CAÑAMO INDUSTRIAL
RAUL OMAR RAMIREZ GARCIADocumentos de Investigación4 de Febrero de 2021
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Formulación y Evaluación de Proyectos I
Grupo: 1712
Raúl Omar Ramírez García
CAÑAMO INDUSTRIAL
Mas soluciones que problemas
Contexto general de la economía mexicana
Para entender de manera objetiva la etapa actual es preciso identificar que los tiempos que corren cuentan con características especiales nunca antes vista en la historia moderna de la humanidad, la pandemia de la COVID-19, que agravo la crisis de 2019 derivado de la trampa de Tucídides actual, donde la guerra comercial y monetaria entre Estados Unidos y China había repercutido en la mayoría de las naciones, esto por la clásica dependencia mundial al dólar y la creciente participación de China en todas las economías del mundo.
La pandemia manifestó las grandes contradicciones del sistema capitalista actual, deja en entredicho la teoría del globalismo como la forma más eficiente de la economía y hace girar la vista, de manera casi forzada, hacia adentro de las fronteras, visibilizando las grandes desigualdades sociales y los conflictos intergeneracionales, así como las desventajas y ventajas del desarrollo interno.
“En un entorno que cambia rápidamente, es extremadamente difícil cuantificar la magnitud exacta del impacto de estas medidas en el crecimiento del PIB, pero está claro que implican fuertes contracciones en el nivel de producción, el gasto de los hogares, la inversión empresarial y el comercio internacional.”[1]
Esta contracción se explica en la mayoría de las economías ya que “los sectores afectados representan entre el 30 y el 40 por ciento de la producción”[2], provocando cierres parciales de sectores que no se consideran necesarios para la economía, en México, la contracción se estima en alrededor del 8% en 2020, es importante apuntar que existe un “efecto negativo de esta crisis en áreas importantes para el crecimiento mexicano: el turismo, el sector automotriz, el petróleo y las remesas internacionales.”[3]
Bajo la actual administración se habían iniciado ya mecanismos de financiamiento y apoyos solidarios al campo a través del programa sembrando vida “sus objetivos son rescatar al campo, reactivar la economía local y la regeneración del tejido social en las comunidades”[4] por lo que en el contexto de la pandemia el campo mexicano ya contaba con la participación activa del gobierno federal, esto puede ser de trascendencia teniendo en cuenta que es único sector de la economía nacional que muestra crecimiento durante el 2020, esto al ser de los sectores esenciales, como se muestra en el grafico 1.
Gráfico 1
[pic 1]
En este sentido la reactivación del campo seria parte fundamental del objetivo de autarquía alimentaria que todas las economías buscaran eventualmente como resultado de las crisis en el sistema de distribución y la creciente preocupación por la dependencia alimentaria con otros países, poniendo de manifiesto la necesidad de mejorar la alimentación, también como efecto de la pandemia, la FAO resalta que “la pesca y acuacultura no se ha detenido pese a la pandemia por COVID-19 y han demostrado ser un sector relevante para enfrentar la crisis y el desarrollo económico y la recuperación con transformación.”[5]
En México “la actividad económica registro una contracción rápida y muy profunda”[6], otro de los factores a tomar en cuenta es que el alza de los precios aumento de forma drástica en el último trimestre, como consecuencia del arrastre económico internacional y del paro de varios sectores en las economías del mundo como se muestra en el grafico 2.
Gráfico 2.
[pic 2]
Situación que agrava la desigualdad también por la pérdida de empleos y la precarización de los trabajadores que derivado del paro de actividades no esenciales y a la carencia de prácticas éticas de las empresas privadas, “México está particularmente vulnerable a los efectos de la crisis por sus altos niveles de desigualdad, advierte un informe «Desarrollo humano y Covid-19 en México: Desafíos para una recuperación sostenible»”[7].
Gráfico 3
[pic 3]
Fuente: INEGI, “indicadores de ocupación y empleo 2020”
Según este informe el actual gobierno federal tuvo el acierto de haber creado el Instituto de Salud para el Bienestar poco antes de detonar la pandemia, así como generar el cambio de reglas para el abasto de medicamentos. Fue en estas condiciones que México recibió la pandemia, sin embargo, se destaca el desabasto de medicamentos, así como dificultades para la transición al sistema salud universal. De acuerdo con este mismo informe, las personas que residen en los municipios con mayor concentración de pobreza tienen una tasa elevada de mortalidad lo que indica un posible acceso tardío a los servicios de salud.
Un elemento más a considerar se relaciona con la informalidad del empleo, considerando la presencia histórica de este sector, “a finales de 2019, la tasa de informalidad del empleo en México alcanzaba el 56.2%.”[8], lo que indica que la mayoría de los trabajadores carecen de protección social, se ha observado que la crisis laboral derivada de la pandemia tiene una particular repercusión sobre este sector, según la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del COVID-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos (ENCOVID-19), “7 de cada 10 empleos perdidos pertenecían al sector informal, concentrándose en los trabajadores con salarios más bajos”[9], apunta también que son las mujeres en grupo con menores salarios y el más afectado por los despidos. De esto se derivan también repercusiones en la salud emocional de los trabajadores.
La pandemia también provoco un aceleramiento en el proceso de automatización laboral que se había estado visualizando en la industria y los servicios últimamente, considerado también como consecuencia de las políticas de confinamiento impuestas y sumado a un giro hacia el comercio electrónico, lo que representa grandes oportunidades para las empresas pero también podrían ser trabas para el desempeño de algunos sectores amplios de empleo: “Al analizar los perfiles de los empleos perdidos, se observa una clara divergencia con las necesidades requeridas para llenar las nuevas vacantes”[10], se considera entonces la nueva necesidad consiste en reajustar las habilidades y conocimientos requeridos para promover la transición de trabajadores en sectores desplazados a nuevas oportunidades laborales.
El problema del uso de productos plásticos desechables en México
Descripción del problema
En el contexto actual de la pandemia una problemática a la que no se le ha dado el énfasis necesario es el aumento masivo del consumo de plásticos y materiales desechables por todos los agentes económicos, lo que evidencia la profunda necesidad de sustituir estás materias primas por otras con cualidades biodegradables, cuya producción sea sustentable y permita el desarrollo de nuevas prácticas productivas que tengan un carácter de respeto y apreciación por el medio ambiente.
Según la ONU “cerca del 75% del plástico generado por la pandemia de COVID-19 como mascarillas, guantes y botellas de desinfectante para manos se convertirá en desechos que llegarán a vertederos y mares”[11], lo cual representaría un costo económico y medioambiental que no se tenía en las estimaciones anteriores.
“La contaminación por plásticos ya era una de las más grandes amenazas a nuestro planeta antes del coronavirus. El rápido aumento en el uso diario de ciertos productos que ayudan a proteger a las personas y a detener la propagación del virus está empeorando las cosas”, explicó Pamela Coke-Hamilton, directora de comercio internacional de la UNCTAD”[12]
Una de las consideraciones importantes es que al aumento en el consumo de plástico no es exclusivo del sector salud o de la industria sanitaria, otro de los sectores de la economía que aumentó de manera drástica el consumo de estos plásticos desechables es el de la industria restaurantera que en el contexto actual y como consecuencia de las medidas de restricción social aumentó considerablemente sus ventas por envío o para llevar por lo que el uso de estos materiales también.
Así como la industria del servicio de distribución comenzó a operar en niveles récord lo cual demandó de manera obvia un aumento drástico en el consumo de materiales plásticos para embalaje de los productos.
“Por ejemplo, durante el confinamiento de ocho semanas de Singapur, el cual se empezó a levantar el 1 de junio, los 5,7 millones de residentes de la ciudad-estado desecharon 1470 toneladas adicionales de envases de plástico de comida para llevar, revela una encuesta citada por el periódico Los Ángeles Times. […] La producción y el consumo de plástico son parte de un sistema global que tiene muchas dimensiones comerciales. Sin embargo, el papel importante que las políticas comerciales mundiales podrían tener en la lucha contra la contaminación por plásticos no ha atraído la atención que se merece”, dijo Coke-Hamilton”[13].
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