Generos Cinematograficos
Moitete14 de Julio de 2013
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GÉNEROS CINEMATOGRÁFICOS
¿Qué es género?
Un género, tanto en la literatura como en los diversos medios audiovisuales, es una forma organizativa que caracteriza los temas e ingredientes narrativos elegidos por el autor. Como herramienta para clasificar la producción cinematográfica, los géneros se fundamentan en un tema, en una escenografía típica o en una tendencia de producción que distingue a cierta compañía. De acuerdo con este consenso, el espectador que se acerca al cine asume los rasgos originales de cada género, bien sea documental, cine de animación, experimental, melodrama, cine histórico, negro, cómico, terrorífico, de ciencia-ficción, fantástico, musical, de aventuras, bélico, western o erótico. En suma, dicho espectador emplea el género como un distintivo para elegir la programación audiovisual que le resulta más atractiva.
Cine cómico
Junto al documental, el cine cómico es el género más antiguo de toda la historia del cinematógrafo. Dado que el cine surgió a fines del siglo XIX en las barracas de feria, su primera intención fue sorprender al público con una oferta jocosa, festiva y atrayente. El modelo más conveniente para lograr ese fin era el teatro de variedades, y por ello la pantalla de aquel primer cine acogió los mismos estereotipos que ya funcionaban sobre el escenario, insistiendo en el carácter visual de aquellas humoradas propias del vodevil.
Obviamente, es aquí donde se advierte la sutil y poco firme diferencia que existe entre el cine cómico y el cine de comedia, más adelante entremezclados sin aparente contradicción. En líneas generales, el cine cómico propicia las situaciones hilarantes mediante acrobacias y convenciones visuales, y la comedia lo consigue por medio de efectos lingüísticos. En ambos casos, el cine practica el humorismo, provocando esa quiebra en las expectativas que, según los psicoanalistas, causa nuestra carcajada.
Suele citarse El regador regado (The biter bit. 1897) como el primer antecedente de este género que, en nuestros días, siguen practicando intérpretes como el británico Rowan Atkinson, cuyo personaje más popular, Mr. Bean, ha obtenido una merecida popularidad. Pese a su continuidad, resulta inevitable identificar cine cómico y cine mudo, pues fue en el periodo anterior a la aparición del sonoro cuando el género alcanzó sus momentos de gloria.
La comedia
Al tratarse de un género teatral con una larguísima tradición, la comedia se adaptó rápidamente al abanico de preferencias de los espectadores cinematográficos. Al igual que sucede con su vertiente escénica, la comedia acredita en el cine una cualidad satírica, bromista, burlesca, con una propensión más o menos marcada hacia el reflejo grotesco de las costumbres sociales.
Pese a recurrir con frecuencia a los estereotipos, la comedia cinematográfica incide en la singularidad psicológica de sus personajes, con frecuencia derrotados por un cúmulo de situaciones que, por azar, logran superar. A imagen de su contrapartida teatral, también el cine de comedia asume diversas tendencias, como la farsa, el vodevil, el sainete y la comedia sentimental, que adapta a las convenciones del lenguaje fílmico.
La comedia cinematográfica opta, desde sus inicios, por el diálogo ágil y el juego de los equívocos. En los años treinta, Mae West en No soy ningún ángel (I’m No Angel, 1933) y W.C. Fields personificaron la comedia pícara tanto en los escenarios como ante la cámara. El absurdo surrealista fue plasmado en el celuloide por los Hermanos Marx en películas como Una noche en la ópera (A Night at the Opera, 1935), mientras que Cary Grant en Luna nueva (His Girl Friday, 1940) se presentaba como el galán idóneo de filmes vodevilescos, impregnados de un cierto romanticismo en sus tramas.
Progresivamente trivializado y cada vez más pueril, el cine de comedia de las últimas décadas ha recogido su principal inspiración de la pequeña pantalla. De ahí que, por ejemplo, el cine de los ochenta se caracterizase por la presencia de cómicos procedentes de la televisión, como Steve Martin, Richard Pryor, Chevy Chase, Dan Aykroyd, Eddie Murphy, John Belushi, John Candy y Bill Murray.
Como sucede con otros géneros cinematográficos, la comedia se ha entremezclado con otras tendencias temáticas y hoy está ligada a producciones de género aventurero donde no escasean las situaciones cómicas.
Cine del Oeste
Como su nombre indica, el western, o cine del Oeste, es el género cinematográfico que relata historias relacionadas con la conquista y colonización de los territorios occidentales de Estados Unidos. Una conquista que fue llevada a término a lo largo del siglo XIX por parte de inmigrantes europeos, que llegaban en caravanas para ocuparse en los tres principales negocios que brindaba esa franja continental: la agricultura, la ganadería y la minería aurífera. Enfrentados con los pueblos indígenas y con la delincuencia organizada, esos pioneros simbolizaron sus esperanzas de progreso y prosperidad en los justicieros ocasionales, convertidos en héroes gracias al folletín y a la novela por entregas. Esta vertiente literaria, heredera de la novela caballeresca, sirvió para exaltar las virtudes de pistoleros al servicio de la ley y de militares del cuerpo de caballería, pues ambas ocupaciones eran garantía de seguridad en un momento histórico sometido a muy violentas tensiones.
Las décadas de los cuarenta y los cincuenta, animadas por la generalización en el uso del color y los grandes formatos, ofrecen un amplio número de obras maestras en lo que al cine del Oeste se refiere.
La coyuntura socio-política de la década de los sesenta facilitó nuevas ofertas, acordes con el desencanto y el escepticismo propiciados por los acontecimientos de aquel momento histórico. Películas como Grupo salvaje (The Wild Bunch, 1969), de Sam Peckinpah, impregnadas de una violencia insólita, revisan el pasado con una amargura llena de connotaciones. Todo ello tiene que ver con un lento declive de la moda del western, convertido en un género que los directores frecuentaban en un grado decreciente.
No obstante, pese a que el cine del Oeste interesa cada vez menos al público, los creadores han insistido en la fórmula, actualizando sus tópicos y homenajeando a los artífices como Ford, Wellman y Hawks, capaces de llevar a la pantalla la épica colonizadora.
Cine negro
En líneas generales, el denominado cine negro, o cine policiaco, establece sus argumentos en torno a la lucha contra el crimen. Dentro de dicho ámbito, esta gama de producciones ha fijado un abanico de estereotipos y convenciones de origen literario, inspirados en las novelas que, en torno a la misma temática, han venido escribiéndose desde comienzos del siglo XX. Entre los tópicos más frecuentados por el cine negro figuran el detective sagaz pero de vida desordenada, los mafiosos que amenazan el orden legal, el policía sometido a las tensiones de una sociedad corrupta, y la mujer fatal, atractiva y seductora aunque peligrosamente cercana al lado más turbio de la vida.
Por su ambientación fotográfica y escenográfica, el cine negro delata su vinculación al expresionismo alemán, del cual tomó los toques de estilización tenebrosa, los contraluces y el tono sombrío de sus decorados. En lo que concierne a sus implicaciones ideológicas, cabe destacar que el género tiende a alejarse del maniqueísmo, optando por una perspectiva fatalista de la realidad. En buena medida, los personajes de esta variedad cinematográfica son antihéroes, cuyo triunfo en la vida es siempre aparente.
La evolución del cine policiaco ha sido condicionada por la incorporación de elementos de misterio y acción, dando lugar al denominado thriller, que se caracteriza por su tono híbrido, acogiendo ingredientes procedentes de otros géneros. No obstante, para fijar la esencia de este orden de producciones conviene atender al momento en que se dio nombre al género. Fue en 1945 cuando el francés Marcel Duhamel diseñó para la editorial Gallimard una colección de novelas policiacas, a las que su amigo, el guionista Jacques Prévert, denominó Série Noire (Serie Negra), inspirándose en el nombre de una revista norteamericana del mismo tipo, llamada "Black Mask".
La primera etapa del cine negro se caracteriza por su reflejo de la lucha contra el crimen organizado, patente en El enemigo público (The Public Enemy, 1931), de William Wellman. A medida que el género fue avanzando en el tiempo, las dosis de violencia y fascinación erótica fueron haciéndose más evidentes.
A partir de la década de los setenta, el género en estado puro tendió a desaparecer. No obstante, algunos cineastas rescataron sus elementos esenciales, variando la ambientación e incluso proyectándola hacia el futuro. A esta corriente revisionista, no exenta de obras maestras, pertenecen títulos como Chinatown (1974), de Roman Polansky, Fuego en el cuerpo (Body Heat, 1981), de Lawrence Kasdan, Blade Runner (1982), de Ridley Scott, y L.A. Confidential (1997), de Curtis Hanson.
El musical
Al referirnos al género musical, aludimos a todas aquellas producciones cinematográficas que incluyen canciones o temas bailables en una parte fundamental de su desarrollo dramático. En su totalidad, las variantes del cine musical tienen una raigambre teatral, como sucede con las operetas alemanas, los musicales de Broadway, las zarzuelas, las óperas e incluso los conciertos de rock, cuya adaptación al
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