional con las pruebas del delito encontradas, es decir, la íntima convicción, este principio ya no se castiga de acuerdo a las proporciones de pruebas halladas, sino, mas bien, bajo la ley de todo o nada. En la película, quien manipula al personaje principal, actúa bajo la culpabilidad de su víctima, con el propósito de comprobar algún tipo de delito  sobre el sujeto de su íntima convicción. Es un mundo paralelo, donde la construcción del monstruo es deliberante ante una venganza que se avecina. Daesu, en el momento propicio ya no se levanta en el mismo lugar después de quince años, esta vez, lo hace en la terraza de un edificio, justo al frente donde fue secuestrado. En esta escena, él se encuentra frente a frente con la persona que quiere suicidarse. Y justo en ese momento es, donde el contenido de la película inicia, cuando el fade back da inicio a la narrativa de la película y se forma otros sentidos bajo la construcción de un cierto poder manipulador hacia un posible monstruo.

Ahora bien, el objeto psicológico que describe la personalidad o la conducta de Daesu se deriva mediante los orígenes o motivaciones a un posible delito en su pasado, y el, desde su instancia, desde su posición, busca lo que realmente sucedió. Por tal, esto crea un paralelismo psicológico en su psiquis con lo real y lo no real del mundo posible, es decir, se observa una fragmentación del delito entre el criminal que se ha construido y el ser humano que fue construido. Aquí juego un factor importante en las praxis de la sociedad, ya que este tipo de comportamiento solo es percibido y apreciado como tal desde la psiquiatría. Es decir, una locura indexada que trata de sacar toda esa bestia oculta en el ser humano.

La venganza, es un recurso que permite ver las consecuencia que encadena en el ser ya convertido en el monstruo, cuyo discurso que lo influye compromete a consecuencias dramáticas y hace un elipsis de tiempo que compromete a lo justificativo del personaje a través de la conducta de su propio yo. No obstante el espectador, logra decodificar, quien realmente es el monstruo y quien es el que está bajo la locura. Foucault en su cátedra de los anormales argumenta a la institución tanto judicial y médica que juegan papeles de normalizar los acontecimientos que se adhieren con el poder, y que, se rigen con la sociedad ligadas gracias al poder de quien lo maneja.

Por otra parte, en la película se abre dos categorías, por un lado, la locura y, por el otro, el deseo sexual. Como hemos mencionado la locura se construye bajo la manipulación que el poder aprovecha desde la psiquis del individuo. Sin embargo, el deseo sexual, es una fase del placer y de la imaginación, donde la intervención del poder a través de instrumentos de control y disciplina hace que el individuo no pueda interpretar con total aceptación sus imaginaciones y placeres. Foucault se remite a fondo con la familia como estamento de corrección con los integrantes. Integrantes que, si bien es cierto, tienen sus reglas y normativas dentro del núcleo familiar; es probable que la parte íntima sea, mas bien, algo limitante para el individuo, es decir, descubrirse en sí, no logra poner en orden lo que realmente desea descubrir. Es aquí, desde este punto, donde el individuo como tal no puede interpretar con total aceptación sus imaginaciones y placeres.

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