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Crack De 1929


Enviado por   •  24 de Mayo de 2014  •  1.774 Palabras (8 Páginas)  •  242 Visitas

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Introducción.

A continuación veremos que el crack de 1929 fue una crisis económica mundial que se prolongó durante la década de 1930, en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, que quizá tuvo lugar a los resultados que esta dejo a su paso, asi como también veremos las consecuencias que esta dejo y el impacto que tuvo en los países que no tienen una economía poco estable, como lo son los países de Latinoamérica.

Las consecuencias económicas de la primera guerra mundial.

La guerra tuvo unas consecuencias económicas profundas y duraderas al poner fin al orden económico internacional existente desde la segunda mitad del siglo XIX. Supuso un descenso demográfico directo e indirecto de alrededor del 10 % de la población europea y de un 3,5 % del capital existente. Desde el punto de vista financiero, el conflicto bélico conllevó un gasto público descomunal en Europa financiado por deuda pública tanto interna como externa que supuso la multiplicación por seis de la deuda ya existente, también se valieron de la creación de dinero lo que supuso una fuerte presión inflacionista.

En el transcurso de la guerra, diversas naciones no participantes en el conflicto como Estados Unidos y Japón se apoderaron de algunos mercados internacionales, tradicionalmente dominados por los europeos, que en ese momento centraban sus esfuerzos industriales en la producción militar. En el sector agrícola la demanda exterior de productos alimenticios de los países participantes creció durante la guerra, lo que estimuló la producción agrícola de los países neutrales, que al acabar la guerra y volver a la situación anterior vieron como contaban con una oferta excesiva de productos agrícolas que forzó una bajada de los precios en este sector.

La guerra también estableció un nuevo mapa político de Europa con nuevas fronteras que trastocó la estructura económica y comercial del continente al romper mercados y perder eficiencia económica, exigiendo nuevas inversiones.

Las reparaciones económicas impuestas por los vencedores de la guerra a los derrotados fueron astronómicas. La cantidad fijada para Alemania por el Comité de Reparaciones, en 1921, fue de 132.000 millones de marcos oro, lo que significaba, en su momento inicial, el pago anual del 6 % del Producto Interior Bruto (PIB) de este país. Los acreedores cobraron solo una pequeña parte de las deudas, a costa de que la economía internacional perdiese oportunidades de fortalecimiento y crecimiento.

Causas.

Hacia 1925, la economía mundial se hallaba bastante equilibrada: la producción había vuelto al nivel de antes de la Primera Guerra Mundial, la cotización de las materias primas parecía estabilizada y los países que atravesaban un periodo de alta coyuntura eran numerosos. Sin embargo, no era un retorno a la belle époque. Una serie de equilibrios tradicionales quedaban alterados: la producción y el bienestar progresaban de manera espectacular en unas partes Estados Unidos, Japón, mientras que en otras, perdida la prosperidad anterior a la guerra, vivían abrumados por el desempleo y las crisis endémicas; en particular en el Reino Unido. Al propio tiempo, los estadounidenses complicaban de singular manera la posición de los europeos. La deuda internacional no podía pagarse sino con oro o mercancías, y los estadounidenses frenaban sus importaciones de Europa con nuevos y cada vez más elevados derechos de aduana, al tiempo que utilizaban su superioridad para imponer sus exportaciones a Europa.

Por otra parte, los Estados Unidos disponían de las mayores reservas de oro del mundo, por lo que, para mantener el patrón oro, hubo de conceder cuantiosos préstamos a Europa. Tal fue el origen de los planes Dawes y Young. En 1914, la economía estadounidense vivía en plena era de prosperidad, y la guerra europea la acrecentó: durante tres años sucesivos, los Estados Unidos fueron los proveedores de un mercado casi ilimitado, mientras las potencias europeas se aniquilaban entre sí. La capacidad industrial de los Estados Unidos también había aumentado considerablemente, y su agricultura progresaba a idéntico ritmo.

Desde 1925, la actividad de la Bolsa había evolucionado tan vertiginosamente como la producción industrial del país. La cotización de las acciones subía regularmente de año en año, y fueron numerosos los estadounidenses que hallaron en la especulación de la bolsa la fuente de una rápida fortuna: la fiebre de jugar a la Bolsa tentaba a todos los estratos de la población de modo irresistible, tanto rentistas y jubilados, como aprendices, que ignoraban todo lo relativo a la industria, a la economía y a la misma Bolsa. Todo el mundo consideraba que la economía del país se encaminaba hacia niveles insospechados, y todos estaban persuadidos de que las "mejores acciones" podían conseguirse con muy poco dinero, pensando que debía aprovecharse de aquella buena suerte antes de que pudiera terminarse.

La continuada demanda hizo subir las acciones a alturas increíbles, y pronto la cotización en Bolsa fue pura especulación, que nada tenía de común con la auténtica solvencia de una sociedad. Mientras sólo se trató, para el ciudadano medio, de invertir sus economías, la especulación siguió dentro de unos límites más o menos razonables, pero transcurrió el tiempo y los estadounidenses empezaron a jugar a la Bolsa con dinero prestado. Una acción de cien dólares nominales podía obtenerse solo por diez, mientras el resto, llamado "excedente" -o sea, noventa dólares-, se pagaba a crédito. Si la acción seguía subiendo,

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