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Sobre Los Principios Del Fin.


Enviado por   •  15 de Marzo de 2014  •  2.662 Palabras (11 Páginas)  •  171 Visitas

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La introducción siguiente no es solo el comienzo del ensayo final, sino que es también de alguna manera, el comienzo de una serie de trabajos desarrollados a lo largo del año, con el fin de reflexionar y ensayar sobre temas concernientes a la arquitectura. La decisión de comenzar este trabajo con un ensayo anterior se desprende por el solo hecho de cerrar la primera etapa de un proceso tan largo e inagotable como la profesión misma.

Tiempo atrás tuve la oportunidad de leer un libro escrito por el arquitecto Luis J. Grossman, el cual se compone de una serie de ensayos sobre temas concernientes a la arquitectura y el urbanismo. Entre estos textos, se encuentra uno que llamó poderosamente mi atención y a su vez me sirvió como disparador para una serie de reflexiones acerca del espacio.

Entre algunas de las problemáticas planteadas por el arquitecto, cita un texto de Marc Augé acerca de la ciudad y su funcionamiento, en el cual define el no-lugar como aquellos sitos en los cuales el hombre no encuentra relación alguna de historia, de pertenencia o afectiva” y sita como ejemplos de no-lugar a una cabina telefónica, una autopista o un centro comercial.

A partir de esta idea, sumada a textos leídos en clase, sobre todo el segundo, me plantee la posibilidad de que, así como existe un no-lugar, pueda existir también una teoría sobre el no-espacio, el cual, siguiendo las consigna de la definición antes mencionada, sería aquel espacio que carece de sustento ideológico alguno, desarraigado y a su vez sentimental y emocionalmente vació.

El término de no-espacio podría comprenderse como los positivos y negativos, o vacíos y llenos, en función del espacio. Aunque esta denominación no está directamente ligada a que estemos en presencia de algo negativo; en nuestra vida cotidiana estamos constantemente entrando y saliendo de espacios y no-espacios habitándolos, hasta admirándolos o criticándolos y es lógico que así sea.

En su texto, el arquitecto Kazuo Shinohara prioriza la calidad espacial por sobre el resto de otros calificativos, relacionándola directamente con la perpetuidad y belleza de la obra, en este caso, una casa.

Sobre la calidad espacial Shinohara escribe: “...si una casa se devalúa debido a la obsolencia de su equipamiento, la casa carece de suficientes valores que garanticen su preservación.”

En este comentario se evidencia que el espacio, contenedor del equipamiento y de los integrantes de la casa, debe ser proyectado de tal manera que ninguno de estos factores intervengan en el deterioro de sus cualidades.

Un espacio, para diferenciarse de un lugar o de un ambiente, debe conmover. Existen infinidad de recursos para hacerlo y otros tantos que lo verifican, como la escala que es la relación dimensional entre un edificio y un patrón; la proporción que es la relación entre las partes y una de las partes y el todo; la luz o la estructura.

Así mismo, el espacio debe funcionar, las medidas, los radios de giro y las distancias entre los elementos componentes de ese espacio, deben permitir que el mismo sea habitable, de lo contrario se iría convirtiendo lentamente en un no-espacio, por su falta de identificación con lo vernáculo y su desarraigo.

La problemática surge a partir de la vivienda ya que esta es tomada como la espacialidad básica donde el hombre se desarrolla, confortable, funcional y bello por excelencia. El espacio de la vivienda es, como una fuerza centrífuga para el hombre. El hombre, a partir de la vivienda, se desarrolla hacia el resto de los espacios posibles. A su vez, dentro del espacio vivienda se genera el mismo sentido, es posible generar los espacios a partir de un espacio principal o célula espacial.

La vivienda puede cambiar. Aunque la espacialidad sea la misma y pese a la evidencia de la división de espacios. Sobre esto, Kazuo Shinohara escribe:

Es posible desarrollar totalmente una casa a partir de un núcleo básico, agregando o quitando unidades de uso diario del tipo que probablemente será producido comercialmente en el futuro. Esto es, empleando estas unidades fijas y seguras podemos adecuarnos a las incertidumbres de la vida cotidiana: cambios en la composición de la familia y revoluciones en las técnicas domesticas.

Es concebible unir espacios expresivos de intensas cualidades espirituales con unidades de vida diaria en las que se emplee la tecnología en su máxima expresión.

Las fisuras entre ambos tipos de espacios permanecerán como fisuras.

Este fragmento del texto, recorre la delgada línea entre el espacio y el no- espacio, ya que la mutabilidad del espacio esta directamente ligada a su identidad y la constante variación del mismo, puede hacer que la pierda. Esto no quiere decir que carezca de las demás cualidades de espacio, por lo que lo seguiremos denominando de esa manera.

Las obras del arquitecto Rene Mackintosh a principios del siglo XX, durante el movimiento moderno, dejan constancia de que el sistema de suma y resta de espacios puede mantener intacta la idea de espacialidad sin necesidad de que la obra pierda su identidad.

La arquitectura, en su concepción se reduce al espacio, proyectar un espacio es hacer arquitectura, como así también que continúe siéndolo a lo largo del tiempo. “El paradigma de la arquitectura debería ser el espacio.” Dice Shinohara.

Podemos decir entonces que el no-espacio esta directamente relacionado con su proceso proyectual. El no-espacio es concebido junto con la idea rectora de un proyecto de arquitectura.

Podría un ser humano convertir en un espacio un no-espacio?

Desde el punto de vista habitable, la persona puede aportar la conexión con los sentimientos o aquel concepto de perpetuidad, mas no podría, por ningún medio, logra que el espacio conmueva, sin modificar su esencia, claro.

El no-espacio entonces, posee las cualidades que el espacio deja; pero la distancia se alarga entre estos cuando el espacio, concebido como tal, fracasa por la carencia de algunas de sus cualidades primarias. Entonces este espacio fallido puede ser considerado un no-espacio. Es condición vital entones espacializar las ideas para que las obras no contengan negaciones.

Sobre el cómo Shinohara escribe: “Desafortunadamente no puedo expresar aquí con certeza lo que estas ideas deberían ser. Solo los espacios que he creado pueden hacerlo. Si fuera suficiente la palabra, no hubiera tenido necesidad de ser arquitecto.”

Estas ultimas palabras del arquitecto, me eximen mas no sea un poco del desorden de la idea sobre la cual seguiré reflexionando de aquí en adelante.

Tanto el termino de “no-lugar” como el de ”no-espacio” se desprenden de situaciones comunes en la época que nos toca transitar. La post-modernidad junto a sus protagonistas se encargaron de instaurar estos términos cuyos significados no hacen mas que insultar ideológicamente a las ideas que gestaron su origen, la modernidad.

Durante la primera mitad del siglo XX, de la mano de Adolf Loos y otros arquitectos cuya propuesta rompía con os esquemas que se venían desarrollando hasta el momento ya que se estaban sucediendo las distintas adaptaciones de los movimientos anteriores, lograron gestar una arquitectura de esencia, una arquitectura que no arrastraba vicios importantes y que redoblaba la propuesta constantemente.

La elección de Adolf Loos como ejemplo se da ya que, a mi entender, genera un punto de inflexión en todo sentido al enfrentarse a la Secesión vienesa comandada por van de y compañía con su texto “Ornamento y delito” y desarrolla una arquitectura irónica y despojada, contemporáneamente a la de sus ornamentados rivales.

En el movimiento moderno, la mayoría de las obras tenían el sustento de una idea clara y radical, la obra y sus signos eran fundamentados, tal vez demasiado y por eso se estaba tan al limite, mas la arquitectura arbitraria era juzgada o rechazada por los mismos protagonistas que, bajo el escudo de las ideas, lograron destacarse y ser los motivadores principales de este movimiento.

La obra de arquitectura excedía el edificio en si, tanto los muebles como los objetos y hasta la ropa están pensados especialmente por los arquitectos que planteaban una obra de arquitectura total. La Bauhaus, una escuela gestada especialmente para desarrollar las artes y oficios aportó un gran trabajo y sentó sus bases en esta parte de la historia.

Una vez abordados en la segunda mitad del siglo XX, luego de esto y como parte de la constante propuesta, la arquitectura lentamente o no tanto, empezó a convertirse en una arquitectura más escenográfica, efímera y hasta arbitraria, ya que cada vez era menos el valor ideológico plasmado en la espacialidad de la obra.

Luego de la crisis del movimiento moderno, existió una transición donde el estilo internacional nació y fracaso sin demasiada trascendencia y se desarrollo una arquitectura futurista, de la mano del grupo Archigram y otros mas, cuya propuesta era irrealizable. Así fue como guiados por arquitectos como Fuller, Graves, Moore, Venturi, etc. se comienza a llegar a nuestros días donde la amalgama del siglo XX deja sus marcas a fuego, y donde con el agregado tecnológico que seguirá su propio rumbo cada vez más abstracto, se llegará a una virtualidad peligrosa, pero ese tema será abordado mas tarde. La post-modernidad o segunda mitad del siglo XX es, a mi entender la deformación de su origen real, el movimiento moderno.

Durante esta segunda mitad, la carencia de lugares donde el hombre se sienta identificado, se acentúa cada vez más. Estos lugares son definidos por Marc Augé como lugares antropológicos: “El lugar antropológico podría definirse ante todo como el lugar de la tierra de uno, el lugar de la identidad compartida, el lugar común a aquellos que, habitándolo juntos, son identificados como tales por quienes no lo habitan.”

En realidad, la definición de Marc Augé sobre los lugares, se refiere a cada lugar donde uno al habitar siente a éste como propio y a mi parecer, esto esta directamente ligado al espacio y su composición. La diferencia entre el no-lugar y el no-espacio recae en dejar de lado la pertenencia o asociación del individuo con el lugar, solo focalizarse en la sensación y en la relación hombre / espacio. De esta manera la teoría se hace aplicable a todas las obras y a todos los hombres, mientras que en la otra es necesario saber algo más, qué hombre? Y que obra?

Esta discriminación sustancial, es la que justifica la diferencia, ya que de lo contrario la propuesta y el aporte de la idea sería menor. Igualmente ambas están íntimamente relacionadas ya que una es parte de la otra y solo propone una visión distinta mas con el mismo fin.

Su situación en tiempo y espacio es similar mas la relación con la arquitectura es mas íntima, a mi entender, en el no-espacio ya que el termino “espacio” remite indefectiblemente a la arquitectura, mientras que el lugar pede ser relacionado a infinidad de elementos.

Es irónico citar que la referencia de tiempo y espacio, siendo estos dos excesos marcados por Marc Augé a la hora de definir la supramodernidad, el exceso de tiempo, el exceso de espacio y el exceso de individualismo y sobre esto escribe:

“Las consignas de la supramodernidad (convergencia de las historias, desterritorializacion de los espacios y liberación de los individuos) le son pues a fortiori extrañas. Pero tales consignas circulan, y de forma muy literal; se escuchan incluso allí donde nadie las pronuncia; juegan un gran papel en la movilización de multitudes que no saben hablar otro lenguaje que el de los nacionalismos, porque éste es su primer recurso, pero que saben también que no existe libertad sin individuo.

Vemos cómo las figuras de lo que propongo denominar supramodernidad dan origen a una paradoja y a una contradicción: en un sentido abren a cada individuo a la presencia de los otros, responden a una circulación más fácil de las personas, de las cosas y de las imágenes. Pero en otro sentido hacen que el individuo de vuelva sobre sí mismo, convirtiéndolo en testigo, más que actor, de la vida contemporánea. ”

La inquietud y la búsqueda de la relación lugar / espacio, que en definitiva diferencian la teoría de Marc Augé y la que en este trabajo se plantean, excede las definiciones antes mencionadas acerca de las teorías propiamente dichas.

Esta dual relación data del origen de la humanidad donde los lugares y los espacios empiezan a ser diferenciados por los hombres. Para abordar correctamente este tema, deberíamos desarrollarlo como tema en sí mismo ya que es tan largo como complejo; mas igualmente quisiera hacer mención acerca de algunos puntos de este tema que, a mi entender, aportan al desarrollo del objetivo central del trabajo.

Esta discusión es, creo yo, más filosófica que arquitectónica y sobre esto Martin Heidegger escribe:

“Aquellas cosas que son de tal manera lugares conceden recién en cada caso espacios. Lo que significa la palabra “Raum” (espacio) lo que dice su antiguo significado. Raum, Rum, significa plaza liberada para asentamiento y acampamiento.

Un espacio es espacio creado, algo liberado o sea, dentro de un limite. El limite no es aquello donde algo termina, sino como ya lo conocieran los griegos, el limite es algo desde lo cual algo comienza su ser. De allí el concepto: limite. Espacio es en esencia espacio creado, lo que tiene cabida en su limite. En cada caso el espacio creado se coloca y se ensambla de manera tal, es decir, congregado por un lugar, es decir por una cosa de la índole del puente. En consecuencia los espacios reciben su ser de los lugares y no “del” espacio.”

El origen del espacio es el lugar y coincidentemente de la misma manera se relacionan sus teorías, más difícil sería determinar un límite a cada uno de ellos ya que uno surge del otro siendo éste un lugar en sí mismo, generador de nuevos espacios.

La característica distorsionada de los límites no es casualidad ya que la supramodernidad se encargó, entre otras cosas, de destruir los límites tanto culturales como geográficos entre espacios y entre hombres.

Esta acción es determinante a la hora de entender el origen de los no-lugares ya que el hecho de la carencia de límites generó la mezcla sistemática entre culturas absolutamente distintas como oriente y occidente, por ejemplo. La pérdida del valor vernáculo en los espacios o bien de los signos que representan la historia propia del lugar por su valor o significado, se convierten en meros ornamentos que no aportan más que arbitrariedad a la obra.

Por esto, la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX se convirtió en arquitectura de escenografía, de representación de lugares con signos arquitectónicos, que se encuentran cada vez más lejos de ser espacios. Composiciones de elementos aislados que en la sumatoria dan otra composición, la de un lugar gestado por partes. El ornamento es el elemento, que al ser éste despojado de ornamento, simula lugares de arquitectura racionalista, que distan mucho de serlo, por cierto.

Mas la preocupación más grande sería lo que viene ahora, el desarrollo de la informática y su incesante aborde en todas las áreas, sin dejar de reconocer el aporte que hace, genera un nuevo espectro de posibilidades a la hora de las costumbres y de la arquitectura.

El término de “salones” de chat, hacen referencia a un lugar que se dice “lleno” y en realidad cada uno de los individuos esta en su casa, sumado a la posibilidad de recrear sensaciones o recursos de una obra desde la arquitectura digital hablan de la constante desaparición de nuevos limites que hacen a la larga el futuro parte de la historia.

Los limites siguen cayendo y con ellos la percepción de las sensaciones que hacen del lugar un espacio. Y sobre esto Jean Baudrillard escribe: “La verdad de la arquitectura no es una verdad o una realidad en el sentido que uno podría requerirlo: ¿se agota la arquitectura en sus referencias, en sus finalidades, en su empleo, en sus modalidades, en sus procedimientos? ¿No excede todo eso para efectivamente acabar en otra cosa, que sería su propio fin?... ¿Existe la arquitectura mas allá de este limite de lo real?”

Esta es una discusión aparte, mas confío en los movimientos históricos recurrentes y en un posible Renacimiento Moderno que vuelva a la esencia de las ideas.

Alvaro García Resta

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