LA MÚSICA ¿QUIEN MANEJA NUESTRA VIDA?

LA MÚSICA: ¿QUIEN MANEJA NUESTRA VIDA?

        Los seres humanos (hombre y mujeres), son los grandes influenciados por la música en la actualidad. En el transcurso de la historia, han existido hombres y mujeres exitosos, pero su verdadero éxito se ve reflejado en el sacrificio que han realizado por las personas que aman, hombres y mujeres cabezas de familias que se han sacrificado por sus hijos, son personas de admirar por lo que hacen y por lo que son, quienes tienen en sí mismos una dignidad propia y más elevada que los hacen diferenciarse de los demás. Ésta es una de las razones que nos permite participar de la dignidad del cuerpo de Dios, por cuanto, estamos animados por un cuerpo espiritual que está y debe estar en comunión con Él.

        Nuestros cuerpos no deben ser objeto de abusos o intercambio alguno fuera de lo natural y para lo cual fue concebido, hacer lo contrario, sería pisotear la dignidad de ser llamados hijos de Dios.

        Nuestra mente y nuestros cuerpos durante el transcurso del tiempo han sido influenciados por la música, la cual, a través de su ritmo, su letra y su armonía o discordancia, han sido indispensables para nuestro desarrollo o mal formación del ser interior.

        En los inicios de la era clásica, la música fue armoniosa y simétrica, pero a partir del siglo XX, la música dio un giro brusco o vertiginoso, de donde surgieron diversos géneros musicales, el problema no vino a ser la diversidad de géneros musicales que nacieron a partir de esa época, sino cuando éstos géneros musicales atacaron o atentaron contra la dignidad humana y contra Dios.

        Estamos conscientes que los artistas han sido víctimas de su enorme vanidad, su egocentrismo y su ignorancia en diferenciar lo bueno de lo malo, y en no consagrar lo humano y lo divino.

        La letra y la música actual, al igual que el ritmo que se le aplica a la misma, son degradantes a la dignidad humana, la mayoría de los interpretes de estas letras melodiosas, son hombres, degradando a las mujeres hasta el punto de hacerlas ver como máquinas de sexo, animales sexuales, comparándolas como objetos sexuales, que solo son usadas para complacer o satisfacer la lujuria desenfrenada de quien  no tiene ni la menor pizca de amor por ellas.

        En los actuales momentos hay grupos musicales que han llegado a lo extremo, apoyados en la libertad de culto y en sus exigencias por igualdad de trato y condiciones, para blasfemar contra el Dios Todopoderoso, manifestando en sus letras musicales, que así como los cristianos tienen derecho a adorar abiertamente a Dios y en ciertos momentos atacar a otras denominaciones religiosas, ellos también tienen derecho a adorar abiertamente a satanás y atacar la doctrina cristiana, confundiendo con sutileza y en profundidad a todos aquellos que se encuentran pendiendo en un hilo, haciéndolos caer a la basta oscuridad del pecado.

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