CRÍTICA PELICULA LAS NIÑAS

LAS NIÑAS

Las niñas es el reflejo de la juventud de 1992. Como se conocían a sí mismas a través de la educación religiosa que recibían en aquella España del siglo pasado. Se aprecia la modernidad de las Olimpiadas y la Expo´92 a la vez que que la vida sigue por su camino tradicional en un colegio de monjas de Zaragoza.

La film ha ganado el Goya a la mejor película del año 2021 compitiendo con La boda de Rosa, Sentimental, Adú y Ane.

La opera prima de la directora aragonesa, Pilar Palomero, ambientado en un grupo de niñas en los años 90. La protagonista, Celia, una niña de 11 años estudia en un colegio religioso y vive con su madre soltera. Una nueva compañera, Brisa, es la nueva alumna del colegio y proviene de Barcelona. Ésta ayuda a Celia a explorar la adolescencia. Celia descubre que la vida es mucho más de lo que ve.

Las Niñas gira en torno a Celia (Andrea Fandos es la actriz que la encarna) y su grupo de amigas. Celia es hija de una madre soltera, Adela (Natalia de Molina), recriminada por la sociedad y por su familia por ser madre joven y quedarse embarazada fuera del matrimonio.

Cristina (Julia Sierra) y Brisa (Zoe Arnao) las mejores amigas de Celia, le ayudan a destapar algunas mentiras sobre su orfandad. Brisa y Celia son juzgadas por Clara (Ainara Nieto), hermana de Cristina, por la ausencia de figuras maternas y paternas en sus familias.

Los personajes de esta película representan las diferentes generaciones que existían en 1992, de este modo, se aprecia la diferencia de pensamientos que hay entre una monja, Madre Consuelo (Francesca Piñón) y las niñas.

El largometraje de una hora y cuarenta minutos esta rodada en la ciudad natal de la directora, en Zaragoza. Lugar que no cobra mucha importancia ya que solo en una escena aparece la basílica del Pilar. A destacar, la utilización del 4:3 que te remonta a las películas antiguas y a las televisiones de “culo”. Este recurso estilístico ayuda a delimitar esa realidad que se narra en la película. La música que te transporta de forma directa a los años 90. Destacan los primeros planos y una luz tenue con la que transcurren las escenas.De esta manera, nos adentramos mas en la expresividad y los sentimientos de los personajes. La luz oscura expresa la pobreza y los prejuicios sociales causados por los métodos de enseñanza caducos. El ritmo de las escenas es muy pausado y con muchos silencios que hacen reflexionar.

La cinta muestra el universo de la pubertad de la España de los 90: las vivencias de unas niñas en esa época, la censura y los prejuicios que existían. Desde el principio, podemos apreciar un guion donde las jóvenes expresan sus dudas, deseos y anhelos que envuelven al conjunto de mujeres de esa generación. Toda la historia está marcada por el qué dirán, la falta de libertad de expresión y el adoctrinamiento religioso. Sobre todo, cuando las monjas y el médico controlan los cuerpos : “¿Cómo se te ocurre venir así? Dile a la mamá que te compre un sujetador”, dijo una monja a Celia ante el escándalo de mostrar sus pechos preadolescentes. También, juzgan la forma de moverse, cuando la profesora de educación física gritó a una niña: “¡Desiré no seas marimacho!”. Este núcleo de la historia es el camino ideal para llegar a entender las maneras de actuar y las inquietudes de los propios personajes, incluso el hecho de dejar de lado la niñez para abrir paso a la adolescencia.

La sexualidad, un tema prohibido y esencial en el nudo de esta historia “Tema 6: La sexualidad al servicio del amor. La sexualidad forma parte del plan de Dios. Encuentro entre el hombre y la mujer se realiza en una manera plena en el matrimonio. No está bien que el hombre esté solo entonces se creó a la mujer”, así explicaba la Madre Consuelo la sexualidad. Esta educación

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