Convergencia digital

A mediados de los noventa, el internet estaba en sus inicios y representaba una nueva forma de acceder a la información, pero solo para aquellos que contaban con los conocimientos e infraestructura necesaria para poder utilizarlo, cuestión que solo ocurría en algunos países ya que aún su difusión a los países subdesarrollados no era tan amplia. Con el paso de los años la sociedad se ha convertido en una sociedad-red en la que la información es un instrumento de poder dentro de una economía global basada en torno al conocimiento, de ahí surge la importancia de los medios de comunicación como transmisores de información.

Se dieron cambios como el paso de las redes de telecomunicaciones tradicionales a las redes digitales, en donde la digitalización fue esencial para la creación de mercados competitivos porque introdujo estructuras y conceptos nuevos en las empresas; a nivel de plataforma se dio la integración de voz y datos.

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) la define a la convergencia como la “evolución coordinada de redes que antes eran independientes hacia una uniformidad que permita el soporte común de servicios y aplicaciones” (UIT, 2004), es decir, como la tendencia a que una amplia gama de contenidos (audio, video, texto e imágenes) y servicios se distribuyan a través de distintas redes (fija, de banda ancha, infraestructura móvil, satélite, cable terrestre) a una variedad de dispositivos de consumo (PC, TV, teléfonos móviles) (OFCOM, 2008, 61).

Sin embargo, la convergencia va más allá, ya que está determinada por la combinación de tendencias tecnológicas, financieras y estratégicas; lo que permitió posicionar a la tecnología como un elemento necesario en las actividades de las empresas, obligándolas a adaptar sus procesos de producción y reestructurando su estructura interna, al mismo tiempo, cambian los entornos de trabajo, se da el uso de sistemas multimedia que remplazan a los monomedia, diseñados para dar contenidos en distintos soporte y plataformas, para así responder al desafío de satisfacer la demanda en un mercado regido por nuevas reglas de comunicación.

Las empresas empezaron a implementar la diversificación como parte de su estrategia y extendieron sus actividades a una amplia gama de industrias entre las que no existían vínculos o que eran muy débiles para ampliar sus operaciones,  pero con la convergencia en el ámbito comercial, lo anterior se pudo ir logrando con el paso del tiempo. Además, la convergencia genera competencia entre plataformas independientes y ejerce presión sobre los operadores tradicionales, cambia la conducta del consumidor y lo hace más activo en la demanda de servicios, asimismo dinamiza los procesos de gestión tecnológica.

La estructura inicial de las tecnologías de información (TI) ya no es capaz de responder a las demandas empresariales de hoy en día, por ejemplo los nuevos modelos de suministro a través de la nube, el  acelerado crecimiento  de los datos y la necesidad de desplegar servicios nuevos en cuestión de días. En respuesta a estas demandas, numerosas organizaciones de las tecnologías de información han puesto en marcha nuevos problemas, como la virtualización de servidores y computación en la nube para mejorar la prestación de servicios y elevar la agilidad de las TI. Sin embargo, para algunas empresas llevar a la práctica tan ambiciosas propuestas resulta complicado por el aumento de la complejidad de la gestión y el incremento en los costos operativos.

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