Florence Foster Investigación

Florence Foster Jenkins: ¿Mala cantante o buena artista?

Florence Foster Jenkins was a woman who knew how to make things happen. She had persistence and she was a go-getter; above all she completely believed in herself.[1]

Abstract: Florence Foster Jenkins fue una cantante de ópera nacida en 1868 en Filadelfia. Fue muy popular a pesar de que se la conoce como “la peor cantante de ópera de la historia”. En este ensayo haremos un análisis de su carrera y biografía para aclarar una de las mayores dudas con respecto a su figura, ¿sabía ella que era una mala cantante? Probablemente sí lo supiese y se demostrará gracias a los testimonios del momento y su biografía.

1. Introducción.

En este trabajo la fuente principal será el libro de Darryl W. Bullock Florence! foster!! Jenkins!!!: The life of the world's worst opera singer. Se trata de una biografía muy completa de la cantante de ópera Florence Foster, también se incluirán otros trabajos y ensayos que nos acerquen a una conclusión con respecto a si Florence tenía el conocimiento de que era una mala cantante. Se barajan dos teorías, y hay muchos factores a tener en cuenta, ¿era acaso Florence una artista que estaba llevando a cabo una performance?

2. Florence Foster Jenkins: la peor cantante de ópera de la historia.

Florence Foster Jenkins fue una cantante de ópera norteamericana, nació en el seno de una familia acomodada en el estado de Pensilvania, Estados Unidos y su nombre de nacimiento era Narcissa Florence Foster. Desde pequeña se interesó por la música, empezó a tocar el piano y mostró un gran talento para ello. Esto hizo que llegase a tocar en la Casa Blanca y se planteó la idea de mudarse a Europa para continuar sus estudios en el área de la música, pero esto no fue posible ya que su padre, Charles Dorrance Foster, se negó a pagar por ello, ya que para él la música no era algo serio.

Florence no desechó sus sueños de dedicarse a la música por lo que la decisión de su padre no le paró y buscó otra manera de financiar su carrera. Se acabó casando con un médico llamado Frank Thornton Jenkins, este matrimonio no era del agrado de su padre por lo que decidió quitar a su hija de su herencia. Aprovechando que tenía sus necesidades cubiertas gracias a la carrera de su marido, Florence volvió a sus estudios musicales, pero esto dura poco, ya que se acaba divorciado porque su marido le contagió de sífilis. Durante ese periodo Florence tuvo que trabajar de profesora para poder cubrir sus gastos hasta que dejó Filadelfia y se mudó a Nueva York con su madre. Finalmente sí recibió la herencia de su padre, pues el principal impedimento era su matrimonio con Frank pero ya estaba divorciada.

La herencia de su padre le cambió la vida, pues a raíz de eso pudo dedicarse enteramente a su pasión: la música. Se quedó en Nueva York y se tomó en serio su carrera como cantante de ópera, se debe aclarar que ya desde la infancia Florence no destacaba por su talento al cantar, sí era una virtuosa del piano pero, al parecer, no del canto. Cosme McMoon, uno de los amigos más cercanos de Florence, confesó que los padres de Florence no querían financiar sus estudios de canto porque dudaban de la calidad de la voz de su hija.[2]

A pesar de esto Florence nunca dudó de sí misma, y acabó encontrando incluso un mánager: St. Clair Bayfield. Poco a poco se va integrando a la alta sociedad neoyorquina, se afilia en numerosos clubs y abre el suyo propio, el Verdi Club. Fue una mujer generosa que colaboró con muchas entidades de arte, realizaba numerosos conciertos benéficos y apoyaba a los nuevos artistas y músicos que estaban intentaban hacerse un hueco en el mundo del espectáculo y el entretenimiento de Nueva York. El club de Florence llegó a ser muy popular y ella también, se recuerda a Florence Foster Jenkins como “la peor cantante de ópera del mundo”[3] pero ella fue mucho más que eso. Es una realidad que Florence no cantaba bien, El cantante y autor Vernon Alfred Howard escribió que:

"Los agudos desafinados y estridentes, las roulades tambaleantes que se desaceleran hasta convertirse en un paseo, el timbre muy delgado, los ataques sin aliento, la línea musical fragmentada - todo nos hace reír (y estremecernos) por la terrible calidad del todo... Las presentaciones de Jenkins son un catálogo de todos los defectos y fallas vocales imaginables".[4]

De ella se dice que no era capaz de dar ninguna nota, que no tenía control sobre su voz y que en ocasiones podía ser muy estridente, pues soltaba chillidos de repente. Ella decía que era una verdadera soprano, y de gran talento, pero la realidad es que la crítica de la época dice todo lo contrario, que no era capaz ni de cantar una simple escala. Sus notas altas no eran más que un grito sordo, y en general no tenía ningún talento para cantar ópera. No era una cantante mediocre, era una cantante mala. Todo esto nos sorprende mucho cuando descubrimos que a pesar de su no talento, Florence llenaba las salas, el público se reía pero ahí estaban, ocupando un asiento para verla a ella en vivo, sala que también se llenaba de aplausos.

Algo curioso sobre ella es que podía llegar a parecer que no acertaba la nota apropósito, es decir, muchas veces estaba cerca de llegar y afinar pero no lo hacía, el público estaba impaciente y lo que en un principio era un concierto de ópera se acababa convirtiendo en un espectáculo de comedia.

Si se analizan sus fallos nos damos cuenta de que tal y como describe Vernon Alfred Howard en la anterior cita, Florence tenía todo tipos de fallos, no acertaba con el tono ni con el ritmo, alargaba algunas notas en exceso, cosa que provocaba que acabase soltando un chillido pues su capacidad vocal no daba para más, y a pesar de todo esto, Florence siempre escogía canciones de ópera complicadas, aquellas que sólo unos pocos podían cantar. ¿Por qué hacía eso?

3. ¿Sabía ella que era mala cantante?

Para adentrarnos en este punto debemos tener en cuenta que existen dos hipótesis. La primera es que ella no lo sabía, creía genuinamente que era una buena cantante de ópera, mientras que la segunda es que sí, pero que ese era su espectáculo, su performance y que ella era una artista, que no una buena cantante de ópera.

La primera hipótesis se debe a una enfermedad cerebral degenerativa llamada neurosífilis, que es una enfermedad provocada por una infección bacteriana del cerebro o de la médula espinal, y se da cuando la sífilis no es tratada de la forma correcta. [5] En este caso se agravó por el tratamiento que Florence recibió, que fue un tratamiento en el cual se usaba arsénico y mercurio.

Ella

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