Contabilidad De Costos

Sistemas de Riego Impulsado por Petróleo o Energía Eléctrica. ¿Qué opción elegir?

David L. Horna.

En los últimos años y más acentuadamente en el último decenio se ha visto un crecimiento en la producción agrícola de las regiones de la costa norte del Perú, afianzándose como una de las principales en el rubro agroindustrial. Esto debido al empuje dado por el proyecto Chavimochic en la región La Libertad y el recientemente puesto en marcha proyecto Olmos en la región Lambayeque.

Es innegable el incremento de las exportaciones agrícolas del Perú, a pesar de la crisis financiera desatada en el 2008; esto debido en gran medida a la alta demanda de las denominadas “exportaciones agrícolas no tradicionales” como son el esparrago, la quinua, las paltas y los arándanos; cultivos que tuvieron una producción muy incipiente anteriormente y relegada a la zona de la sierra, y que con ayuda de estos megaproyectos se han podido implementar exitosamente. Precisamente para el 2015, el Perú, se convertirá en el primer productor de quinua, desplazando a Bolivia que se ubicaba tradicionalmente en este puesto y por encima también de Argentina y Uruguay, a pesar que estos últimos dejaron de cultivar extensas zonas de soya, que es su principal cultivo y que abarcaba el mayor volumen de su actividad agrícola, para cambiarla por quinua.

A pesar de esto, el desarrollo de la infraestructura para la actividad productora ha sido uno de los limitantes, entre ellos, tenemos a la generación de energía eléctrica. A pesar la disponibilidad cercana de agua, la energía eléctrica se hace necesaria para el proceso de riego y bombeo de agua. Las áreas de cultivo se encuentran en zonas alejadas, en áreas rurales y además desérticas como es la geografía de la costa peruana, haciendo difícil el acceso a energía.

Frente a este problema han surgido dos soluciones que son las más frecuentemente usadas, una es un sistema de riego impulsado por energía eléctrica instalada y el otro impulsado por petróleo.

Para tratar de encontrar una solución viable y que aminore los costos en la empresa lo primero sería necesario conocer la naturaleza de estos costos. Como ya se mencionó el uso de energía eléctrica en la actividad agrícola tiene por finalidad el riego de un área específica, se podría entender como un costo variable, ya que está condicionado a los meses de producción.

Horngren, Datar & Rajan (2012), en su libro Contabilidad de Costos: Un enfoque gerencial, escribió “Un costo variable cambia totalmente en proporción con los cambios relacionados con el nivel de actividad o volumen total” (p.30). Podemos ver que la producción cambiara de acuerdo al número de hectáreas bajo riego, a mayor numero hectáreas el costo de energía eléctrica generada por hora se incrementara o de forma inversa disminuirá.

Conocido este concepto, se puede apreciar en la región empresas de tamaño medio que se encuentran frente a este problema y que se dedican cultivos no tradicionales, como la quinua, en promedio estas empresas cuentan con 20 hectáreas productivas por campaña.

Se conoce que el costo por hectárea durante una hora, para un sistema de riego impulsado por petróleo es de s/.7.35 nuevos soles.

Mientras que en un sistema impulsado por energía eléctrica se reduce en un 30% menos, s/. 5.15 nuevos soles, este margen podría reducirse aún más si se tiene en cuenta el hecho de no regar en horas punta. Debe tenerse en cuenta que una campaña dura por un periodo de 3 meses aproximadamente, el número total de horas de riego por campaña es de 720 por las 20 hectáreas.

Estamos hablando de un costo de s/.5292.00 para un sistema impulsado por petróleo, frente a s/.3708.00 del sistema bajo energía eléctrica, solo para el periodo de cosecha o campaña, tenemos un ahorro de s/. 1584.00.

Sin embargo la puesta en

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