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Color Esperanza


Enviado por   •  8 de Julio de 2014  •  2.112 Palabras (9 Páginas)  •  223 Visitas

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BASES TEORICAS

Por definición, la higiene es una ciencia que enseña las medidas adecuadas que se han de tomar para conservar la salud que, según la OMS, es el estado completo de bienestar físico, mental y social. Tener en cuenta la problemática de la higiene en la vida cotidiana exige energía, tenacidad, incluso combatividad y, cuando se trata de personas con una discapacidad, con una dependencia más o menos grande, estas cualidades van a ser exigidas no sólo a la persona misma sino también y de manera importante a su entorno.

La pregunta que nos debemos hacer es: ¿qué hay que hacer para vivir bien? Una pregunta que se puede calificar de vasta y ambiciosa. El responderla nos invita a tocar todas las vertientes de la vida de una persona: la alimentación, la limpieza y cuidados personales, la prevención y los cuidados médicos, la actividad física e intelectual, las relaciones sociales, la cultura, el trabajo... Todo lo que permite vivir bien. Y ello nos remite a la imagen que la persona tiene de su cuerpo, a la mirada de los otros, a su autoestima, al placer y al sentido que todo esto tiene para ella. Lo cual nos va a conducir obligatoriamente a los temas de educación, autonomía e inserción social.

Para nosotros, personas ordinarias, la mayoría de los actos que realizamos en este terreno son costumbres, gestos automáticos que hemos integrado desde nuestra infancia, resultado de una educación probablemente cuestionada pero de la que guardamos bellos residuos, por decirlo de alguna manera. De hecho, no tenemos demasiadas dificultades para efectuarlos aunque algunos pueden ser forzados. Nos puede hacer falta, a veces, una cierta voluntad para mantener un buen nivel de exigencia. Pero si nos relajamos, la mirada de los otros se encarga de llamarnos al orden. Sabemos, más o menos, alimentarnos, nos hacemos cuidar cuando sufrimos, salimos, nos trasladamos, etc.

Ante la perspectiva de formar a las personas con síndrome de Down u otra discapacidad para que alcancen una vida autónoma (lo que no quiere decir sin apoyos) y una vida feliz, ¿será necesario crear estrategias educativas, ofrecer ayudas, aportar herramientas, acompañamientos para conseguir que perduren los comportamientos propios de la higiene?

Esto es lo que vamos a tratar de abordar. No pretendemos dar recetas sino que esperamos abrir pistas de reflexión y, sobre todo, de acción.

N° SESIÓN DENOMINACIÓN DE LA SESIÓN FECHA TENTATIVA

Nº1

Nº2

Nº 3

Nº 4

CONTENIDO

/

ACTIVIDAD ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS TIEMPO RECURSOS / MATERIALES

Recepción y presentación de los objetivos  Presentación de los objetivos y establecer con la participación de los estudiantes los acuerdos para el mejor desarrollo de las sesiones, tales como:

• Intervenir sin salirse del tema

• Respetar las opiniones de los demás

• Respetar los tiempos 5 minutos. • Lista de asistencia

• Solaperos

• Plumones

• Papelotes

Dinámica de integración El espejo.- en el cual forman grupo de parejas en el cual uno de ellos imita lo que el otro compañero está haciendo y viceversa. 10 minutos • Los estudiantes

Autoestima(lo mas hermoso que tengo soy yo) Para realizar el trabajo de motivación se les pide a los estudiantes que llenen un cuestionario.

“Lo más hermoso que tengo soy yo”

Anexo 1 20 minutos Cuestionario: “Lo más hermoso que tengo soy yo”

Caja con un espejo dentro.

Cierre. La sesión se termina conversando sobre la experiencia y como se sintieron 10 minutos •

¿QUÉ HAY QUE HACER PARA ESTAR BIEN?

ALIMENTARSE BIEN

Nos vemos invadidos por mensajes que se refieren a la alimentación y no siempre sabemos hacer una correcta selección entre buenas y falsas informaciones. Por otra parte, nuestras costumbres de vida van evolucionando, y modifican los ritmos diarios en los que las comidas constituían un tiempo de reagrupamiento familiar e intercambio comunicativo.

Sin embargo, el compartir una comida sigue siendo una forma de convivencia para reencontrar amigos en el marco de la casa o en el exterior, y de ahí la socialización. Alimentarse es una necesidad pero debe ser, ante todo, un momento de placer

Entre los adolescentes, el estudio inglés antes citado muestra que:

•lla mayoría no tiene problemas para comportarse en la mesa, en su casa o en el restaurante

• el 30% tienen necesidad de ayuda para cortar la carne, pero la mayoría se sirven solos

• el 50% puede hacerse un sándwich o prepararse una taza de té o de café

• fuera de un sencillo tentempié, la mayoría no puede preparar o guisar una comida...

¿Qué estrategias seguir frente a obstáculos potenciales?

El entorno adopta frecuentemente una actitud “compensadora” o “complaciente” hacia el niño o joven con síndrome de Down, particularmente en el terreno de la alimentación: las exigencias no son, entonces, las mismas para él que para los otros (elección de alimentos, cantidades, ritmo en las comidas, comportamiento en la mesa). Él nota muy rápidamente que se le trata de forma diferente. Las malas costumbres que adquiera serán rápidamente asimiladas. Se puede corregirlas, pero resulta más difícil.

1. La educación exige que se le diga «no». “Ser hombre es reconocer que no todo está permitido.

No decir «no» a un niño con síndrome de Down es dejarle suponer que la ley no es para él.

A través de su comportamiento nos preguntará entonces sin cesar, si la ley común le concierne a él o no”, dice Denis Vaginay. Esta actitud termina por excluir a la persona de la sociedad, reforzando su conciencia de que es diferente. Es necesario convencer al entorno (abuelos...).

2. Conocemos mal los principios

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