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La representación del personaje de Lilith en las películas "30 días de oscuridad 2: Tinieblas" (2010) y "El quinto elemento" (1997)

almudena50Ensayo27 de Septiembre de 2022

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESTUDIOS GENERALES LETRAS

TRABAJO INDIVIDUAL

Título: La representación de Lilith en las películas 30 días de oscuridad 2: Tinieblas y El quinto elemento

Nombre: María Fe Dávalos González Rosell

Tipo de evaluación: Trabajo Final

Curso: Taller de Escritura e Interpretación de Textos (LIN-126)

Horario: 0116

Profesor(a): José Miguel Vidal

SEMESTRE 2021-2

I. Tema delimitado / Pregunta de investigación y esquema

La representación del personaje de Lilith en las películas "30 días de oscuridad 2: Tinieblas" (2010) y "El quinto elemento" (1997)

Pregunta de investigación:

¿Cómo es la representación del personaje de Lilith en las películas "30 días de oscuridad 2: Tinieblas"(2010) y "El quinto elemento” (1997)?

  1. Introducción
  2. Contraste de la representación demoniaca y angelical de Lilith
  1. La demonización de Lilith en "30 días de oscuridad 2: Tinieblas"
  1. Lilith como oscuridad en el inframundo
  2. La mujer diablo: personificación de la muerte
  1. La manifestación angelical de Lilith en “El quinto elemento”
  1. Lilith y su inmortalidad: Un ser supremo, símbolo de pureza
  2. Lilith como elemento de salvación
  1. La sexualización y la liberación femenina
  1. Modelo sexual femenino en "30 días de oscuridad 2: Tinieblas"
  1. La “Femme Fatale”
  2. La representación de Lilith como vampiresa demoniaca
  1. La libertad y empoderamiento de Lilith en “El quinto elemento”:
  1. El empoderamiento femenino a través de la autonomía y libertad
  2. La representación de Lilith como guerrera: su naturaleza poderosa y combativa.
  1. Cierre

La representación de Lilith en las películas 30 días de oscuridad 2: Tinieblas y El quinto elemento

II. TEXTO

Cuando se habla de Lilith, nos adentramos en uno de los personajes femeninos más controversiales. Según leyendas extendidas entre los judíos babilónicos del siglo VI, fue la primera mujer en el mundo, siendo creada al mismo tiempo que el primer hombre, Adán (Shapiro 2019: 126). Este personaje no solo trae consigo una representación en el folklore, o su mitología en tiempos pasados, sino también nos encontramos con sus representaciones en la cultura popular actual. Como Shapiro menciona en un artículo sobre la adopción y adaptación de Lilith en el mundo contemporáneo, “Incluso miles de años después, Lilith, la demoníaca, todavía tienta a muchos. Su imagen, que aparece en la tradición antigua como una personificación de la tentación prohibida, aparece y se manifiesta en nuestro tiempo en los círculos contemporáneos […] como un personaje atractivo y relevante.” (Shapiro 2019: 125). De esta forma, entendemos la trayectoria y revisión de este personaje a través de sus distintas narrativas durante los últimos años muestra una evolución y representación diversa, desde un tradicional demonio acosador hasta una anti-heroína feminista. Estas transformaciones literario-visuales nos ofrecen una perspectiva de la cultura popular sobre la evolución de una tradición antigua con orígenes judíos, de un elemento que es despreciado y asimismo aceptado (Dennis 2014:72).

Desde una perspectiva judeocristiana, nos encontramos con Lilith representada de forma malévola. Patai nos introduce a una reflexión del texto canónico. El pasaje de Isaiah 34:14, nos describe a Lilith junto con demonios y monstruos (Patai 1964: 296). En el Alfabeto de Ben Sira, se asocia a Lilith con el mal, y esta es demonizada por no volver con su pareja, Adán, percibiendo a Lilith como la arquetípica mujer rebelde y, por tanto, malvada (Dennis 2014:84). Igualmente, en sus apariencias en la mitología mesopotámica y en el folklore, su imagen acumuló capa tras capa acorde con la historia original sobre un demonio sediento de sangre (súcubo) que trae peligro a todas las personas (Shapiro 2019: 150). Además, el nombre “Lilith” deriva de la palabra “lilītu,” una clase de mujer vampírica, un demonio succubus (Williamson 2020: 3). Por otro lado, nos encontramos con una perspectiva feminista. Obras como la de Judith Plaskow, “La llegada de Lilith”, intentan reescribir la historia tradicional, resaltando la exclusión de los aspectos demoniacos preexistentes en Lilith (Plaskow 2005: 82). Al reclamarla como una verdadera mujer, en lugar de un espíritu maligno, Plaskow usa el personaje para ejemplificar cómo las mujeres poderosas son literal y figurativamente demonizadas por la opresión masculina (Williamson 2020: 19).  Se observa un contraste en sus representaciones, una dicotomía entre el bien y el mal, que se encuentran en constante enfrentamiento. Sin embargo, también encontramos una mezcla de estas características en otros autores, como Shahrukh Husain, que utilizan la demonización de manera positiva, empezando por aceptarla (Husain1998). Se observa que la identificación de la imagen malvada permite a las personas no rechazar, y encontrar un consuelo en sus actos violentos. Por consiguiente, Lilith adquiere otra posición en medio de esta dicotomía, utilizando atributos anteriormente vistos como negativos como una forma de empoderamiento (Shapiro 2019: 138).

En este breve trabajo de investigación, nuestro objetivo será identificar e interpretar las diferentes representaciones que recibe el personaje de Lilith aplicadas en las películas 30 días de oscuridad 2: Tinieblas y El quinto elemento. Contrastaremos sus representaciones opuestas, y analizaremos el propósito que ellas tienen en la construcción del personaje. Para tal fin, empezaremos comparando la representación demoniaca y angelical de Lilith (como la dicotomía previamente mencionada). Seguidamente, abordaremos la sexualización expuesta en pantalla, con el contrapunto de su liberación y empoderamiento. De esta manera, podremos establecer los enfrentamientos a las que se ve expuesta la imagen de este personaje.

En la tradición judeocristiana, Lilith aparece como una fuerza satánica, una instigadora de personas que anuncia, y causa devastación (Patai 1964: 312). En 30 días de oscuridad esta imagen tenebrosa resalta en pantalla desde un lente cinematográfico contemporáneo. La primera escena de presentación de Lilith es antecedida por las imágenes del lugar desde donde reina. La escenografía consta de colores grisáceos y el lugar construido por tuberías de metal trasmite una tonalidad fría. Allí no llega ningún rayo de luz (ya que estos la queman a ella y a su especie), y los vampiros de Lilith solo pueden salir en la noche, caso contario serían reducidos en cenizas. Todo esto se encuentra bajo tierra, procurando total oscuridad, aspecto que representa el inframundo. De esta manera, su proximidad con lo oscuro nos muestra la enemistad que Lilith presenta con la luz, y su familiaridad con la oscuridad, de hecho, las leyendas cuentan cómo junto con sus demonios esta se vuelve particularmente activa durante la luna oscura (Shapiro 2019: 127). También esta idea de que Lilith vive en la oscuridad, proviene del folclore búlgaro, donde se señalaba a Lilith como una criatura que habitaba cuevas y lugares oscuros; “se decía que Lilith habitaba una cueva junto al Mar Rojo después de su huida del Edén, en la que dio a luz a sus hijos demoníacos.” (Smith 2008: 13)

A este personaje se le asocia con la oscuridad, el pecado, el instinto sexual, la sangre, y la muerte (Shapiro 2019: 161). Esto último toma un papel importante que caracteriza a Lilith en la película. De primera mano nos la presentan en una bañera llenada con sangre humana, y ella es enfocada dentro de esta para luego levantarse desnuda goteando el fluido escarlata. La sangre representa la vida drenada de los humanos, esto nos muestra a Lilith ligada a la muerte. De esta forma, se la convierte en un demonio que anuncia el final de la vida. Añadiendo a esta idea, en esta película, Lilith y sus demonios adoptan un rol de vampiros. En la mitología, los vampiros son personajes que necesitan matar succionando la sangre de los vivos para sobrevivir. Al ser presentada como tal, Lilith es despojada de su humanidad y adopta una extrema proximidad con la muerte de víctimas humanas. Blair en en “Demonizando el Antiguo Testamento”, señala que el origen de esta presentación donde prima la muerte surge en el castigo que Lilith enfrenta al escaparse del Edén por no querer ser sometida. Su castigo (el costo de su independencia) fue la muerte diaria de cien de sus hijos (ellos mismos demonios) (Blair 2009: 29). En otras leyendas, el daño de Lilith se extiende más allá de los simples bebés, a hombres y mujeres de todas las edades (Shapiro 2019: 127), de esta forma desde los incios, se une el personaje con la muerte.

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