Capital de Trabajo

A menudo es común encontrarse con investigaciones referidas al capital de trabajo dirigidas a nuevas técnicas y métodos de optimización de recursos que influyan en el crecimiento del proceso de recuperación de economías nacionales, que conlleven al perfeccionamiento en el sector empresarial siendo este fundamentado por el autoabastecimiento de los insumos y el autofinanciamiento de cubrir sus gastos con los ingresos generados durante el año. Aprovechándose de la generación de utilidades que las conduzcan a escalones más altos de competitividad y de eficiencia productiva.

En la búsqueda de mejores administraciones dentro de las empresas se denota al capital de trabajo como una herramienta fundamental e imprescindible para el análisis financiero y operacional de las empresas que buscan agilizar y efectivizar su nivel de liquidez, otorgándoles una amplio diferencial entre sus activos y pasivos corrientes necesarios para solventar todas sus obligaciones en periodos de tiempo menores a un año garantizando la sobrevivencia de la misma en situaciones de crisis, derivadas de los ciclos económicos y de los del producto o servicio a ofertar. Básicamente se refiere a la capacidad que tiene una empresa para realizar sus actividades de gestión requeridas en el corto plazo.

Entre los objetivos del capital de trabajo, está la prolongación del patrimonio que se posee íntegramente relacionado con la operatividad y efectividad de los recursos dentro de la firma. Dejando claro que las principales fuentes de acumulación y generación de capital son las las utilidades provenientes de las ventas, las ventas de bonos o valores negociables, las aportaciones de los accionistas o socios, las ventas de activos fijos, los reembolsos tributarios y en materia de financiamiento los préstamos de capital a instituciones bancarias. Asimismo estas transacciones de capital son necesarias para solventar los desembolsos originarios de los costos de las mercancías, de transporte, de distribución, es decir egresos propios de la producción y de la administración reflejados en el flujo de caja.

Innumerables son los autores que le han otorgado distintos nombres al capital de trabajo, ejemplo de ello tenemos: capital circulante, capital corriente, fondo de rotación y hasta fondo de maniobra; todas encaminadas al mismo propósito, dar marcha hacia adelante del funcionamiento operativo del negocio bajo la recuperación y renovación de la cartera de ventas, incluso inversiones que promocionen y a su vez acondicionen la gama de productos a ofrecer, exaltando los ingresos distribuidos en el efectivo inmediato y en las cuentas por cobrar. Definiéndolo de de la siguiente manera:

“El Capital de Trabajo es la fracción del activo corriente que es costeado por patrimonios de largo plazo”.

Bajo este análisis se destaca el aporte de Demestre donde señala que el capital de trabajo son: “los fondos o recursos con que opera una empresa a Corto Plazo, después de cubrir el importe de las deudas que vencen también a Corto Plazo.” (Demestre, 2002)

Siguiendo los lineamientos de Van Horne (1998), las raíces en las que se sustenta el capital de trabajo de una firma corresponden esencialmente al buen manejo e interpretación de los índices de liquidez y rentabilidad que se adquieren con el movimiento de los activos corrientes, de ahí salen las expresiones que entre más activos mantenga una empresa mayor va a ser su ventaja competitiva al momento de adquirir

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