Soy Leyenda

Soy Leyenda

En una mañana de enero de 1976, un hombre llamado Robert Neville camina alrededor de su casa, revisando cuidadosamente para ver si los refuerzos que este puso están en buen estado. Comprueba las tablas y las vigas que ha martillado delante de todas las ventanas, y comprueba si su cisterna sufrió algún daño. Todos los días viaja por la ciudad, atravesando vampiros dormidos con estacas de madera y durante la noche, se encierra en su casa para protegerse de los vampiros (que solo salen en la oscuridad). Todas las noches, escucha el sonido de su viejo amigo y vecino, Ben Cortman gritándole: ¡Sal, Neville! En una ocasión se ve obligado a conducir a casa después del atardecer y luchar contra Ben Cortman y otros vampiros. Neville logra regresar a su casa con vida, solo para beber demasiado y entrar en depresión.

Pasa algo extraño que son como tipo “Flashbacks” por los cuales se nos hace saber que Neville ha sido devastado por la muerte de su esposa e hija: Virginia Neville y Kathy Neville. En 1975, hubo informes generalizados de tormentas de polvo y bichos genéticamente mutados que propagaron la plaga en todo el mundo. El gobierno instituyó una ley para que todas las víctimas de la plaga sean quemadas en un gran pozo; Su hija muere y Neville siguió esta regla. Sin embargo, cuando Virginia murió, arrastró el cadáver a un cementerio y lo enterró bajo tierra, esto fue un error garrafal, ya que por no haber quemado su cuerpo Virginia regresó de la muerte y emprendió el regreso a casa; una vez allí, Neville se vio obligado a matar a su esposa vampiro por segunda vez.

Para salir de la depresión, Neville intenta aprender sobre los vampiros. En el día, secuestra a los vampiros de sus escondites y los lleva de regreso a su casa. Allí, realiza una serie de experimentos, culminando con que hay más de una manera de matar a estos seres. Neville también trata de matar vampiros inyectándoles sulfuro de alilo, pero esto no funciona. Neville extrae sangre de los vampiros mientras duermen y mira la sangre bajo un microscopio para darse cuenta de que hay dos tipos distintos de vampiros: los vampiros vivos y los "verdaderos muertos vivientes". El primer tipo de vampiro es un ser humano infectado pero que todavía tiene cierto control de su mente; El segundo tipo es un cadáver que ha surgido de la tumba y ahora es salvaje.

Un día, Neville descubre que hay un perro vivo fuera de su casa, el cual parece estar infectado, sin embargo, todavía puede caminar a la luz del sol. Neville, desesperado por tener compañía de cualquier tipo, le da de comer trata de ganarse su confianza para que este viva en su casa, cosa que le costó mucho porque el perro pensaba que Neville era un vampiro. Con el tiempo, el perro se enferma cada vez más y muere después de una semana de vivir con Neville.

1978 y Neville está cómodo en su nueva vida. Pasa sus días cazando a Ben Cortman. Un día, Neville se sorprende al ver a una mujer corriendo por las calles, la lleva a casa y se entera de que la mujer se llama Ruth. Pasan los días y resulta ser que la mujer es una “espía” y lo traiciona. En la noche Neville ve a miembros de la nueva sociedad de Ruth caminando afuera, matando a los vampiros muertos y ve a los vampiros de la nueva sociedad matando a Cortman, ese momento con los vampiros asediando la casa de Neville y capturándolo. Neville se despierta en una celda, con Ruth a su lado. Ella le explica que los vampiros de la nueva sociedad van a ejecutar a Neville porque para ellos el es el monstruo, Ruth le ofrece a Neville cápsulas de veneno para que muera antes de ser ejecutado. Neville toma las cápsulas y sale de su celda hacia los vampiros de la nueva sociedad que están a punto de matarlo. Culminando con la épica frase: SOY LEYENDA.

Desde mi punto de vista, el objetivo principal que plantea el autor es que: “puedes ser el bueno o el malo de la historia, dependiendo de los ojos con que los veas” refiriéndome a los ojos como diferentes perspectivas de ver la situación. A esto podría llamársele dualidad. El autor trata de convencernos de que la soledad no es tan buena ni tan mala (por aquello de la dualidad), pero que de todas maneras podría causarnos algún conflicto en nuestro ser y que en grandes lapsos de tiempo podría inducir a la demencia o a cometer alguna acción en contra de nuestra salud o en contra del bienestar de otros.

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