La Clasificación de Instrumentos Musicales: Tendencias en Investigación de las postrimerías del siglo XIX,
Joaquín FerreiraEnsayo8 de Septiembre de 2016
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La Clasificación de Instrumentos Musicales:
Tendencias en Investigación de las postrimerías del siglo XIX,
Con especial referencia a los años 90.
Autor: Margaret Kartomi
Fuente: Etnomusicología, Vol. 45 No. 2 (Primavera-Verano, 2001) Págs. 283-314
Publicado por: Imprenta de la Universidad de Illinois, en nombre de la Sociedad de Etnomusicología. Dirección estable: http://www.jstor.org/stable/852676
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Introducción: Cambio en los Últimos Cien Años
Durante casi los últimos cien años, las tendencias en investigación de la clasificación de instrumentos musicales han estado en un estado de flujo, cambiando según las necesidades particulares de una época particular.
Las investigaciones de los años 90 tienen un tenor muy diferente de aquellas de 1980, pero esto no es sorprendente, dado el progreso hecho en organología durante este siglo pasado. En este artículo describiré y examinaré las tendencias de los años 90 y mostraré como difieren o se asemejan a las de décadas anteriores. También discutiré críticamente publicaciones académicas y otras contribuciones al debate sobre los métodos y significado de clasificaciones de instrumentos musicales a través de la década.
La discusión es necesariamente selectiva, focalizándose en escritos que ejemplifican las tendencias de investigación. (1)
Para comenzar, necesitamos visitar brevemente la escena de hace cien años, y notar en nuestro viaje en el tiempo cómo las investigaciones sobre la clasificación de los instrumentos han cambiado desde entonces. Es también constructivo comparar este desarrollo con el de la clasificación de los especímenes biológicos, ya que a pesar de que la clasificación de instrumentos estudia eventualmente el desarrollo estructural de métodos similares, su progreso está rezagado detrás de la biología como muestra una comparación con el racconto histórico de clasificación de métodos en biología, de Mayr (Mayr 1982).
En las primeras tres décadas del siglo, poco fue publicado en este campo, que tuviera importancia aparte del bien conocido esquema de Hornbostel y Sachs, (1914), (en adelante, H&S). Este esquema divide a los instrumentos musicales al más alto nivel en cuatro categorías y los subdivide de manera casi sistemática en niveles decrecientes, usando un sistema numérico al estilo del sistema de bibliotecología Dewey, para distinguir especímenes de instrumentos en el nivel mas especifico.
Se realizaron gran cantidad de publicaciones entre los años 1930 y 60, llegando a un pico de interés y productividad en los años 1970 y 80, seguido por algo parecido a un declive en los 90s. De todas maneras, aparecieron dos libros al final de la década, uno, sobre conceptos y clasificaciones de los instrumentos musicales, escrito por esta autora, y el otro, Discusiones en Organología, editado por Sue Carole DeVale. Este último libro contiene estudios centrales por parte de un grupo de autores sobre varios grupos culturales y tecnológicos así como aspectos históricos relacionados.
El primero trae junto a la crítica, contribuciones hechas a la historia y teoría de la clasificación de instrumentos, comparándola con la historia y teoría de la clasificación biológica. Se comparan esquemas de clasificación y los conceptos que los gobiernan, a través de cantidad de culturas musicales, distinguiendo entre estos esquemas, cuáles son impuestos por observadores (imposición de observadores) y aquellos que emergen informalmente de una cultura (emergentes culturales), siendo los primeros transmitidos literariamente y los otros oralmente. El libro también discute cómo estos esquemas reflejan los pensamientos musicales prevalentes y conceptos de o sobre instrumentos en una sociedad, algunos de ellos con el rol de indicadores en las culturas específicas de las cuales provienen y en otras marcando desafíos al pensamiento encontrado en muchas culturas musicales.
La clasificación de los instrumentos musicales comenzó a ser investigada en Europa del Este desde el siglo XIX, luego de siglos de descanso en la clasificación binaria de cuerdas, y viento, (usada desde el periodo Helénico arcaico (por ejemplo, el siglo VI al IX, (BCE) (2), o la división ternaria: cuerdas, viento, percusión (que data desde el principio de esta Era) (3). Los musicólogos estaban motivados en parte por la necesidad práctica de sistematizar, catalogar, mostrar y almacenar las grandes colecciones de instrumentos que habían sido adquiridas por los museos desde el siglo XVIII en adelante. En 1880, Víctor-Charles Mahillon publicó el primer esquema sistemático de clasificación de instrumentos apropiado para un uso mundial, diseñado principalmente para el uso en catalogar la colección sustancial de instrumentos de todas partes del mundo albergados en el Museo Instrumental del Conservatorio de Bruselas.
El estudio de la clasificación también estuvo motivado por el deseo de avanzar en la investigación musicológica. En 1914, el estudio de la clasificación de los instrumentos se había convertido en una rama importante del trabajo musicológico sistemático. La versión modificada y expandida del esquema de Mahillon llevado adelante por Erich Von Hornbostel y Curt Sachs en 1914, intentaba proveer una clasificación universalista de los instrumentos del mundo tanto para uso museológico como académico. El trabajo clasificatorio en la primera mitad del siglo XX sirvió de base a comparaciones interculturales y para la construcción por parte de académicos como Curt Sachs (por Ej. Sachs 1940,1962) de “leyes superiores” (Adles 1885/ Mugglestone 1981:15), los cuales buscaban universalizar o generalizar teorías sobre música e instrumentos musicales.
El secreto del éxito -en su expansiva utilización- del esquema de H &S (4) radica en que es realmente un sistema internacional. El sistema numérico usado para distinguir especies de instrumentos en el nivel más específico probó ser una herramienta poderosa para encontrar e identificar instrumentos.
Más aún, siendo esencialmente numérico más que léxico, está libre de connotaciones lingüísticas falsas (Montagu, 1998) Por Ej. Cuando los académicos se refieren a los clarinetes u oboes del sur de Asia, pueden hipotéticamente sugerir a un lector u ejecutante de orientación europea que estos instrumentos comparten los materiales, ergonomía y estructura de los clarinetes y oboes europeos, lo cual seria, por supuesto, falso. Por esta razón es importante que el contenido verbal del esquema de H&S haya sido traducido del alemán original a varios idiomas. Por ejemplo, fue traducido al finlandés por Timo Leisio y al catalán y al español por M. Antonia Juan, con una traducción más ampliamente usada que la realizada al inglés por Wachsmann y Baines, que fuera publicada en el Galpin Society Journal en 1961. El esquema ha sido y sigue siendo ampliamente usado en museos alrededor del mundo. Cuando sus usuarios se refieren a un instrumento por su numero H&S, saben que pueden denotar el mismo instrumento a través de las culturas, a pesar del hecho de que los instrumentos en particular tienen nombres diferentes en distintos idiomas (Montagu).
Por esta razón el sistema H&S a pesar de sus inevitables imperfecciones, ha servido al desarrollo no solo a la ciencia de la organologia, sino al pensamiento comparativo intra cultural alrededor del mundo.
Por supuesto que las corrientes y tendencias continúan cambiando en organología axial como en cualquier otro campo de investigación. Desde casi 1930, unos pocos museólogos y musicólogos comenzaron a criticar el esquema H&S y trataron de mejorarlo. Algunos estaban menos interesados en el detalle y más en la lógica y completitud del esquema. André Schaeffner, por ejemplo, sintió la necesidad de desarrollar en el Museo del Hombre, en 1932 un esquema bipartito perfectamente lógico. El escritor inglés Francis Galpin desarrolló dos esquemas (1910 y 1937) e incluyó una nueva categoría de electrófonos. A pesar de lo peligroso de generalizar respecto a cualquier cosa de la que se trate, Jaap Kunst criticaba estudios comparativos de académicos como Sachs, sobre la base de que se había acumulado muy poco conocimiento y era poco preciso en muchas sociedades, como para garantizar comparaciones académicas viables (Kunst 1959). Otra corriente surgió entonces. Los académicos ajustaron sus temas de investigación llevando estudios detallados de instrumentos y sus familias en particular.
Colectivamente se ocuparon de varias culturas musicales, pasadas y presentes, usualmente en forma multifacética y tomando en cuenta el contexto social, así como también las características acústicas y morfológicas usuales de los instrumentos.
Los escritores escandinavos Tobías Norlind (1932) y Karl Izikowitz (1935) fueron los primeros ideólogos conceptuales de esta corriente. A pesar de que Norlind no estableció su propio método de clasificación, desarrolló un concepto amplio de lo que representa un instrumento, sugiriendo que los elementos de práctica de la ejecución, nomenclatura, distribución geográfica e historia cultural deberían ser tomados en cuenta igualmente que cuestiones como la morfología, cualidad tonal, y escalas. Karl Izikowitz tomó un concepto aún más amplio de los instrumentos. Adhirió rígidamente a una clasificación de instrumentos de acuerdo a principios acústicos, pero aun así sugirió que el estudio de los instrumentos como objetos materiales llevaría a investigaciones de las funciones culturales, ceremoniales y sociales asociadas a ellos.
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