Historia yair

ARGUMENTO ORIGINAL

Esta historia narra parte de la vida de YAIR SIMARRA un joven querido y dotado de mucho ingenio y carisma nacido en san Basilio de palenque un pueblo habitado en gran parte por descendientes africanos quien era estudiante del pueblo y trabajaba con su padre en sus tiempos libres en actividades agropecuarias, una mañana como cual quiera el joven recibió la agradable noticia que sería aceptado en la universidad pública de la ciudad,  con la esperanza y la convicción de que esta era la oportunidad para mejorar el bienestar de su familia que era conformada por él, sus padres y cuatro hermanos menores, viaja a la ciudad para empezar  a dar marcha  a uno de sus más grandes sueños, convertirse en un profesional y encontrar un trabajo que le permitiera mejorar la calidad de vida en la que se encontraba su familia.

 El único familiar de Yair en la ciudad era una Tía que acepta la llegada de Yair en su casa porque sabía que no contaba con nadie más, y ella era su único recurso, Una vez  instalado, encuentra que el esposo de su tía, JOSE, no recibió con beneplácito la noticia de su estadía y que estaba decidido a lograr que se fuera de la casa, haciéndole la vida imposible cada vez que se le presentara oportunidad. Este era un hombre desempleado, entregado a la bebida, que mataba el tiempo en las esquinas del barrio, envidioso, que buscaba la manera de dañar a quien tuviera aspiraciones y posibilidades más allá de las suyas.

La tía LICENIA era  una mujer resignada de aspecto demacrado y triste, que salía a su mal remunerado empleo día a día y no regresaba hasta bien entrada la noche, le importaba poco por no decir nada, lo que sucediera en la casa. Recibió a Yair como agradecimiento a lo que su hermana mayor hizo por ella durante la infancia y parte de la adolescencia, pero el muchacho tampoco era de su particular agrado. Nunca pudo tener hijos por lo que su única compañía hasta ahora era su esposo, al que no le importaba mantener y aguantarle sus innumerables vicios siempre y cuando estuviera con ella, pensaba que era peor quedarse sola y vivir una vida más amargada que la que tenía.

A pesar de su humilde origen, Yair era un muchacho educado, cortés y sereno, que soportaba una tras otra las ofensas y embates perpetrados por su tío político, quien se alió con algunos de sus vecinos, pero con uno en especial, para lograr que el recién llegado estudiante renunciara  a su jornada académica.

Cuando llegaba de la universidad no encontraba comida ni nada que pudiera quitarle la fatiga que le generaba su jornada de estudio ya que rara vez podía desayunar y los pocos ahorros que había conseguido Yair producto del trabajo con su padre en el pueblo se le iban agotando y cada vez era mayor su preocupación por imaginar lo que le esperaba. Su único refugio era el estudio pero ni eso podía hacer debido a que su tío avisaba a sus vecinos para que encendieran  los equipos de estéreo de la calle al mayor volumen posible cada vez que tuviese que estudiar.

Cuando salía a la calle el panorama no mejoraba. Por alguna razón sentía  la necesidad de actuar bien, de intentar mejorar el ambiente y las personas que lo rodaban, intentaba  explicarles a las personas del barrio con las que entablaba conversación, como era necesario decir “por favor” y “gracias”,  intentaba que los niños se interesaran por ir a la escuela en lugar de jugar y fumar todo el día, intentaba que se hicieran filas en la tienda, que se atendiera en orden de llegada en los comercios, que se escuchara  la música a un volumen decente, que no se arrojara la basura a la calle.

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